Capitulo 9

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Yeisson era mucho más grande y musculoso. Se aprovechó de eso para ejecutar el abrazo del oso, pero el sudor le ayudó a Saúl para ser muy escurridizo y por un momento su cara de se encontró muy de cerca con el paquete y no pudo evitar restregarse con suavidad. Yeisson se dio cuenta y usó su mano libre para presionar sobre la nuca de Saúl para tratar de ahogarlo contra su pene erecto.

—Eso es... —Yeisson hacia bizcos mientras Saúl luchaba por respirar el oxígeno con olor mariscoso—, aspíralo bebé, sé que te gustaría quedarte a vivir ahí abajo.

Saúl no tuvo tiempo de responder. No pudo más y forcejeó con todas sus fuerzas hasta que logró zafarse. Rápidamente tomó el aire que pudo antes de acabar debajo de la axila de Yeisson.

Hedor. Un aroma picante, mezcla entre cebollas, ajo y un toque de desodorante AXE de chocolate.

Saúl luchaba por respirar pero los pelos húmedos se le metían en la boca y le hacían cosquillas en la nariz. Era extraño, pero era una de las mejores sensaciones que había experimentado con un hombre, a pesar de estar casi inconsciente por la asfixia. El contacto directo con la testosterona en su máximo esplendor.

—¿Qué onda, Putita? ¿Te gusta? —Yeisson estaba eufórico y parecía que sus fuerzas eran sobrehumanas, Saúl odiaba que le dijera así, no podía dejar que la situación se descontrolara o no podría sentarse durante una semana.

—No me digas así —balbuceó Saúl, mientras se tragaba algunas gotas sudor que sabían a pura sal.

—¿Cómo? —se burlaba el otro— ¿Putita? ¿Pues adivina qué? —Le cambió de una axila a la otra sin mayores dificultades—. Eso es lo que eres, mi pu-ti-ta. Te guste o no, ¿querías verga, cabron?, pues ahora no te quejes y la aguantas.

—¿Qué? —sinceramente Saúl no esperaba ir tan lejos—. No.

—Como que no.

—Que no, que no quiero.

Las Consecuencias Del Gimnasio | NoNosCortes | YAOI YeisaúlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora