Capitulo 16

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Saúl alargó una de sus manos para domar a aquella serpiente inquieta, pero Yeisson le detuvo diciendo:

—Quiero que lo hagas con la boca, sin usar tus manos.

Saúl estuvo encantado con la orden. El pene se movía de un lado a otro, y costó un poco de trabajo poder alcanzarlo. Inclusive tuvo que usar la lengua para que no se le escapara. Pero al final lo consiguió.

Aquella verga tenía un aroma muy penetrante, con si hubiese pasado días fermentándose en sus propios fluidos. Saúl controló las arcadas a tiempo porque Yeisson le tomó de la nuca y presionó para que le entrara de golpe.

Sintió como la punta de aquel instrumento se abrió camino por la garganta, solo se detuvo cuando los labios de Saúl chocaron contra el vello púbico de la base del pene. Luego volvió a sacarlo liberando a Saúl para que pudiese volver a respirar. Solo unos segundos antes de tragarse de nuevo toda la verga.

Los sonidos que hacia Saúl cuando intentaba respirar hacían gemir a Yeisson. Los ojos se le volvieron blancos. «Chop, chop, chop», los sonidos del placer. Saúl se detuvo un momento para poder limpiarse la saliva que le escurría por la comisura de los labios. Yeisson aprovechó y le dio un beso apasionado. Al poco rato, la verga de Yeisson ya estaba incluso un poco arrugada de tanta mamada. Muy rosa y lubricada.

—Ahora le toca a mis huevos —ordenó. Y sin chistar el otro obedeció.

Saúl no supo bien como proceder. Los testículos de Yeisson estaban parcialmente cubiertos de abundante vello negro y despeinado. Tuvo que levantar el pene con una mano porque le impedía apreciar aquellas bolsas que alojaban los hijos de Yeisson.

—¿Qué esperas? —le apuró.

Entonces sin pensárselo mucho, Saúl comenzó a lamer sujetando un poco las bolsas con suavidad, porque no quería hacerle daño. Pero Yeisson obligó a Saúl a que se las metiera las dos a la boca, la mandíbula se abrió en su máxima capacidad y los vellos púbicos le rosaron la garganta haciéndole toser. Pero la sensación de tener esas bolitas suavecitas sobre la lengua era indescriptible. Saúl comenzó a jugar con ellas con la lengua. Mientras Yeisson le acariciaba el cabello y le felicitaba por su desempeño.

—aaah, siii... me encanta... mmm —Yeisson le sacó las bolas y le obligó a incorporarse para darle un beso, luego le miró a los ojos y ardía en ellos la llama del demonio del medio día—. Ahora quiero tu tesorito. Empínate.

El culo de Saúl comenzó a palpitar muy rápido.

Las Consecuencias Del Gimnasio | NoNosCortes | YAOI YeisaúlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora