11: Entrenamiento de a dos.

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Paciente 1013 presentarse en el consultorio 1.

Se levantó de la mesa con las miradas de sus amigos detrás, les sonrió y siguió caminando.

Su mañana había sido empeorada cuando escucho su número en esos altavoces. Lo odiaba, odiaba profundamente cada una de esas consultas. Le encantaría saber si con los demás era igual.

—¡Jimin!— se alegro el doctor—. Siéntate, siéntate ¿Cómo has estado?

—Como la mierda— se sentó.

—Uhh, ¿Y ese humor de dónde viene?

—De mi vida aquí dentro.

—Bien, comencemos con las preguntas.

Jimin se acomodo en el asiento y asintió esperando las mismas preguntas de siempre.

—En términos médicos, ¿Cómo te sientes? ¿Viste algún cambio en tu cuerpo?

—No.

—Bien. ¿Tienes algún dolor?

—No.

—¿Percibiste algún pensamiento fuera de lugar?

—No.

—¿Todavía quieres escapar?— Jimin frunció el ceño, esa pregunta era nueva.

—No.

El doctor anoto algo en su libreta.

—Cuéntame de tu nuevo amigo, ¿Min Yoongi?

—¿Qué quiere que le diga?

—¿Cómo es él, cómo te sientes junto a él? ¿Qué es lo que te dice?

—Es bueno, agradable. Me siento bien junto a él y no me dice nada importante, solo lo necesario.

—Perfecto— anotó otra cosa—. ¿Sabes algo sobre el guardia que apareció inconsciente el otro día?

—No— dijo en un pequeño suspiro, esa pregunta...

—Bien, continuemos. Siéntate en la camilla, es momento de tus inyecciones.

Jimin obedeció. El doctor tomo dos agujas, una llena de un líquido verde y la otra de uno rosa. Cuando estuvo por introducirlas en su piel recordó los líquidos de los mismos colores en la sala extraña de experimentación. Sostuvo su muñeca fuertemente deteniendolo.

—¿Qué es eso?

—¿Cómo? Es la primera vez en toda tu vida que me preguntas que es esto.

—Quiero saber, ¿Para qué es?

—Esté es un estabilizador— dijo moviendo la aguja rosada que tenía en la mano—. Y ese es para reavivar el control del chip.

—¿Estabilizador de que?

—De hormonas y pensamientos, es para que no haya revueltas ya sabes, igual tranquilo que el tuyo es en muy mínima cantidad.

Jimin asintió sabiendo que le estaba mintiendo y dejo que esos líquidos entrarán en su cuerpo.

El doctor se despidió amablemente del chico y esté salió con ese mismo mareo de siempre. Como la hora de comer ya había acabado, se dirigió a su cuarto especial, en donde nadie podía estar y del cual nadie sabía de su existencia por excepción de...

—Hola Yoongi— sonrió al pasar a su lado.

—Veo que estás bien, ten cuidado Jimin.

—¿Por qué?— frunció el ceño confundido, le hizo una seña al pelinegro para que lo siguiera y este acepto.

Monsters × BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora