El significado de una rosa azul siempre fue hermoso pero trágico, si le dabas a la persona que amas una rosa significaba que su amor era eterno pero imposible...
─ Nos estamos destruyendo de la forma más bella posible y las espinas que nos rodean e...
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La mujer de cabello blanco aceptó el ramo de rosas azules que la tierna niña de cabellos azabache le entregaba, su rostro era iluminado por una sonrisa cálida que alegraba el inocente corazón de la infante.
— Aoi-chan, ¿cómo están tus padres? —preguntó la mujer con una voz suave y melódica, dirigiéndose a la pequeña.
— Mamá dijo que volverán en un par de semanas de su viaje de trabajo —respondió la niña de cabello oscuro, sus ojos brillando con entusiasmo.
La mujer mayor sonrió, contagiada por la alegría de la niña. El pequeño de cabello bicolor, de apenas dos años, extendió sus brazos hacia la azabache, ella lo tomó en brazos con una sonrisa afectuosa que al instante hizo sonreir de igual manera al más pequeño
— Ya casi es hora de que Shouto desarrolle su Don... —dijo la mujer, y las palabras parecieron borrar la alegría del rostro de la niña. Un miedo palpable se apoderó de ella, temerosa de que lo mismo que le ocurria a Touya pudiera sucederle al pequeñi e inocente Shouto.
— No te preocupes, Shouto, yo te voy a cuidar — la azabache habló con firmeza, su promesa resonando con una determinación protectora. Aunque el pequeño no comprendía del todo lo que estaba en juego, el tono decidido de su protectora le ofreció un consuelo silencioso que no sabía que necesitaba.
"Hay promesas que, aunque desees con todo tu ser cumplirlas, resultan imposibles de realizar"
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Sus ojos azules observaban a la mujer de cabellos blancos, quien inhalaba el aroma dulce de la rosa azul que la azabache le había obsequiado. La escena, aunque tranquila, tenía un matiz melancólico, como si el tiempo y las circunstancias hubieran tejido una cortina de tristeza entre ellas.
─ ¿Cómo has estado, Aoi-chan?─ preguntó la mujer con una dulzura que parecía inalcanzable, un gesto de ternura que sorprendía, especialmente porque ella sabía cuán distante había sido del mundo que alguna vez compartieron, siendo la única del pasado, junto con Touya, que aún la visitaba ─Shouto aún no ha venido a verme ─comentó la mujer con una ligera sorpresa, y una sonrisa casi imperceptible se formó en sus labios.
