3.- Good Friends

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–¡Dios Erick! ¡¿Siempre tienes que ser tan idiota?! –golpeó la mesa frente a él, viendo como el ojiverde se encogía en su asiento.

–L-lo siento Joel, n-no era mi intención...

–¿¡Qué tu intención no era que te descubra con ese maldito imbécil!? ¡Eres un jodido inservible! –se tomó del cabello jalándolo con fuerza, llevando su cuerpo hacia atrás, tocando el respaldo con su espalda–. Un completo estúpido, eso es lo que eres –gruñó cerrando los ojos, tratando de no golpear al chico quien temblaba frente a él.

Luego de lo sucedido, Joel llevó a Erick a su casa y hasta el momento, el mayor le estaba lanzando mierda verbal.

A Erick le lastimaba eso, le dañaba enormemente tener que oír esas palabras tan desgarradoras y frías, las cuales le abrían el corazón para meterse en él y rasguñar sus paredes.

Y peor aún, el emisor era alguien que no necesariamente sería relevante en su vida si él hubiera sido más fuerte y poder escapar de su prisión.

Mientras las lágrimas salían de sus ojos, tragó saliva tratando de desatar el nudo que se le formaba en la garganta siendo insoportable.

Carraspeó un poco tratando de poder respirar con normalidad, deseando que aquel mismo nudo que se le formaba en la garganta se cree en sus oídos así no poder oír nada.

En esos momentos la impotencia inundaba su cuerpo porque por más que de vez en cuando le levante la voz a aquel tipo, era lo suficientemente inteligente para saber que había momentos en los que eran mejor callarse y asentir con la cabeza.

Agradecía al cielo y las estrellas porque Joel sólo le había gritado y no golpeado o abusado de él. Suspiró cuando el mayor se fue dando un portazo que se escuchó por toda la casa.

Solamente subió los pies al sillón del cual estaba sentado y meditó por un largo rato.

•••


Dylan, Richard y Nikolas animaban al menor siempre. Ellos eran quienes trataban de mantener el estado de ánimo del chico por lo menos al ochenta porciento estable.

Luego de una mala situación, se encargaban de ser los mejores comediantes y amigos de la historia.

Esta vez, luego de que Pimentel se haya ido por esa puerta, el trío corrió escaleras arriba en busca del ojiverde.

Armaron un maravilloso e improvisado desfile de ropa de invierno. Hacían en ridículo, así logrando que el menor estuviera feliz por momentos.

Nikolas vestía con un saco de piel de puma falso, el cual llegaba hasta el suelo, unas botas de cuero negro, un buzo emplomado y una bufanda rosa.

Movía sus caderas con exageración mostrando su, para nada conjugado atuendo, pareciendo orgulloso de él.

Richard tenía un sombrero azul con una pluma verde, un sweater de ositos, sobre este una campera de lana roja, un pantalón pijama de mariposas, y unas pantuflas de conejos. Lanzaba besos al aire, guiñando el ojo cada dos segundos, pareciendo que tenía un tic nervioso.

Dylan usaba unos lentes de corazones rosas, un gran buzo de invierno, una campera gruesa de algodón, un pantalón formal color beige y un tutú rosado. Daba vueltas cual princesa y reía sin parar.

Colón era el juzgado, que más bien se partía de la risa sobre la cama, viendo como sus amigos modelaban.

–¡Córrete, Nik, tu trasero está tapando mi glamour! –empujó Dylan al mayor, quien hizo una mueca de indignación, llevando su mano a su pecho.

BAD DADDY | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora