7.- ¿Where are you?

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Joel luego de unas cuantas discusiones con su secretario, decidió volver a casa más temprano y tener una larga siesta con Erick a su lado.

Bueno, quizás la siesta sería luego de tener sexo.

Subió a su auto, encendiendo la radio, escuchando a R. City.

Terminó su recorrido cuando estacionó su auto en frente a su casa, bajó de este y colocó la alarma.

Tenía dolor de cabeza, ¡Abraham si que chillaba cuando estaba molesto! Se pasó una mano por sus rulos, suspirando.

El silencio era inusual, ¿Y Erick? ¿Y los guarda espaldas?

Subió las escaleras, buscando en su habitación, en el baño, en la sala de computación, en los cuartos de huéspedes, en el gimnasio y por último en la biblioteca. ¿Dónde se había metido? Bajó nuevamente, con el dolor de cabeza aún más intenso.

Él sabía que aquellos sujetos varias veces jugaban a la escondida junto a su Baby, ya que lo ha visto en las grabaciones de las cámaras. Recordó cuando su empleado, Dylan, se cayó de la escalera, al tratar de bajar rápido en esta. Sonrió de lado, nunca se había reído tanto al ver una grabación.

Volvió a estar serio cuando el silencio volvió a recordarle que estaba solo. Pero, ¿Cómo? Él había avisado que quería que cuiden a Erick ese día, ¿No?

Ahora pensándolo bien, ¿Él lo había hecho? Recordó cada momento de esa mañana... ¡Mierda!

Tomó su teléfono con rapidez, tensando su mandíbula, ¿Había sido tan idiota?

Sí.

Entró en la aplicación en la que podía ver lo que pasaba delante de las cámaras, y lo que sucedió en su ausencia.

Retrocedió la grabación de la puerta de salida, hasta que lo pudo ver.

Erick salía con lo que eran, ¿maletas? En sus manos, estaba vestido normalmente, pero sin su falda, solo unos jeans.

Vio la hora de la grabación, 14:40, hace veinte minutos.

¡Tenía que salir a buscarlo!

Tomó las llaves de su auto de su bolsillo y salió de la casa, llamando con su mano libre a Nikolas.

–¿Erick está ahí contigo?

–¿Qué? No señor Pimentel, nosotros pensamos que estaría con usted –habló, su tono de voz salió ahogado, ¿su patrón no sabía dónde estaba el menor?

–No maldición, no está conmigo. Llama a tus compañeros y diles que comiencen a buscar ¡Ahora! –colgó el teléfono, llamando esta vez a un tipo que contrató cuando el ojiverde se quiso escapar.

–Hola, soy Joel –casi gruñó, subiendo a su auto.

–¿Qué se le ofrece, señor? –habló cortez, al fondo se oía el ruido de máquinas y computadoras.

–Localiza el número de Erick Colón, luego de eso su ubicación y me la envías por mensaje –colgó, girando la llave, haciendo que el auto encienda, saliendo finalmente.

Diez minutos más tarde, su teléfono sonó, avisando que un mensaje había llegado a su bandeja de entrada.

Lo abrió sin importarle que estaba manejando y lo leyó.

Estaba en la calle Sawtxed, ocho cuadras antes del aeropuerto.

Él estaba a veinte kilómetros del aeropuerto. ¿Llegaría a tiempo?

No iba a dejar que él se fuera. Él le pertenecía completamente, era de su propiedad y si no estaba con él, no estaría con nadie más.

Uno se pregunta ¿Por qué carajos quiere Joel a Erick en su vida si no es realmente relevante en ella?

BAD DADDY | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora