Erick llegó con la vista llena de lágrimas a su departamento, se disculpó con los chicos pidiéndoles que lo dejen solo y se encerró en su habitación para poder llorar con más libertad hasta quedarse dormido.
Al despertar unas tres horas más tarde su cabeza le dolía, aún no había recuperado las horas de sueño pero se le hacía imposible volver a cerrar los ojos y tranquilizarse ya que los recuerdos recientes atormentaban su mente como si fueran martillos golpeando su cráneo brutalmente.
No quería levantarse, quería sentirse culpable y miserable por haberle arruinado la vida a Joel, por lograr que este no recuerde nada de su pasado e incluso presente. Por causar dolor en la familia Pimentel.
Las lágrimas nuevamente salieron acompañadas con fuertes sollozos incontrolables mientras hundía su rostro en la almohada, golpeando con su puño el colchón de la cama y lanzando un grito de frustración.
Se odiaba tanto por ser tan imbécil y no aceptar sus sentimientos antes. ¿Acaso no se había dado cuenta que su cuerpo le rogaba el calor y caricias de Joel cuando estaban lejos?
Deseaba con todas sus fuerzas volver el tiempo atrás y nunca haberse ido de aquella casa, sentir la protección del mayor, sus labios en las noches besando su nuca antes de dormir, entrelazar sus piernas por debajo de las sábanas, escuchar los leves ronquidos que salían de los gruesos labios, tocar su barbilla levemente cubierta por aquella barba de tres días, ver aquellos ojos que escondían pasión y deseo cada que cruzaban miradas, él necesitaba volver a esos momentos.
Pero por más que lo desee profundamente las cosas no funcionaban así, los minutos se hacían horas y las horas días, agonizantes días sin la persona que amaba.
•••
Una semana después.
Joel.
El hombre de ojos oscuros por fin puso un pie fuera del hospital, le habían dado el alta y el brillo del sol daba de frente en su rostro siendo completamente molesto.
Respiró profundamente dándole una ojeada a su muñeca, la cual tenía una venda, según el doctor se había descolocado el hueso tras la caída que él no recuerda. Su cabello estaba sumamente corto, apenas tenía unos cuatro centímetros de largo y una pequeña parte estaba rasurada por completo. Ahí se encontraba una pequeña abertura anteriormente, ahora eran hilos uniendo la carne que protegía su cráneo.
Vio de reojo al chico de cabello casi rubio, este había estado buscando su mirada hace rato y al chocar contra la de Pimentel su corazón latió con fuerzas, sin poder evitar dibujar una pequeña y casi temblorosa sonrisa en sus labios.
Joel sintió como su mano era presionada con más fuerza por la de Abraham y no hizo nada al respecto.
El chico había estado visitándolo aquellos siete días continuamente, le charlaba sobre cosas de su oficina y trabajo, siendo poco el tema familiar. El castaño supuso que era su pareja ya que era quien más lo visitaba y hablaba con ese tono dulzón todo el tiempo.
Ambos subieron al auto del menor, quien lo llevaría hasta su casa, él había decidido hacerse cargo de Joel por si algo ocurría, le había llamado a los padres del mayor para decirle sus planes con la excusa de dejarlos trabajar sin preocupaciones.
Le ayudó a Pimentel al colocarse el cinturón de seguridad, se sentó correctamente e hizo lo mismo con el suyo. Ajustó el espejo retrovisor y encendió el auto para luego dar marcha.
El camino era silencioso, Abraham había encendido la radio para no tener ese aire tan denso dentro del carro. Veía de reojo el rostro neutro de Joel cada cinco minutos y no podía dejar de suspirar completamente encantado ante la vista.
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BAD DADDY | Joerick
FanficJoel era el Daddy más querido por los Babys, menos por el suyo. ADVERTENCIAS: Escenas fuertes. Violencia. Sexo entre hombres. Contenido homosexual. Solo para MAYORES de 18. Joerick. LEER BAJO SU RESPONSABILIDAD. Todos los créditos a esta hermosa per...