6.- Mine

7.1K 377 99
                                    

Ese día Joel no había ido al trabajo con la excusa de que se sentía mal. Estuvo toda la mañana en su oficina haciendo su trabajo desde su casa y hablando con su secretario de temas que no eran necesariamente laborales.

Erick estaba desanimado, sabía que si Joel estaba en casa los chicos no irían y eso para él eran malas noticias. Obligatoriamente tenía que estar junto al Daddy ya que este supuestamente faltó a su trabajo porque quería pasar tiempo con su Baby "favorito".

–Deberías cambiar esa cara, bebé –le miró de reojo, notando el semblante serio del menor.

–Deberías dejar de mentir que estás enfermo –dijo sin interés, acomodándose en el sofá de aquella espaciosa oficina.

–Lo hice por algo importante, en cambio tú sólo molestas con esa cara de idiota –siguió haciendo su trabajo mientras marcaba el número de Abraham.

–Hola, Joel –saludó meloso. Pimentel había puesto el teléfono en voz alta así podía seguir revisando el papeleo.

–¿Organizaste todo para la reunión de esta tarde? –preguntó algo cortante.

–Claro que sí, ellos llegarán a las tres de la tarde, así que tendremos que estar con anticipación, ¿si? Tu padre quiere que esté presente para presentar modelos de los nuevos productos e ideas que ha dado el representante gráfico –Erick hizo una mueca, rodando los ojos.

–Está bien, nos encontramos ahí –colgó.

–Ti pidri quiiri qui isti prisinti piri riprisintir midilis di lis niivis pridictis i idiis qii i didi il riprisintinti grifici –hizo burla el ojiverde, Pimentel rio por lo bajo, tirando algunos papeles que no le interesaban a la papelera.

–Que infantil eres –habló, levantándose de la silla, yendo hacia él, agachándose y acercando sus rostros– Te quiero de traje blanco y bien peinado para esta tarde, me acompañarás –besó castamente sus labios.

–¿Por qué si igual va a ir tu secretario? –golpeó con la suela de su zapato el piso, viendo como el Daddy se levantaba y caminaba hacia la salida.

–Porque quiero que vayas y punto –fue lo último que dijo para luego irse.

–Pirqii qiiiri qii viyis y pinti –murmuró para él mismo, rodando los ojos.

15:00.

Aquel chico de cabello claro había llegado a la mesa hace unos diez minutos, acompañando a la pareja. Joel le había dado la mayor atención posible mientras el de orbes verdes simplemente trataba de hacer oídos sordos a esa estúpida plática que tenían.

Llegaron otras tres personas más, quienes se supone que debían aprobar los modelos que había llevado el secretario y recibir dinero para las imprentas.

La comida llegó luego de unos veinte minutos, Erick era ajeno a toda conversación que se daba en aquellos momentos, solo supo que preguntaron por él y que en un gruñido Joel les respondió que era de su propiedad. Sentía la misma mirada llena de celos de aquel estúpido chico de cabello color arena, y sentía las ganas de apuñalarlo por ser tan idiota.

Luego de lo que serían dos horas y ya todos habían consumido la comida, el mayor se levantó completamente feliz, estrechando manos con aquellos tipos, acompañándolos hasta la salida, donde se detuvieron un momento para cruzar algunas palabras.

Mientras, el menor se quedó con aquel celoso chico, sintiendo ese horrible perfume que siempre estaba en la ropa del castaño.

–¿Por qué no dejas de mirarme, inútil? –preguntó entre un respingo, no le agradaba para nada ese chico.

BAD DADDY | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora