10. El misterio del Colibrí

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Grandes cortinas de terciopelo rojo oscuro cubrían las ventanas amplias que se encontraban en el comedor del palacio. Tapices y lienzos decoraban las paredes, y junto a la puerta grande de entrada una armadura de cobre protegía la entrada . Una mesa de caoba presidida el centro de la estancia con un par de candelabros y varios platos de comida, acompañaban a las dos chicas que se encontraban sentadas en ella.

Daliah comía con verdadera ganas el plato de pollo que tenia delante de ella, mientras Giselle solo observaba hacia un hermoso reloj de madera sobre la chimenea de la sala. Marcaba las once de la noche y no se escuchaba ningún sonido aparte del tic-tac del reloj.

Después de devorar la ultima alita de pollo y arrojar el hueso en el plato de porcelana lleno de ellos, Daliah se recostó sobre el cómodo respaldo de la silla de nogal y detalles de flores. Suspiró y se frotó con calma la barriga mientras sonreía.

-- Uf... es como si hubiera estado días sin probar bocado. Eso estaba realmente delicioso.

Giselle sonrió y se volvió a mirarle.

-- ¿Cuando fue la ultima vez que comiste tanto de verdad?

-- Creo que hace dos días... cuando estaba en casa de mi tia - Se colocó bien sobre la silla y señaló un lienzo que habia detrás de la rubia con el dedo -. ¿Eso no es la aldea?

La joven se volvió en la silla para observar el lienzo y sonrió.

-- Creo que tienes razón. No estoy segura pero creo que lo pintó Jacky.

-- ¿Mi tia? Valla...

Daliah se levantó de la silla y se aproximó hasta el cuadro. Observó los delicados trazos marcando cada una de la silueta que componía el paisaje y sonrió. Un gran cielo azul bañado por nubes sutiles, acompañaban a un bosque que rodeaba Walschbronn bajo un hermoso palacio de piedra. Los delicados trazos del cuadro y e tipo de pintura con colores apagados indicaron a la adolescente que tenia bastantes años. Observando de cerca se percató de que faltaban edificios al igual que el bosque se veía bastante mas frondoso. En la esquina inferior izquierda se encontraba la elegante firma de Jackeline.

--No se cuantos años tendrá, cuando yo era pequeña ya recuerdo el haberlo visto por aquí. - Giselle se recogió el pelo en una coleta y se colocó junto a la castaña - . Juraría que tiene la fecha detrás del cuadro pero no me voy a arriesgar a que se estropee. Cuando era pequeña rompí sin querer un jarrón muy antiguo, y Gabriel se enfadó muchísimo... - Al recordar el suceso los ojos de Giselle reflejaron puro terror - . Llegué a pensar de que me mataría por la cara que tenia.

--¿Solo por un jarrón? - Daliah le miró con horror en los ojos al imaginarse la escena.

--Creo que fue por ser muy antiguo...Dios pero era horrible. Tenia cosas como cabeza de perro y cuerpos de serpientes. Nunca vi nada semejante.

--¿Pero que tipo de criaturas es eso?... - un escalofrio recorrió la espalda de la castaña y decidió que ese tema no tenia pinta de ser bueno. Suspiró y recordó la conversación de antes con su amigo - . Por cierto... ¿Sabes a que se refería Nath antes con lo del "festín sangriento?

La rubia negó con la cabeza creando un movimiento delicado con su cabello en el aire.

--Es la primera vez que lo escucho así que probablemente se lo ha inventado.

--Jamas me a mentido y me resultaría difícil creer que esta vez nos a mentido.

Giselle suspiró y miró de nuevo al reloj sobre la chimenea.

--Tenemos una pequeña oportunidad para intentar averiguar algo, lo único es que quizá no nos de tiempo de averigualo hoy.

--¿Que se te a ocurrido?

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