Capítulo 10. ¿Otra vez despierta?

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Tal como lo describió, fue tal como lo vi en mi sueño. Parecía una sombra al inicio, pero no era una, pues la luz no provocaba su movimiento. Además, levitó, y a pesar de no ver eso en mi sueño, no me sorprendió

-Entre ambos acordamos que esto fue culpa mía,- dijo Richard, a lo que parecer, era el final de la historia- por lo que tomé la decisión de que mañana todos iremos a buscar a Emma, en el caso de que siga sin aparecer, y luego-

-¿Cómo sabemos que no salió de aquel lugar ya?- interrumpió una de las chicas... creo su nombre era Dayanna

-Pues Marguie tiene su celular sincronizado con el mío. Así que lo dejamos allá con cámara para ver si pasa algo durante ese tiempo- contestó Richard con tono orgulloso, como dando el mejor plan de la historia para encontrar a una persona extraviada en un bosque de quién sabe cuántas hectáreas. De manera afortunada, o talvez lastimosamente, la misma chica; Dayanna, le quitó esa sensación con una pregunta

-Pero ¿cómo harán cuando la batería se acabe?-

Estoy seguro que todos los presentes regresamos a ver a Richard, incluyendo Marguie; sin embargo, su cara no era como la de los demás, de duda ante la pregunta de Dayanna, sino que mostró un rostro con expresión de enojo

-Te dije que no iba a funcionar. ¡Ahora la hemos dejado y no la volveremos a ver!- gritó esto con iras. Se notaba que desde un inicio no quería dejar la entrada sin resguardo

-Es verdad, no pensé en eso, pero por eso mismo tomaremos la acción de regresar mañana a la cabaña y anunciar su pérdida-

-Tranquila Marguie, sé que quieres encontrarla y regresar a tu vida normal, de hecho, a este punto, creo que todo queremos. Pero es importante mantener la-

-¡Cállate tú! ¡Si tan solo no hubieras convencido a la mitad del grupo para venir, no estaríamos en este embrollo!- interrumpió de súbito Marguie, con la cara de enojo, yendo contra todos y todo

-¡Le gustabas! ¿Sabes? ¡Seguro solamente por ti es que vino!-

-¿¡Crees que no lo sabía!? ¡Yo fui el primero en notarlo!-

-¡Y sabiendo ello la convenciste de seguirte a esta locura!-

-¡¡Ya basta los dos!!- dijo a mi sorpresa Lisbeth

-No tienes que irte contra nosotros por algo que aconteció por accidente, y tal como nos lo describes, ni siquiera es lógico que desapareciera en frente de ti. Mientras que a ti Martín, es mejor que no digas nada. Nos iremos todos mañana, y eso es todo- y acto seguido, se dio media vuelta y fue caminando a su carpa, entrando y encerrándose, sin darse el lujo de escuchar alguna protesta siquiera; pero de todas formas, nadie hizo una.

Con eso dicho, todo mundo paso a sus respectivas carpas y comenzar a empacar sus cosas, incluso Marguie, quien comenzó a llorar disimuladamente, pero logré ver a Martín acercársele, supongo para disculparse por lo antes sucedido.

Yo solo tomé mi plato y me dirigí a mi carpa, para dejarlo en una funda que tomaría como basurero.

Con respecto al tema, tenía muchas cosas en mente. En primera, estaba seguro que era una mejor idea el irnos definitivamente del sitio, a pesar de la belleza que proporcionaba... aunque ya no muchos la notaban. Tuvimos que aguantar casi un día entero sin comer y una perdida para darnos cuenta los que fuimos necios. En mi caso tomaría mis cosas y regresaría a mi ciudad, a mi casa con mis cosas y mi habitación, seguiría con los estudios escolares actuales, y a terminarlos daría a mi padre el gusto de que escogiera mi carrera universitaria.

Aunque, todavía pensaba en aquella descripción de Marguie sobre esa cosa que vio, o mejor dicho, "la sombra". Pensaba en mi sueño, de como pude observar una silueta humanoide, totalmente negra de pies a cabeza. Descifrando ese sueño, pues tenía ya dos acontecimientos ocurridos, mas no de igual manera; pues nadie llegó gritando al campamento que se perdió una persona, a pesar de que sí paso. Por otro lado, la sombra no se encontraba detrás de nadie, sino en frente, y no la pude ver yo, sino alguien a quien ni conocía. Eso me dejaba intrigado, si es que la otra parte del sueño sería tal cual vista, o si tomaría un rumbo diferente. Si sería yo quien estuviera al frente, o solo fuese una tercera persona en el asunto.

Pensando en ello, terminé dormido, sin ponerme pijama, sin abrigarme, sin nada.

Desperté exaltado, jadeando, sin tener idea del por qué me había despertado de esa forma, y al regresar a ver la hora, como siempre he acostumbrado, pude fijarme que el reloj muñequero marcaba las 4:34 exactamente. Y no tenía ninguna intención de dormir de nuevo, pues sufrir otro percance de esos no era necesario, ni divertido, por lo que aproveché a cambiarme a una vestimenta nueva, armada con una simple camiseta roja pura, y un calentador negro. Con ello puesto, quise salir apreciar una vez más la magnífica que me regalaba el risco, antes de regresar de toda esta locura. Sorpresivamente, al salir me pude dar cuenta, que estaría acompañado.

Amelia se encontraba ahí, sentada en el filo, otra vez, como si levantarse a esas horas fuese un hábito bien desarrollado. Me acerqué lentamente, para que nadie se entere que ambos despertamos. Tal como esperé, volteó a ver, solo que no esperaba que su rostro, en vez de presentar asombro o una gracia interesantemente extraña, mostrara tristeza y llanto, pues estaba llorando. Caminé lentamente hasta quedar a su lado, parado en el filo; y sin más me senté a su lado, chocando hombro con hombro, y proseguí hablar

-¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?-

-No es nada- contesto ella mientras se quitaba los lentes para limpiarse las lágrimas de los ojos

-¿Es por la discusión con Lisbeth?-

-¿Cómo te enteraste? ¿Acaso nos espiabas?- preguntó con un tono de molestia en su voz, y cómo no estarlo, pues no es bueno que terceras personas se metan en una conversación ajena y privada. No pude hacer más que darle una media sonrisa, confirmando su sospecha. Ella solo me miró por un segundo con ese enojo que demostró antes, pero al rato se quebró en más llanto, aunque no uno fuerte, sino delicado

-Estoy segura que tiene razón. Nos quedamos sin comer por casi un día, y una chica se perdió, y yo trate de verle el lado bueno... creo solo terminé viéndome como una idiota caprichosa-

-No eres ninguna idiota caprichosa. Entiendo que seas de esas personas que ven el vaso medio lleno... pero este no es el caso lamentablemente-

-Lo mejor es irnos de aquí-

-Por cierto, ¿a qué te referías ayer con irte?-

Su cara se tornó asombro, tal cual la primera vez que me vio despierto a estas horas

-Pues... no creí importara en realidad, pero el punto es que me iré de la ciudad-

-¿¡Te irás!?- inmediatamente me tapé la boca con la mano, esperando que nadie haya alcanzado a escuchar eso, lo que así fue

-Sí, mis padres lo han decidido así, y no me puedo negar. Este era mi último campamento con Lis, teníamos que pasarlo más unidas que nunca. Pero extrañamente, conocí a un chico, quien me llego a gustar-

En tanto dijo eso, solo pude destrozarme por dentro, pues estaba seguro que se trataba de Zach, y la evidencia del tiempo que habían compartido juntos lo demostraba. Incluso el hecho de que haya dicho que se quedaría por él, era más que suficiente para dejarme en claro eso

-Zach es un buen chico por lo que veo, aunque a mí no me agrade, se ve que es muy... interesante-

-Sí, Zach es interesante, pero no es ese chico- mis ojos se abrieron de par en par. ¿Cómo no le gustaba Zach? Si se notaba que ellos eran tal para cual

-Pero han compartido mucho tiempo juntos, cada uno se ríe de los chistes del otro, se comparten elogios, y un sin fin de cosas más-

-Zach es muy atractivo, no lo niego; aparte es muy sociable. Pero como te digo, no es el chico del que me enamoré-

-Entonces ¿quién es?-

-Te lo diré con un solo acto-

Así que, mirándome todavía, acerco su cara hacia la mía, y estampó sus labios contra los míos. En pocas palabras, ella me besó.

Campamento "Rain Forest" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora