Capítulo 8. ¿Y Emma?

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Comenzaron con el descenso de forma lenta, con Richard al frente y Marguie atrás de él, con el miedo subido hasta los cabellos, con el instinto de huir en caso de que siquiera algo suene; pero Richard no hacía más que bajar con cautela, pues tampoco sabía qué podía haber al fondo de la cueva, en su caso, el temor era de ver algún vagabundo agresivo.

Al llegar hasta el tope del pequeño túnel, Richard no ocultó el asombro al ver tremenda cueva bien tallada, y darse cuenta que por más que creyera conocer el bosque, este todavía le sorprendía con cosas inimaginables. Sin embargo, la chica de cabello churón no mantenía más que miedo, sin darse cuenta de que agarraba al hombre por la camisa del uniforme, de una manera tosca, pues ella sabía lo que había visto, y ya no tenía el mismo asombro que el de hace unas horas.

Con la linterna ya encendida desde la entrada al túnel, Richard avanzó hasta la mesa de piedra, aunque al alcanzarla, solo la rodeo, ignorándola casi por completo. No cabe duda alguna que esto hubiera sorprendido a Marguie, si tan solo ella no hubiera estado tan aterrada del lugar, así que siguió a Richard, todavía con la mano bien sujeta de su uniforme.

Luego de pasar alrededor de la mesa, Richard comenzó a dirigirse al pasillo izquierdo, exactamente el mismo pasillo por el cual Emma debió entrar

-No quiero entrar a ese lugar- dijo Marguie con un chillido aterrado, jalando fuerte del uniforme, provocando que Richard se detenga

-Puedes esperar aquí ¿si eso quieres?- contesto Richard regresándola a ver con mirada inocente

-Pero tampoco me quiero quedar sola, no otra vez- dijo Marguie casi rompiendo en llanto

-Entonces puedes regresar arriba, y yo salgo en cuanto encuentre a Emma, ¿te parece?-

-Por favor, encuéntrala- se limitó a decir Marguie antes de regresar súbitamente al túnel y subir.

No tuve que esperar mucho en la parte de arriba, pues Richard no tardó en regresar, aunque, sin Emma

-¿Dónde está? ¿La encontraste? ¡No me digas que se perdió en serio!- dijo Marguie ya con los ojos llorosos y la voz quebrada, llevándose las manos a la boca

-La busqué por ambos pasillos, pero no eran tan largo y no conducen a ninguna parte...- contesto Richard con voz de pena, y con un rostro que hacía ver lo apenado que estaba de perder una niña a su cargo

-No...- fue lo único que pudo decir Marguie antes de ponerse a llorar, pues se trataba de su mejor amiga, aquella persona con la que comentaban de todo, incluyendo sus penas, dichas, molestias, alegrías, tristezas, enamoramientos. Para Marguie, Emma es como esa hermana de otra madre... o era.

Richard por su parte se mantenía mirando al suelo, tratando de idear un plan en su mente, o incluso de rememorar los acontecimientos sucedidos, de pensar si vio bien aquel pasillo oscuro, si no se saltó algún indicio de otro lugar que condujera a Emma. Y fue entonces como se le vino una idea a la cabeza, y con esta, se pudo dar cuenta de lo oscurecido que se estaba poniendo el cielo, posiblemente indicando que en pocas horas se haría de noche pronto

-Marguie, hay que regresar al campamento... dejé a esos chicos muertos de hambre-

-No me puedo ir de aquí sin Emma- apenas se entendió lo que quiso decir, pues aún se encontraba llorando

-Sé que no lo harías, pero no te puedo dejar aquí sola sin nada, y tampoco puedo dejar a esos chicos... todo esto es culpa mía- expresó con mucha desilusión... probablemente de él mismo. Marguie solo seguía llorando por su amiga

-Pero tengo una idea. Mi teléfono tiene una aplicación, que consiste en grabar todo como una cámara, y esa grabación transmitirla a otro celular, el tuyo, por ejemplo-

-Pero seguramente necesitaría alguna conexión Wi-fi para que se mantengan conectados ambos celulares-

-Funciona a través de Bluetooth-

-El rango de alcance no es tan amplio para que llegue hasta el campamento-

-Déjame eso a mí, con algunas modificaciones, puedo conseguir un rango satelital más amplio-

-¿¡Y qué tal si se lo roban!?- grito Marguie con frustración- ¡No ves que Emma seguramente está ahí abajo! ¡¡Perdida!! ¡Con miedo! ¡No podemos dejarla! No puedo otra vez...- se notaba la frustración en ella, el como le afecto de manera fuerte, no quería dejar a su amiga perdida

-Es lo mejor que podemos hacer ahora Marguie...- le respondió Richard con calma

-Todo esto es sin duda culpa tuya. Apenas aparezca, me voy a la cabaña-

-Lo harán todos... ahora, préstame tu celular por favor-

Marguie dejó de llorar, tranquilizándose, y sin mirar al barbón, sacó su celular y se lo entregó en la mano.

Richard de manera rápida, comenzó hacerle configuraciones a ambos celulares, terminando en poner su celular en frente de la entrada al túnel, con una funda con comida como soporte. Terminado eso, Marguie se puso de pie, y le ayudó a Richard con unas cuantas fundas llenas de alimentos, y así, ambos se pusieron en marcha al campamento, de manera rápida, pues varios jóvenes muy hambrientos yacían esperando el tan ansiado botín de comida.

Narra James

Llevábamos ya como nueve horas sin comer nada, la mayoría cansada y muerta de hambre, incluyéndome entre ellos. Al parecer, pocos tenían algo de comida sobrante como una pequeña botana o un simple chocolate, pero a pesar de ello, aún seguían con mucha hambre. Yo me encontraba ya para eso de las 4:45 pm reunido con mis amigos, es decir con Amelia, Lisbeth, Martín y Zach, todos sentados en un pequeño círculo intercambiando anécdotas, chistes, gustos, historias y demás cosas con las que pasábamos bien, a pesar del hambre que teníamos.

El único pero, era lo mucho que hablaban Amelia y Zach. Cada vez que uno hablaba, el otro le hacía preguntas sobre lo que decía, o incluso peor, se regalaban elogios, y como la mayoría quería saber sobre Zach, pues era evidente que era él quien más hablaba. Quitando eso del camino, todos estábamos muy bien, hasta que llegamos a un tema especifico

-Saben, cuando regresemos de este raro campamento, mis padres me matarán si se enteran- dijo Martín entre risas

-Seguramente los míos no se preocuparan- dijo Lisbeth de igual manera riéndose

-Capaz los míos piensen que estoy listo para dejar el nido- expreso Zach haciendo como pájaro, a lo que los demás se rieron

-Los míos me festejarán por mi cumpleaños, y luego posiblemente me vaya- y eso fue lo que me dejó perplejo ¿Amelia diciendo que se iría?, ¿a dónde?

-¿Y tú? James- preguntó Zach con intrigado

-Prefiero no hablar del tema-

-¿Por?- preguntó Martín extrañado

-Pues...- estaba a punto de contarles que no tenía a mi madre, y mi padre no me apreciaba muy bien, pero unos chicos cerca de nosotros comenzaron a gritar "¡Ya regresaron!", a lo que todos los que estábamos en aquel círculo nos abalanzamos rápidamente a ver si eran Richard y las chicas con la comida que tanto queríamos... y en efecto, eran ellos.

Lo vimos entre todos los que quedábamos en el campamento acercarse a la lejanía, de entre los árboles, subiendo esa pequeña cuesta hasta el risco, y sin duda nos echamos a correr hasta alcanzar las fundas y ver que había de comida

-Déjenme preparar la cena, y luego les explico todo muchachos- dijo Richard no muy animado para nada, tal cual expresión que noté el primer día que lo vi

-Esperen ¿y Emma?- preguntó una chica del grupo.

Campamento "Rain Forest" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora