Un año a pasado desde el juicio contra Ernesto y su problematico divorcio. Todo en la vida de Giulliana y Dante se normaliza e inician con los preparativos de su boda.
Aunque no todo será tan facil como ellos lo imaginan, por que fantasmas del pasad...
He Estado con Gastón desde que tengo memoria, no recuerdo absolutamente nada de mi pasado, supongo que simplemente ya no es importante o para nadie lo fuí.
Tengo 29 años y he pasado los últimos 16 años en manos del que es mi esposo, demoré solo 3 años en adquirir las destrezas de una dominante, cuando aun era un niña, se podría decir que jamás tuve alma de sumisa y Gastón lo sabía, lo supo desde el primer dia que me vió. Desde entonces el es diferente conmigo a con las otras chicas que he visto pasar en todos estos años y han sido varias. Conmigo siempre fué distinto, me miraba de otra forma, me hablaba con firmeza pero a la vez con amor, jamas me castigo fuerte comparado con las demás, me usaba pero sabia hasta donde podía soportar, con las otras simplemente era el monstruo del que todas hablaban, a los quince años ya era toda una mujer, sabia lo que quería y por supuesto no era quedarme en ese clabozo ni ser vendida a alguien mas.
El era guapo y aun lo sigue siendo, use mi mejor arma para dominarlo, para sacar provecho de la situación, no me iba a quedar llorando en una esquina como las otras, yo quería ser diferente. Cuando me capturaron me di cuenta a los dias que nadie vendría por mi y debía aprender a sobrevivir y gracias a mi inteligencia estoy donde estoy ahora.
Siempre he sido fuerte y es lo que mas admira Gastón de mi, tengo su completa confianza, se lo que pasa en mi casa, en nuestros trabajos y en la vida de Ernesto. Conozco su historia y es por eso que me han involucrado.
La estilista pasa una última vez la secadora por mi cabello ahora castaño, me miro al espejo y no me reconozco, tengo un flequillo que hace que mi rostro se vea diferente, me cortaron el cabello hasta bajo los hombros recto, mis ojos ahora son marrones y mi piel fue bronceada, tengo un nuevo guardarropa totalmente diferente.
- Me falta solo ondular un poco las puntas y quedará lista señora.
- Eso estará bien, siempre he usado el cabello liso y me sentara bien un cambio.
- Odio ese color de cabello - entró Gastón y me besó - Pero sigues siendo bella de todas maneras Amore
- Lo sé Gastón, pero mientras mas cambios mejor.
- Casi no te reconozco, estas... Diferente
- Tengo un trabajo que hacer y no fallaré. Traeré a esa mujer devuelta
- ¿La extrañas? Ernesto siempre te daba a las mejores
- Me gustaba oir sus gemidos - pone su boca en mi cuello dando pequeños mordizcos, mi estilista sale y nos deja solos - La dominaba como quería y lo disfrutaba, deseo hacerlo nuevamente - Sabia que lo ponía cuando hablaba de esa manera, se perfectamente como manejarlo
- Podrías hacer algo conmigo o te puedo conseguir a alguien nueva si lo que deseas
- Puedo aguantar hasta tenerla aqui, pero si me gustaría algo tuyo ahora. - me paro abriendo mi bata y con un pies lo tiro sobre la alfombra, me mira con lujuria, tomo el lazo de la bata y amarro sus manos a los pies de la cama, paso mi pies por encima y ahachandome me acomodo sobre su boca sintiendo la humedad de su lengua sobre mi sensible clítoris.
- Sabes que hacer - con mi mano lo guío donde quiero y me hundo en el, moviendome sobre su boca hasta dejarlo sin respiración y me alejo, repito cuantas veces me da la gana hasta que estoy satisfecha de el.
Me paro buscando la funda para el pene, un aparato de silicona el cual contiene un vibrador, bajo su pantalón y lo acomodo en su miembro erecto y lentamente entra en mi, iniciando en un nivel bajo y poco a poco lo aumento hasta casi ya no poder mas haciéndome gritar de placer.
- ¿Sabes lo que quiero? - estoy agachada a su lado, dejando libre sus manos - Responde - tomo su cara entre mi mano fuertemente haciendo que me mire
- Si
- ¿Que esperas entonces?
Me acomodo en la cama de piernas abiertas y tomando su cabello lo guío y su lengua se posa en mi haciendome gemir hasta conseguir nuevamente llegar al orgasmo
- Ahora puedes darmelo - Me mira con sus ojos dilatados y sin esperar se hunde en mi fuertemente hasta llegar a su propia liberación.
Mientras cenamos y nuestra nueva sumisa nos sirve veo como mi marido la observa. El sabe que no puede follarse a ninguna nueva si no es con mi consentimiento, tiene muy claro que si estamos solos, yo soy la que manda, excepto cuando estamos en público.
Nos esta sirviendo vino y veo que no despega la mirada de sus senos enormes, esta, al contrario de todas las demás vino bajo su propia voluntad, tiene 18 años y quería descubrir el mundo de las sumisas, sufrió los primeros días pero ha tenido un buen comportamiento esta última semana.
- Sientate sobre la mesa y ábrete para mi marido. - mi voz retumba en el comedor y sin levantar la cabeza comienza a sacar las cosas para hacer lo que le mandé, pero sin tiempo que perder me paro y tiro todo al piso, la tomó del cabello y levanto su rostro - si te ordeno algo debes hacerlo, ¿Entiendes?
- Si mi ama.
- házlo.
Se sube en la mesa y abre sus piernas, los ojos de mi marido brillan y me pongo tras el obteniendo una excelente vista de la sumisa numero 31.
- Puedes hacer lo que quieras con ella - dijo en su oído viendo como su mano esta sobre su miembro - Hazla gritar, quiero oir sus gemidos hasta mi dormitorio. - dicho esto y sin perder un segundo saca su ropa completamente y me alejo sonriendo.
Tal y como le ordené escuche cada grito en el dormitorio mientras ordenaba mi ropa para el primer dia de nuestro plan.
Elegí un conjunto elegante pero conservador, desde mañana sería la nueva organizadora de bodas de Giulliana, me moría de ganas de verla nuevamente.
Gastón se ocupó de crear una página web la cual obtuviera la suficiente información para que ella quede feliz y se vea que tengo experiencia. Ernesto se encargó de la mujer que era su organizadora, despidiendola y dándole algo mucho mejor... Estará feliz haciendo el trabajo de María. Rio para mis adentros recordando el dia que la secuestró y obligó a renunciar, su llanto al pensar que la matarían ahí mismo. Se veía excelente, supongo disfrutaron bien de ella.
- Veo que tienes todo listo Amore
Ernesto esta tras de mi desnudo y a su lado en el piso esta la sumisa encadenada
- Todo esta listo. Y creo que tengo tiempo para que juguemos con esta zorra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.