Mafia, Boxeo, Carreras ilegales Y... ¿Amor? [TERMINADA]

Te Lo Suplico

-Liam, escuchame... No tienes que hacer esto si?... Te lo suplico, voy a hacer todo lo que tu quieras pero no lo hagas- Digo tratando de soltarme, al ingresar al pórtico habia una camilla en el centro y unos hombres al rededor de ella.

-Demasiado tarde preciosa- Dice mientras me arrastra sin ningún problema.

-Liam te estoy suplicando, y sabes que yo no lo hago con nadie... Dejame si?- Digo agitada y arrepentida.

-Me alaga que lo hagas, pero como ya te dije es demasiado tarde, ahora no me hagas las cosas mas difíciles- Dice frío y cortante, hasta que me logro soltar pero cuando iba a correr un hombre me atrapó y me coloco un trapo en mi nariz y boca con un aroma dulce, poco a poco todo daba vueltas y luego todo negro.......

Sentía mi cuerpo pesado pero alguien me estaba moviendo...

*Liam* Fue allí cuando reaccione y abrí mis ojos de golpe viendo que me encontraba en aquella camilla boca abajo, amarrada y a mi lado un hombre estaba revisando lo que parecía un pedazo de hierro en el fuego.

-Parece que ya despertaste... Justo a tiempo- Dice Liam con una sonrisa maliciosa y yo lo miro con miedo.

-Que es lo que me vas a hacer- Digo temerosa a la respuesta.

-Pues ya que siempre vas a estar a mi lado, te voy a marcar, para que todo aquel que esté en tu cama sepa que eres mía- Dice lo más de simple y mirándose sus uñas desinteresado.

-¡Liam no soy un puto objeto!- Digo con furia.

Les explico, cada mafioso tiene su propio “sello” cuando matan a alguien del otro llamemoslo bando, marcan al cuerpo para que sepan que fueron ellos junto con una nota de advertencia, bueno, creo que ustedes ya me van entendiendo.

-Oh si que lo eres, eres mi objeto de cambio- Dice aún con su estúpida sonrisa.

-Liam no lo hagas, dejame, después de todo voy a estar contigo siempre no?- Digo moviéndome tratando de que las cuerdas por lo menos se suelten, aunque se que es imposible.

-Es tarde- Dice haciéndole un ademán con la cabeza al hombre que está a mi lado. Este se acerca a una especie de horno de donde saca el pedazo de hierro hirviendo mientras se acerca a mi- Será mejor me no te muevas- Dice Liam mientras aquel hombre se va acercando rápidamente a mi.

-Liam no, ¡LIAM NO!- Grito mirando como se va acercando y un grito desgarrador sale de mi garganta al sentir el contacto del hierro hirviendo en la parte baja de mi espalda y con ello como quema mi piel. Estaba gritando pero me dolía horrible la garganta, aunque eso era lo que menos me preocupaba hasta que no aguante mas y me desmaye del dolor....

(.........)

-Mi niña, levántate- Escucho decir a alguien pero me siento demasiado cansada como para abrir mis ojos, hasta que el dolor vuelve a mi y los abro ahogando mis gritos de dolor. Allí estaba Rosita, ella es la mucama de Liam desde que era un niño- Pero que me le han hecho mi niña- Dice mirándome preocupada.

-No lo toques, por favor- Digo débil mientras observo que me encuentro en mi habitación.

-Lo siento, pero tengo que limpiarle eso- Dice cogiendo un trapo y comienza a limpiarme delicadamente, pero con cada tacto hacia que un grito saliera de mi, aunque los ahogaba.

Rosita es una señora de 55 años es la única que a estado “cuidando de mi”, lo hace cuando Liam no está ya que si Liam la ve podría despedirla.

Luego de que Rosita me limpiará, salió de mi habitación mientras yo sigo acostada en mi cama boca a bajo, hasta que cogi fuerzas y me levante. Al llegar al espejo voltee y Dios, eso no tenía forma de nada, con sólo ver eso en mi amado cuerpo me puse a llorar.