Capítulo Cuatro

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¿La resurrección de Ya-Sabes-Quién?

Noticias preocupantes han llegado a mi escritorio durante estos días y mi Vuela Pluma casi tiembla tanto como yo mientras redactaba el borrador para este artículo. Como bien sabrás, mi preciado lector, El Diario del Profeta se imprime en la mayoría de los países mágicos alrededor del mundo, por lo que intentamos mantenernos informados de las noticias más importantes de la Comunidad. Así que cuando esta mañana recibí un Búho de Brandon Wright de la sucursal de Nueva Zelanda, no estaba realmente sorprendida (acostumbramos a intercambiar alguna nota cada ciertas semanas).

Pero era un recorte de una columna que lleva siguiendo las últimas tres semanas, no una de sus usuales misivas. Él se especializa en oír la voz del pueblo e informar con una verdad ácida que a veces ofende a los altos puestos en el CONZEM (Confederación de Nueva Zelanda Mágica).

¿Qué tiene que ver con el mago que aún nos aterroriza en nuestras pesadillas?, te preguntarás, querido lector.

La columna del señor Wright, últimamente, ha estado siguiendo la desaparición de numerosos jóvenes de un pueblo al norte del país y, antes de que arrojes el periódico diciendo que te estoy vendiendo pan en lugar de pastel, descubrieron hace tan solo un par de días que estos magos y brujas volvieron como si nada hubiese pasado, pero con un tatuaje en movimiento en su brazo izquierdo.

Sí, honorable lector, te adjunto la foto que venía con el artículo de mi compañero, como podrás ver, es la Marca del Señor Oscuro que fue vencido, supuestamente por el heredero Potter.

Estos jóvenes, además de tener la marca, tienen un bloqueo mágico que impide que respondan a los Aurores de la OMA (Organización Mundial de Aurores) incluso bajo veritaserum, como los primeros Mortífagos del Círculo Interno de Quién-tú-sabes que fueron enviados a Azkaban. Te invito a leer más detalles desde la página veintitrés a la treinta y uno, donde con el permiso de Brandon Wright, hemos publicado todos los artículos de su columna diaria en lo referente a esta información.

¿Estaremos a punto de ver resurgir al Señor Oscuro? ¿O nunca murió esa noche y solo desapareció bajo una coartada, para planear un gran golpe? ¿Es solo un fanático que imita a Ya-Sabes-Quién para instaurar terror, como proclaman los portavoces de la CONZEM? No lo sé, lector, no tengo las respuestas, pero puedes estar seguro de que los periodistas dentro del Profeta, como siempre, nos esforzarnos para conseguir la máxima información y hacértela llegar. Les deseo una buena mañana y espero desde lo más profundo de mi corazón, que no volvamos a caer en oscuros tiempos nuevamente.

Tom Riddle se rió a mandíbula batiente leyendo el artículo, Rita nunca le decepcionada con su habilidad para exaltar a la gente con un par de palabras colocadas en el lugar adecuado. E Igor, oh, buen Merlín, siempre tan bueno, sin dejar cabos sueltos. Definitivamente había elegido buenos seguidores. Tenía ganas de convocar una nueva reunión solo para felicitarlos, sabía que necesitaban un pequeño empujoncito de vez en cuando, pero ellos serían grandes incluso sin él. No que algún día lo dijese, por supuesto.

Pero no podía presidir una reunión, aunque sea de su círculo tan disminuido, tras pasar su décima tercera tarde con el pequeño Potter, había acabado con el cabello de un brillante color naranja que se movía y fluía como si fuera fuego, desafiando la gravedad.

Desde que le había enseñado que las cosas que hace no es tan horrible como se lo pintaron los asquerosos de sus familiares, cada vez que lo veía le hacía algo raro, desde cambiar sus impolutas túnicas negras a unas de color rosa a hacer que sus zapatos maullaran con cada paso, todo el rato con la ranita del jardín que había encontrado el primer día.

Eso ya no era magia accidental ni lo hacía en defensa propia como él mismo hacía cuando estaba en el orfanato, no, el demonio de los ojitos brillantes se había encariñado con él. Querría mostrárselo al mundo solo para leer los titulares. “Señor Oscuro envuelto alrededor del dedo meñique de un niño”. Había perdido su toque. Y lo peor es que no le molestaba si podía oír las risitas de Harry cuando le decía que lo que hacía que era asombroso.

***

Harry estaba oculto tras las piernas de Severus y éste estaba intentando contener su sonrisa, no sabían cómo reaccionaría Harry cuando conociese a otros niños, pues hasta entonces no había tenido un niño que quisiese conocerlo. Todos habían huido por culpa de su primo, los contactos con niños siempre acabaron con Harry herido, hasta en el pequeño hogar de acogida en el cual el Señor Oscuro había estado trabajando desde antes siquiera de tomar el nombre Voldemort, había permanecido alejado y retraído.

Pero ahora Harry no parecía hostil o temeroso, más bien estaba curioso, asomando su cabeza llena de cabello desordenado azabache y mirándolo con ojos verdes centellantes. Una manita bronceada se estiró y saludó al pequeño rubio.

Draco pegó un chillido y lo tomó de la mano con rapidez, sacándolo de detrás de su padrino con suavidad, estaba emocionado, pero recordaba que su mamá le dijo que debía ser cuidadoso con el niño. Lo miró con una sonrisa grande a la que le faltaba una de las paletas superiores, los ojos grandes que le miraban desde detrás de esas gafas se parecían a las piedritas verdes de su anillo de heredero Malfoy. Sabia que su padrino estaba mirándolo de muy de cerca por si el niño que supuestamente tenía su edad (era demasiado pequeño, tenía que tener cuatro, no seis).

—Vas a ser mi mejor amigo y te prestaré todos mis juguetes. Y te cuidaré muy mucho. Promesa — dijo imitando la voz que ponía su padre cuando hablaba de cosas serias con los papás y las mamás de sus amigos, entrelazó su meñique con el de Harry y se giró para mirar a los adultos —. Es mío, así que vamos a jugar.

Y así, Draco Malfoy se llevó a un aturdido Harry Potter a su sala llena de juguetes para enseñarle y prestarle todas las cosas que había entre las paredes azules de su propio sitio seguro. El lugar donde podía reírse con su risa fea, la escandalosa que hacía que todo su cuerpo se moviese, que hacía que su nariz se arrugase y no podía usar mucho porque tenía que ser el perfecto heredero sangre pura, no sabía qué significaba, pero era importante con las visitas. Allí podía sentarse en el suelo sin que le regañen por arrugar la ropa, donde podía pintar con los dedos y llenar las paredes de chocolate si quisiera.

Llevó a Harry, que aún estaba demasiado callado cuando Draco le había hablado todo el camino hasta allí bajo la mirada divertida de los retratos de montones de Malfoy, lo sentó en el sillón más cómodo de la habitación, el de felpa marrón, era como sentarse en un osito de peluche que lo abrazaba y sentía que Harry necesitaba abrazos de Ositos de Peluche.

—¿Estás callado porque no quieres ser mi mejor amigo? — susurró cuando pasaron cinco minutos y Harry no hacía nada, solo se había quedado en silencio mirándolo.

—No, nunca fui el mejor amigo de nadie. ¿Qué tengo que hacer?

Draco sonrió, tomó un peluche con forma de dragón, su segundo favorito porque echaba fuego falso cuando le tocaban la barriga y se lo dio a Harry.

—No lo sé, pero lo descubriremos mientras jugamos al valiente caballero Sir Draco Lighter y su fiel amigo Sir Harry Star, el dragón naranja.

Potter soltó una risita, en voz baja y por muy poco tiempo, pero una risita. Draco también sonrió. Harry brillaba con una sonrisa, tendría que hacerlo feliz por siempre, siempre, siempre.

Es relleno random, pero creo que es lindo:(
Sé que mi Tommy Malvado Riddle no es el Voldemort, así que- igual les resulta un poco raro, pero- a la mierdis, es mi historia.

Ojitos de Ciervo » severitus. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora