Inesperado

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La historia de los mejores amigos tiene muchas versiones y es que muchos dicen que no se puede tener un mejor amigo del sexo opuesto porque en realidad sólo estan disfrazando las ganas de tener sexo y otros simplemente creen que es la amistad más sincera que existe, yo era parte de ese último grupo hasta que sin darme cuenta estaba en una situación algo difícil y poniéndome en duda a mi misma.

Alex se había convertido en mi mejor amigo cuando mi novio nos había presentado, encajamos al instante y desde ahí nos volvimos inseparables, tanto que habíamos acordado que ni entre nuestros amigos del mismo sexo nos entendíamos como entre nosotros así que era muy constante que saliéramos aunque fuera sólo a platicar.

Una tarde decidimos que iríamos a cenar como normalmente hacíamos cada que teníamos oportunidad, se ofreció a ir a recogerme pero justo cuando llegó por mi una fuerte tormenta se soltó así que lo invité a entrar a mi casa, además, aún no estaba lista entonces podríamos esperar hasta que la tormenta bajara mientras yo terminaba, él se acomodó en el sofá mientras yo me encontraba en el tocador terminando mi maquillaje mientras charlábamos amenamente.

-De nuevo no funcionó, Bri, creo que estoy maldito.- Reí ante su comentario dramático y es que cada intento de conquista últimamente terminaba en tragedia, mi pobre Alex necesitaba con urgencia un desahogo.

-Tal vez tengas razón, desde Addy no lo has logrado ¿Cuanto tiempo llevas sin una relación?- Me gustaba molestarlo con ese tema.

-Más de un año, lo máximo a lo que he llegado ha sido a unos cuantos besos y solo un par de roces pero nada realmente importante, ni siquiera sexo casual.- Comencé a reírme y pareció no hacerle la misma gracia a él pero siempre nos habíamos llevado rudo.

-Ay mi amor, cuando al fin logres acostarte con una chica no vas a poder responderle como quisieras, deberías practicar para no fallarle.

-Ayúdame a practicar entonces, si tan preocupada estas por mi.- Alex se puso de pie y caminó hasta ponerse a mi espalda, ambos nos mirábamos a través del espejo y una sonrisa burlona se formó en mis labios antes de girarme a verlo directamente a los ojos.

-Tendría que invertir mucho tiempo, cariño, tal vez ya no recuerdes ni como se besa adecuadamente y por eso no llegas a más con tus conquistas.- Ambos estábamos muy cerca y él solo se acercó más al escucharme.

-No me provoques Brianna, sabes que soy capaz de demostrarte que sé hacerlo muy bien.- Había tocado su orgullo y sabía que era capaz de muchas cosas con tal de defenderse pero no lo creía capaz de cumplir su amenaza así que me atreví a contestar aún cuando el ambiente en la habitación había cambiado drasticamente.

-No lo eres y no lo harás.- Le sonreí y di un paso a la derecha buscando pasar de el pero antes de lograrlo me tomó de las mejillas y plantó sus labios sobre los míos, al principio era un beso estatico, ambos parecíamos estar pidiendo la aprobación del otro o una simple reaccion, la tensión y la duda nos gobernaban por completo hasta que él tomó el control abriéndose paso hacia mi boca, su lengua comenzó a danzar con la mía de una manera increíble que provocaba pequeñas descargas en mi estomago, besar a mi mejor amigo se estaba sintiendo muy bien.

Sabía que estaba mal pero mi lado malo me alentaba a seguir, a fin de cuentas era solo un beso, ninguno diría nada, no habría pruebas y tampoco nadie nos veía así que me dejé llevar, lo tomé por la nuca y lo pegué mas a mi, comenzó a llevarme hacía el sofá en donde se encontraba sentado anteriormente, me tomó de las piernas e intento hacerme poner a horcajadas sobre él pero me negué pues el foco rojo en mi mente comenzó a hacer mas ruido.

-No, Craig se entrará.

-No lo hará, ninguno dirá nada.-Volvió a hacer el intento de sentarse llevándome consigo y lograndolo esta vez mientras seguíamos besándonos, estaba excitada y podía sentir que él también así que comencé a restregarme un poco sobre su erección haciendo que sus manos comenzarán un recorrido por todo mi cuerpo hasta llegar a mi trasero que estrujó robandome un gemido y luego metió su mano dentro de mi falda acariciando mi feminidad; estaba tan perdida en sus besos y en lo bien que se sentían sus caricias que no me di cuenta cuando liberó su erección hasta que la sentí rozando mi piel, Alex tomó mi tanga y la hizo a un lado dejandole el paso libre a su miembro que rápidamente colocó en mi entrada y me hizo bajar sobre él, gemimos al unísono y es que estaba tan excitada que fue muy fácil deslizarse dentro de mi y sin poder evitarlo comencé a mover mis caderas lentamente haciendo que ambos sintiéramos el entrar y salir de su miembro bien lubricado.

Sins for angelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora