Sins for angels

Alivio impensado II

No podía dormir. Daba vueltas en la cama sin lograr acomodarme a un lado de Lottie. Me había ofrecido quedarme con ella esa noche y al no querer estar sola, había aceptado gustosa; avisé a mi madre que estaba con Lottie y que me quedaría a dormir con ella, así no tendría a mi madre preocupada por mi paradero.
En mi mente corrían los últimos acontecimientos, una y otra vez sin parar; las mentiras de Grayson, lo que hice con el hermano de mi mejor amiga, que Lodge me defendiera cuando Grayson apareció en su casa, todo lo que había desahogado con Lottie; era demasiado para procesar, incluso parecía que todo había sido parte de una pesadilla y un sueño.
Me senté y tomé mi celular del buró a mi lado, pasaba de la medianoche, me sentía exhausta, tanto mentalmente como físicamente; sin embargo, no lograba conciliar el sueño. Me levanté despacio de la cama, con el propósito de no despertar a Lottie, pero fallé.
- ¿A dónde vas? - preguntó con la voz somnolienta y los ojos entrecerrados.
- Al baño - ella dio un asentimiento con la cabeza, tan tenue que apenas lo percibí, acto seguido, jaló las mantas cubriéndose hasta el cuello y dio media vuelta, dándome la espalda.
Salí de la habitación caminando de puntillas, pasando frente la puerta de Lodge, en la esquina del pasillo, se encontraba el baño y a la vuelta estaba la habitación de los padres de mi mejor amiga. Abrí la puerta con cuidado, luego entre en el baño cerrando la puerta tras de mí y finalmente prendí la luz; fui directo al lavamanos para poder mojar mi rostro, esperando que el agua se llevara un poco del peso que mi mente y cuerpo sentían. Miré en el espejo a la chica que se sentía destrozada por dentro y que, extrañamente, por fuera se veía completa, incluso podría decirse que bien. Contemplé la posibilidad de que eso fuera gracias al sexo con Lodge y pude ver mi rostro sonrojarse en el espejo. Quizá, lo que había pasado con Grayson no había sido tan horrible después de todo, gracias a eso pude cumplir una de mis fantasías. Reí ante mis pensamientos, en ese momento era un completo desastre emocional.

Mojé mi rostro una vez más, lo sequé y luego me fui a la salida del baño, apagué la luz, abrí la puerta y volví a cerrarla una vez que estuve fuera; me quedé de pie unos segundos fuera del baño, con los ojos cerrados para que se adaptaran nuevamente a la oscuridad; los volví a abrir y pude ver lo suficiente para volver a la habitación de Lottie sin problemas, solo que, sí hubo un problema. Al pasar por la puerta de Lodge, ésta se abrió y Lodge salió de su habitación, chocando sin querer conmigo.
- Lo siento - se disculpó con la voz ronca y eso mandó un cosquilleo por todo mi cuerpo.
- Esta bien - respondí y di un paso más con el objetivo de seguir mi camino, pero lo sentí tomarme del brazo con suavidad, deteniendo mi andar.
- Escucha, Tam, sobre lo de hace rato... - sabía que se refería al sexo, no a cuando Grayson irrumpió en su casa; lo detuve antes de que siguiera.
- Lodge, espera, no sigas.
- Tam, por favor escúchame; yo no debí hacerlo y lo siento - me sentí mal al escuchar sus palabras, no quería que se disculpara por acostarse conmigo.
- No, yo lo lamento - dije mientras bajaba la mirada al suelo.
- Tú no tienes por qué disculparte; lo lamento porque no fue el mejor momento, sé que tus emociones no están del todo bien y a pesar de eso no me detuve, pero no te mentiré Tamara, lo disfruté demasiado - levanté la mirada para ver sus ojos y su expresión, hablaba con sinceridad y eso me hizo sonreír un poco. Me acerqué a él para darle un pequeño beso en los labios -. De verdad me gustaría que se repitiera, me gustas, pero creo que deberías pasar por toda esa etapa de duelo antes de que pueda intentar salir contigo.
En ese momento sus palabras me ayudaron mucho; agradecía que él me diera tiempo para poner mis emociones en su lugar y me emocionaba que me confesara que le gustaba.
- Gracias Lodge, por entender todo esto - lo rodeé con mis brazos por la cintura y él correspondió mi abrazo -. Yo también esperaré el momento en que se repita - confesé de igual modo -. Buenas noches - le di un beso en la mejilla antes de deshacer mi abrazo y luego terminé de recorrer el pasillo para entrar a la habitación de mi mejor amiga, recostarme y volver a intentar conciliar el sueño.