Sins for angels

Escondidos

Faltaba poco para que por fin me graduara de la preparatoria; había hablado con mis amigos acerca de hacer una fiesta para celebrar el hecho de que por fin saldríamos de aquel infierno y antes de que entráramos al siguiente, la universidad; todos acordamos que era una buena idea y solo hacía falta planearla. Tardamos más tiempo del requerido en escoger cuándo y en donde, de hecho la decisión fue hacerla justo el último día de la preparatoria y sería en mi casa, aprovecharíamos que mis padres saldrían de viaje y todos podrían quedarse hasta el día siguiente; seríamos alrededor de 15 personas, incluido mi mejor amiga quien iba en otra preparatoria y mi mejor amigo que también iba en una preparatoria distinta; mi casa no era enorme pero sabía que podríamos acomodarnos de algún modo y que al final no importaría demasiado si todos se emborrachaban pues terminarían cayendo en cualquier lugar y quedándose ahí.

En fin, llegó el día esperado por todos y poco después de que Alyssa, mi mejor amiga, llegara a mi preparatoria, nos acomodamos en un par de autos y un taxi para poder movernos todos a mi casa; llegamos allá y dejamos nuestras cosas para poder ir a comprar el alcohol que tomaríamos, había una licorería cerca así que iríamos a pie. No tuvimos ningún problema una vez que estuvimos ahí pues ya todos éramos mayores de edad; ahí nos encontramos con Tate, mi mejor amigo, y entre todos cargamos con las botellas de licor y cartones llenos con cerveza. Debía admitir que estaba muy nerviosa, después de ver la cantidad de alcohol que llevábamos para tan solo nosotros, me hizo pensar en que mi casa quedaría destruida y al día siguiente me tomaría todo el día limpiar el desastre, además de que mis amigos podrían ponerse peor de lo que creía; sin embargo, decidí confiar en mis amigos y en mí misma, sabía que podíamos tener control sobre cualquier situación, al fin y al cabo, estábamos a punto de ser adultos ¿o no?
Regresamos a mi casa, pusimos algo de música y empezamos a beber en lo que decidíamos que sería lo que comeríamos, mientras tanto charlábamos de cualquier tontería que se nos ocurriera y reíamos con los comentarios estúpidos que hacíamos sobre aquellos temas. Terminamos pidiendo pizzas para comer algo y nos sentamos todos en mi jardín, en un pequeño círculo en el césped, bebiendo felizmente; yo tenía a mi lado derecho a Alyssa y Tate, quienes parecían muy entretenidos con todo lo que mis amigos de la preparatoria hablaban, eso me calmó un poco porque temía que no se agradaran pues era la primera vez que siquiera se veían y estaba feliz de que se llevaran bien ahora.

Las horas pasaron, comimos y seguimos bebiendo, muchos ya estaban demasiado ebrios, éramos solo Alyssa y yo las que nos encontrábamos en nuestros cinco sentidos todavía; yo no bebía alcohol como los demás, con suerte soportaba una cerveza porque detestaba el sabor del alcohol, por otro lado, Alyssa estaba intentando no beber demasiado para poder ayudarme con lo que necesitara y yo sé lo agradecía, aunque insistí en que no era necesario ya que, mis amigos, a pesar de estar ebrios, eran bastante responsables; cada que una botella de cerveza o cualquier otra cosa se vaciaba, se iba poniendo en las cajas de cartón vacías y si se hacía basura por cualquier cosa, todos ayudaban a levantarla y ponerla en una bolsa de basura, además, si algo se regaba o ensuciaba, lo limpiaban de inmediato; definitivamente eran para mí los mejores amigos y cuando Alyssa se percató de que en realidad no la necesitaría demasiado, empezó a beber un poco más y aún así estaba muchísimo menos ebria que el resto.
Llegó un momento en el que mis amigos decidieron poner el karaoke y cantar y bailar; fue bastante gracioso, todos nos metimos a mi sala de estar y buscamos canciones que podríamos cantar. Cantamos muchas diferentes, yo bailé con Alyssa un rato hasta que Tate - quien también estaba bastante ebrio - llegó para bailar conmigo. Me tomaba de la cintura, me pegaba a su cuerpo y yo sabía lo que quería así que me moví con sensualidad contra él, intentando ser discreta y que el resto de mis amigos no se diera cuenta, a pesar de que por su estado era poco probable que siquiera lo recordaran al siguiente día. Cuando sentí las manos de Tate empezar a acariciar mi cuerpo, me alejé de él y fui escaleras arriba, dándome cuenta de que era mejor parar y dejando a todos divirtiéndose en mi sala de estar.
Tate me siguió, llegando hasta mí por detrás, girándome para encararlo; en seguida intentó besarme pero yo giré mi rostro para que no lo lograra.
- ¿Qué sucede? - preguntó él con algo de confusión tiñendo el tono de su voz.
- No podemos hacer esto ahora, alguien podría darse cuenta.
- Todos están muy borrachos, nadie notará nada - intentó besarme de nuevo pero esta vez fue detenido por el grito de Alyssa desde la planta de abajo. Me aparté de él y bajé las escaleras, después de decirle que tenía que controlarse un poco o nuestro pequeño secreto sería revelado.