12: what the break leaves

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—¿Cómo está HyunJin? —pregunto Felix temeroso—. No tienes que respon-

—Está bien, creo —respondió JeongIn.

—... ¿Te sonrojaste?

El australiano estaba del otro lado de la línea, ni siquiera veía a JeongIn de lejos, menos de frente, y sólo sentía estaba demasiado rojo.

Innie suspiró sobre sí, Felix tenía un sexto sentido para todo.

—No —negó—. Gracias por llamar, hyung.

—Descuida. ¿Me llamas si necesitas algo?

—Seguro. Adiós, Felix.

—Adiós, Innie.

Una vez finalizada la llamada, JeongIn miró la pantalla de su teléfono. Dándose cuenta que no había cambiado su fondo nunca.

No recuerdo bien cuándo, sólo sé que había acompañado a Hyung a una sesión de fotos y se la tomé

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No recuerdo bien cuándo, sólo sé que había acompañado a Hyung a una sesión de fotos y se la tomé.

Habían días —sigue pasando— dónde se veia muchísimo más hermoso de lo que ya es; no lo sé, no sé qué era, pero se sentía muy bien.

JeongIn guardó su teléfono, y miró una vez más a toda la ciudad desde el balcón; deseaba tener esa tranquilidad.

Últimamente ignoraba todos sus pensamientos; pues tenía la presión del tiempo, de que HyunJin lo estaba esperando y eso no ayudaba.

Lo peor es que eso era totalmente suyo, y en verdad, su amigo le daba su espacio y tal.

Aunque tomarse las manos y casi besarse no era parte de eso.

Giró sobre sus talones y comenzó a caminar, algo dudoso.

Frenó en la habitación de HyunJin, y se sorprendió al ver que la cama ya se encontraba vacía.

Siguió caminando, bajó las escaleras y finalmente, llegó hasta la cocina.

Tal vez estaba haciendo café, debido al olor y le parecía tan, pero tan tierna su carita de recién levantado, que podría quedarse escondido viéndolo desayunar.

—No le vayas a poner sal otra vez —avanzó hasta los asientos de la barra.

Volteó—. Los frascos tienen nombre ahora —sonrió—. ¿Viniste a verme? Eres un tierno, sabes que no puedo ponerme gotas solo.

Rió—. Sí... No vine a verte.

—Claro, no —sacó dos tazas—. Todo el mundo usa el sarcasmo, tengo mucho con SeungMin; aunque siendo honesto —lo miró—. El tuyo me gusta.

—Shh, ya —se apoyó sobre sus manos, para que no se vea su rojo—. No era sarcasmo.

—... ¿Cómo no?

𝑴𝒀 𝑩𝑭 𝑰𝑺 𝑨 𝑷𝑶𝑹𝑵𝑺𝑻𝑨𝑹 ─hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora