"DEJA DE SHIPPEARNOS!" (Drarry/Harco)

Capitulo 8

Narradora omnisciente
Severus Snape llevaba a un Harry Potter y un Draco Malfoy muy sonrojados a su despacho pensando en que clase de castigo les iba a dar a ambos por andarse "peleando" por los pasillos.

Cuando los tres llegaron al despacho, que todo era de color negro y los muebles café oscuros, y que solo lo iluminaban velas. Draco que nunca fue al despacho de Snape aunque fuera su padrino, estaba demasiado nervioso por dos cosas: lo que acababa de pasar con aquel chico de ojos verdes que era protagonista de sus sueños eróticos, y por lo que su padrino le diría a sus padres (exactamente a su padre).

Mientras Harry un poco nervioso del castigo que les pondrían a ambos. Snape los sentó a ambos en las sillas color negro al frente de su escritorio mientras el se sentaba en su silla y escribía unas notas en un pergamino.

-Y bien? No van a decir nada?, -dijo Snape- o tendré que adivinar por que se encontraban tirados en el piso uno encima del otro? - al ver que ninguno decía nada señaló a Draco- Habla.

-Nos estábamos peleando, profesor. -dijo Draco mirando al piso-

Harry hizo un gesto ofensivo ante eso, el no había querido pelear, el solo estaba preguntando a Draco si estaba bien! Aunque era muy obvia la respuesta.

-Claro que no! -casi gritó Harry- te estaba preguntando si estabas bien!

Draco miró a Harry con ojos amenazantes, Harry supo que la había cagado.

-Si estaba bien? Por que tú le preguntarías eso al señor Malfoy, Potter? -pregunto Snape-

-Por que... nosotros... es que... -tartamudeo Harry, cuando sintió un cosquilleo en su cabeza-

-Señor Malfoy, Potter; como castigo de pelear por los pasillos, menos 20 puntos a Gryffindor y menos 10 para Slytherin, es obvio quien inició esto. Y antes de que se vayan, les dire que tendrán que hacer una poción para dormir, y para hacerla tendrán dos meses de castigo, se van a reunir todas las semanas en algún lugar del castillo y lo van a hacer. Si no lo hacen, ambos serán castigados por 3 meses más y yo los tendré bajo la mira. -término Snape- Potter, puedes irte. Señor Malfoy, quédese, necesito hablar con usted.

Harry salió casi dando un portazo, Snape enserio le había quitado 20 puntos a Gryffindor y si eso no fuera poco, le había dejado un castigo de dos meses con Malfoy , dos malditos meses! Con Malfoy! Y eso que el solo había querido ayudar.

Mientras en el despacho seguía un Draco cabizbajo y un Snape un poco preocupado por su ahijado que casi nunca se comportaba así de cayado.

-Padrino... -dijo Draco en un susurro-

-Ya se lo qué pasó. Entré a la mente de Potter. -Draco lo miraba un poco avergonzado-

-Le vas a decir esto a padre? -dijo Draco que ya no sabia cómo contenerse las ganas de llorar, sabía lo que le podía hacer su padre-

-No le voy a decir. Sabes que me importas mucho, Draco. Se como es tu padre, no te voy a hacer eso. -Dijo Snape en un tono suave, Draco tenía la mirada iluminada hacia su padrino-

-Gracias, Padrino! -dijo Draco y lo abrazó bien fuerte, el mayor correspondió al abrazo-

Severus Snape y Draco Malfoy tenían una relación de un padre y un hijo. Draco, que desde siempre había sido el menos favorito por su padre, tuvo que buscar otra figura paterna, en este caso Severus Snape. Y Snape, que siempre había querido tener un hijo, quería a Draco como uno. Snape podía ser el mismo con Draco y Draco con Severus. Ambos eran como padre e hijo. Snape se llevaba a Draco un mes en las vacaciones de verano, con la excusa de que le enseñaría pociones y otras materias, claro que era cierto, pero Snape enseñaba a Draco de una manera tan pacifica y amorosa como un padre le enseñaría a su hijo. A veces se iban a comer un dulce muggle que quedaba por la casa de Severus, era un dulce frío y cremoso; el favorito de Draco era el de chocolate y el de Snape era el de arándanos. Ambos también se quedaban hasta tarde viendo películas, otro invento muggle. Al final, Draco parecía no odiar tanto a los muggles como el mismo pensaba.