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Narra Adrien

Iba dirigiendo un operativo para atrapar a las personas que estaban robando los bancos y saqueando todos los recursos que teníamos, si esto continuaba así, muy pronto aquí en Berk ya no tendríamos nada con lo que subsistir...

Esta banda nos tenia muy preocupados a todos, y cuando digo a todos también incluyo a Hipo, el y yo teníamos ligueras sospechas de que quien se encontraba a cargo de esta nueva banda era mi tío y el presidente, no teníamos nada que probara aquello, pero todo apuntaba a que los culpables eran ellos,  claro, todavía no se lo habiamos contado a nadie, pues solo eran hipótesis nuestras, pero habíamos estado investigando y encontramos un pequeño lugar en donde podríamos comenzar  a buscar y aunque claramente era arriesgado solo pensábamos ir el y yo, ir a investigar y si encontrábamos algo que nos ayudara planeamos una estrategia y atacariamos al día siguiente, claro, con refuerzos.

Estaba casi seguro de que ahí encontraríamos algo, aún así no nos íbamos a arriesgar a ir por más, si mi tío era el que estaba detrás de todo esto sabia que tenia algún plan por si llegasen a atacar y en dado casi los únicos que perderíamos algo seríamos nosotros.

Al poco tiempo me informaron que el operativo fracaso y que los policías ya venían de regreso, solté un gran suspiro, todo era muy complicado, revisé la hora en el reloj de la oficina, eran las 2:30pm, ya casi era hora de que fuera a recoger de la escuela a mis pequeños, y por lo tanto tenia tiempo para despejarme un poco, salí rumbo a la escuela y en pocos minutos ya estaba ahí, la discreción era máxima, no queríamos que nadie se enterara que eran mis hijos hasta que ya hayamos descubierto todo y no corran riesgo, así que había hablado con la directora y le había dicho la situación, obviamente era una situacion inventada, y le habíamos pedido absoluta discreción

Espere a que los niños salieran y se subieran al coche, ya que yo por obvias razones no podía bajar por ellos, Emily y Hugo se sentaron en la parte de atrás y podía ver perfectamente como acomodaban sus cosas por el espejo retrovisor, cuando ya estaban listos arranque el coche para comenzar nuestro camino

Ad: ¿cómo les fue hoy?

Hu: muy bien papá, la maestra me escogió para entrar a las competencias de matemáticas

Ad: que bueno Hug, eso es algo muy importante, estoy orgulloso de ti

Hu: gracias pa, ya quiero decirle todo a mi mamá

Ad: vas a ver que se pondrá igual de feliz que yo

Hu: eso espero

Ad:¿y tu Ly? ¿Que tal tu día?

Em: todo normal papá

Ad: ¿enserio? ¿No hubo nada nuevo?

Em: no pa, todo equis

Ad: tu tienes algo hija, haber cuenta

Em: no es nada

Hu: esta enojada porque todos la empezaron a molestar

Em: eres un chismoso Hugo

Ad: ¿a qué se refiere tu hermano?

Em: nada pa, es solo un problema sin importancia

Ad: Emily Agreste Dupain

Em: es un problema súper insignificante

Ad: quiero oírlo

Em:- la menor se quedó callada no sabiendo que responder a su padre, para después rodar los ojos y ecplicarle- unas niñas fueron hoy conmigo y se empezaron a burlar de mi

Ad: ¿por?

Em: pues porque dicen que tu y mi mamá no nos quieren y que les damos pena que por eso nunca te bajas a recogernos, que simplemente fuimos un estorbo en su vida

Ad: ¿ y tú crees eso?

Em: pues si papá, osea es como si te diera pena que nos vieran contigo

Ad: ¿ y tú que opinas Hugo?- el niño simplemente no respondió, solamente se dedico a bajar la cabeza- haber niños, eso no es cierto, ustedes son demasiado inteligentes como para darse cuenta de la verdad, por ahora hay mucha gente mala que si los ve cerca de mi les puede hacer daño, y por eso no bajo por ustedes, pero les juro que en cuanto esa persona ya no les pueda hacer daño voy a venir diario por ustedes a dejarlos y es más si quieren hasta hago que salgamos en la portada de una revista

Hu: ¿entonces nada de lo que dicen es cierto?

Ad: claro que no Hug, y quiero que me prometan que nunca van a dudar del amor que les tengo a ustedes dos

Em: esta bien papá, eres el mejor, perdón por dudar

Narra Astrid

La casa estaba en total silencio, hacia días que Hipo no venía y aunque me duela admitirlo de verdad me sentía más sola de lo normal, me había vuelto a acostumbrar a su presencia.

Cassandra estaba jugando en su habitación con unas muñecas, yo observaba como jugaba cuidando de que no se pudiera hacer daño, movía sus pequeñas manos de un lado a otro para darle vida a los juguetes, ella trataba de pronunciar una que otra palabra para que así pudieran comunicarse.

Era solo una niña, una niña que no tenía ni idea de lo que pasaba  a su alrededor, que a esa edad solo se preocupaba por jugar, no saben lo que daría yo por volver a esa edad, donde todo era mejor.

Poco tiempo después Cass se empezó a quedar dormida, debían ser al rededor de las seis o seis y media, de cualquier modo la cargué con cuidado y la recosté en su cama cobijandola para que no le diera frío, apagué la luz de la recamara y con cuidado la cerre, baje las escaleras y me servi un poco de agua, Flin todavía no llegaba y apesar de que no lo quería tener cerca ni de broma eso me angustiaba un poco, no podía dejar de pensar en lo que me dijo Anna, y tal vez Flin si tiene algo que ver con todo esto.

El reloj marcó las once de la noche, yo termine de organizar algunas cosas y me disponía a subir, pero justo entonces entro Flin, venía tomado, lo podía notar por la forma en la que caminaba.

Esa noche fue una de las peores el llego enojado, y me arrastró hasta nuestra habitación, me llevaba agarrada del brazo y eso me lastimaba, pero justo después me dio una cachetada, le pregunté el porque pero no me respondió nada, al contrario, me empezó a pegar más y más fuerte yo solo le gritaba que parara, pero no me escuchaba, después de un tiempo el se alejó de mi cerrando la puerta al instante, yo solo sentí paz y esperaba que no regresara.

Estaba segura de que el ojo derecho lo tenia morado al igual que las mejillas, mi labio inferior sangraba, y mis brazos al igual que la espalda la tenia lastimada a causa de los golpes que había recibido incluso podría jurar que uno que otro golpe fue en el abdomen, por lo que también amanecerá con golpes ahí.

Mi tranquilidad se fue al carajo cuando lo escuche ponerle llave a la habitación, me levanté lo más rápido que podía para comprobar que en efecto estaba encerrada, en ese momento no temía por mi, temía por Cassandra, escuche que empezó a caminar hacia su recamara, la abrió y cerró la puerta, estaba aterrorizada, me tenia encerrada y no sabia que podía hacerle a nuestra hija, y aunque los golpes no me lo permitieran trate de abrir la puerta a la fuerza, pero era inútil, solo logre lastimarme más...

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