Epilogo

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Narra Hipo

me paseaba por los pasillos de la casa en busca de Cassandra esa pequeña que había robado mi corazón antes de saber que era mi hija.

Pude ver la puerta de su recamara cerrada, aquella puerta alta y de un color rosa pálido que combinaba muy bien con ella pues a diferencia de Astrid Cass era más dulce y tierna, con delicadeza toque la puerta y para mi sorpresa no hubo respuesta, volví a tocar la puerta y  nada, un poco preocupado abrí la puerta y entré.

La vi sentada en su tocador con algo en la mano, a través del gran espejo pude ver su rostro decaído, sus ojos azules tenían lágrimas y rápidamente me acerque a ella.

H: ¿pasa algo Cass?

Ca: no... solo extraño a mi mamá- sus ojos seguían teniendo lagrimas y en cuanto me miro pude ver todo el dolor que tenia- es extraño ¿sabes? Realmente no tengo muchos recuerdos con ella... solo recuerdo su dulce voz cuando me dormía y sus ojos... eran tan hermosos y- su voz comenzó a quebrarse aún más- y cuando veo su fotografía siento siento estoy viendo a alguien más- yo simplemente no pude más y la abraze-

H: perdóname hija, perdón por no poder traer a tu mamá de regreso ese día

Ca: solo quisiera que ella estuviera conmigo un día más y decirle cuanto la amo.

H: ella también te amo pequeña nunca lo dudes, fue capaz de dar su vida por ti

Ca: no recuerdo mucho de ese día y...

H:no te preocupes de más Cass- la separe un poco de mi y limpie sus lágrimas de sus mejillas-

Ca: es que no puedo dejar de pensar que hubiera sido de mi si mi mamá no te hubiera dejado esa carta en la que te decía que era tu hija

H: nada, nada hubiera cambiado amor, te hubiera protegido de todo justo como ahora

Ca: tu.. ¿tu me querías antes de saber que era tu hija?- preguntó algo dudosa-

H: claro que si pequeña, tu llegaste y te robaste mi corazón en segundos, ahora apúrate no queremos llegar tarde a tu boda

Ca: papa prométeme que no me harás preguntas cada dos segundos de si estoy segura de casarme

H: no puedo prometer eso Cassandra- dije desde el marco de la puerta para después salir-

El día era melancólico y sin poder evitarlo mire hacia el cielo donde seguramente Astrid veía orgullosa a su hija, ella logró todo lo que nosotros no pudimos y esta bien con eso, lo único que quería es que no sufriera.

Después de la última pelea decidimos irnos a Arrendell en donde podíamos llevar una vida normal y sin prejuicios y quien diría que Cassandra ya tenia 21 años y se iba a casar.

Pa: Hipo te extrañe primo

H: yo también,  ¿que tal todo por Berk?

Pa: muy bien a decir verdad, ya sabes Adrien es el presidente ahora después de tantos años la gente lo sigue prefiriendo y ni hablar de Marinette la adoran

H: lo se, ambos son increíbles

Pa: si pero algunas personas no dejan el pasado atrás, Tilda estaba saliendo con Sol y algunas personas no hicieron más que ofenderlas, creo que estamos mejor por acá

H: si, de hecho me sorprende que los gemelos no se hallan vuelto locos

Pa: bueno digamos que Brutacio no tiene mucho tiempo ahorita, William y Edward les consumen mucho tiempo y ahora esta esperando al tercer hijo

H: si, pobres Heath estaba vuelta loco cuando le dijeron que iba a tener gemelos

P: yo también tenia miedo de que cuando nació Sol fueran gemelos.

Si Marysol es la hija de Patán y Brutilda tenia apenas 16 años, William y Edward eran hijos de Brutacio y Heather ellos tenían 12 años y estaba esperando a su hermanita, Elsa y Jack después de unos cuantos años se casaron y decidieron no tener hijos, y Emily y Hugo ya eran adultos tenían 25 años, Ly ya tenía una hija Daría, y Hug estaba a unos meses de casarse.

Los años pasaron muy rápido después de que te fuiste My Lady, espero que cuando muera la primer persona que vea sea a ti.

Pa: debiste de haber buscado a alguien Hipi- comento con tristeza al ver mi cara melancólica-

H: sabes que lo intente Patán pero nadie podía remplazar, fue el amor de mi vida.

[...]

El palacio de Arrendell estaba adornado para la ceremonia, Cassandra llevaba su largo cabello castaño con medio moño y lo demás suelto, el tocado del velo hacia lucir su cabello y el vestido blanco se acoplada perfectamente a su figura, caminaba lento pero con seguridad, en su mirada podía notar algo de nervios pero supongo que era normal.

Del otro lado se encontraba Liam, con un traje blanco con decoración beige esperaba nervioso a que llegara Cassandra, sus padres estaban detrás de él, ellos serían quienes oficiarian la ceremonia, Liam era un buen muchacho, quien diría que ellos sí se terminarían casando, yo confiaba completamente en el para cuidar de mi pequeña.

En cuanto llegamos junto a Liam ambos hicimos una pequeña reverencia y entregué a Casandra, no podía estar más orgulloso de ella.

Después de unas cuantas palabras y de nombrar princesa a Cass finalmente la ceremonia acabó, los novios se veían muy felices juntos y recibieron muchas felicitaciones.

La fiesta no fue para nada pequeña, al contrario  al ser el príncipe quien se casara fueron personas de todos lados, tanto se Berk como de otras partes del mundo.

Decidí salir a dar un paseo por el lugar, obviamente estaba feliz por mi hija pero pensar en que Astrid también hubiera querido presenciar eso me deprimia un poco

Entre de nuevo a la fiesta y la pase de lo mejor, después de todo no todos los días se casa tu única hija.

La hora de que los novios se fueran de luna de miel llegó y todos los despedimos, regresarían en unas cuantas semanas y solo esperaba que la pasarán de lo mejor, aunque no es lindo imaginar a tu hija teniendo relaciones sexuales con alguien.

Dos años después

Liam y Cassandra fueron nombrados reyes después de que Anna y Kristoff murieran en un accidente automovilístico y hoy el reino celebraba el nacimiento del primer hijo del matrimonio...

Una preciosa niña de cabello rubio y ojos azules había nacido, y aunque tenia ciertos rasgos de Cass era idéntica a Liam, ambos estaban felices de por fin tener a su hija con ellos y como era de esperar se hicieron una gran fiesta en honor a la pequeña Astrid  así era como ellos habían decidido nombrarla.

Después de la fiesta me fui a dormir y al abrir los ojos la vi, tan hermosa como siempre, corrí a abrazarla y al llegar junto a ella la bese...

El día menos esperado estaba de nuevo con Astrid, ya había cumplido con todo lo que me tocaba y ahora por fin podríamos disfrutar nos el uno al otro, sin barreras ni obstáculos, en donde ni siquiera la muerte nos podía separar.

Porque al final de cuentas éramos dos almas correctas en vidas equivocadas...

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