~Colores~

XVI

〔Blanco〕

???: Hija --expresó un peliverde militar adulto, el cual solo me abrazo--

Kyoko: Papa --exprese al alegre al verlo, correspondiendo el abrazo--

El es mi padre, Tanaka Hiro el líder de todo el gobierno familiar. Si, mi padre es una de los más poderosos de Japón, el cual a pesar de tener tanto poder, es muy buen padre, y alguien amable, si tan solo le presentará a Adrian... Pero se que el debe de estar enojado conmigo.

No lo culpo, esto lo decidí por si sola, y no me importa si me odia con solo verlo con vida me alegra. Suspire algo triste por lo que paso en México, quiera regresar y besarlo... Jaja, quien lo diría, apenas toco Japón y ya lo extraño.

Hiro: ¿Sucede algo pequeña? --pregunto con una obvia preocupación--

Kyoko: No, nada papa --respondi algo nerviosa--

Hiro: ¿segura? --volvió a preguntar, arqueado la ceja--

Kyoko: Si, segura --solo forze una sonrisa--

Makoto: Esta haci porque dejo a su noviecito con sus demás amigos en México --explicó, saliendo del aeropuerto con las malenas--

Kyoko: Onii-chan!! --Solté un puchero, inflando las mejillas--

Hiro: Momento... ¡¿Mi princesa ya tiene novio?! --expresó alegre ante tal noticia, vaya, crei que seria el típico padre celoso-- y, ¿porque no lo tragiste contigo?

Kyoko: De eso quería hablar

Subí a la limosina junto con makoto y mi padre, le conté todo lo sucedido, sobre la carta y el porque mi regreso a Japón. Por cada palabra que decía, vi como su rostro se volvió serio.

Al llegar a la mansión, mi padre contó a los demás de la familia sobre lo que le conté, aparte de que me abrazaran por verme de nuevo, y pusieron manos a la obra.

Kyoko: ¿Seguro que quiere acompañarme papa? --pregunte caminando hacia el lugar en donde vería a este individuo--

Hiro: Descuida, estoy seguro --comentó con una sonrisa mientras ocultaba su arma--

Sólo reze en mis adentros para que nada malo suceda, al final, esto es de vida o muerte, si no nos deshacemos de este individuo, empereora más las cosas.

Di vuelta a la esquina, adentrandome a un callejón con mi padre a lado, caminando nuevamente, esta vez el aire se sentía tenso, mis manos temblaron ante la atmósfera tensa, sin duda, esto me estaba aterrando.

Pasaron los minutos hasta llegar al lugar, un camino sin salida, en donde se encontraba un chico peliplateado con once encapuchados atrás de él. Sin duda este es el que me mando la carta.

???: Vaya,vaya, vaya, al parecer mi albina favorita salió de ese país tercermundista --comentó el peliplata (autor: oye cabron, eso me ofende v:<) con mucha burla--

Kyoko: ¿Quien eres y que es lo que quieres? --pregunte seria, viéndolo fijamente a sus ojos--

???: Vamos, vamos, me presento, soy Leonardo, pero puedes decirme Leo dulcura --Respondió con un tono coqueto dirijo hacia mi, que asco me da--