Capítulo 9.

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Un color rojizo es lo único que observo a través de mis párpados, mi rostro está completamente relajado y siento los rayos del sol del mediodía a travesar mi piel pálida y fría. Es una sensación increíble.

—Solo bebí un poco, me estaba divirtiendo—la voz de Zach hace eco dentro de mí mientras escucho el latido de su corazón—disfrute mucho del ambiente—le doy un trago largo a mi botella de agua para quitar el penetrante sabor del café americano de mi boca. —Hasta que me interrumpieron por la accidentada—abro los ojos y me incorporo de su hombro, con mi mano derecha le doy un leve apretón a su brazo.

Ríe, mofándose de mi situación del viernes.

—Qué gracioso. Creo que te remplazaré con Dylan.

Mi desenlace del viernes fue que Dylan encontró a mi mejor amigo y él pudo llevarnos a casa a Santana y a mí porque Santana estaba más alcoholizada que de costumbre.

Hay una sensación extraña cada vez que hablo del viernes. No he podido quitar el recuerdo de ese día. Y todos los caminos me llevan a Harry; es como si hubiese tomado una fotografía de él saliendo de la habitación con una sonrisa en su rostro, la cual se repite una y otra vez en mi mente, aún sin pedirlo.

He estado más atenta que de costumbre a cada rostro que veo vagar en los pasillos pero no he tenido éxito. Hay una parte de mí que está deseosa de verlo de nuevo, muy en el fondo creo que algo ha cambiado. Y él puede ayudarme a confirmarlo con tan solo vernos.

—Es un gran tipo, es el que mejor me cae de su círculo de amigos—Zach me observa.

—¿Qué hay de los otros? —pregunto sin ningún interés de por medio.

—No lo sé, es sólo que lo percibo más real que el resto. Como una persona menos racional, que no se basa en juicios. Alguien al que podrías correr a pedir ayuda y no haría preguntas.

—Estoy de acuerdo contigo—tengo una impresión igual a la de él. —Cambiando de tema, hay algo que quisiera contarte—musito.

—¿Hay más sobre el imbécil de Alaric?

Zach y Santana saben la historia a medias debido a que el día de ayer estuvieron en mi casa, como cada domingo. Cuando digo a medias, me refiero a que solo saben que perseguí a Alaric por el estacionamiento para encararlo sobre su lista de ampliación de grupo, en donde no estaba yo; de ahí mi accidente, el cual no valió la pena porque no había conseguido alcanzarlo.

Evite dar otro tipo de detalles, porque no necesito darle protagonismo a él en mi vida, debería dejarlo estar y no mortificarme, al fin y al cabo mi problema está resuelto sin su ayuda.

—No, es sobre Nathaniel—Zach sonríe a medias—¿por qué sonríes?

—Santana y yo estábamos debatiendo el viernes sobre lo que hay entre ustedes dos. Y si no lo contarían.

—No hay nada entre nosotros—me da una mirada llena de recelo—no aún—aclaro.

—Te conozco Claire, y es obvio que Nathaniel te gusta. Y por el acercamiento que han tenido desde Glastonbury podría asegurar que tú a él; Santana me dijo que la mayoría del tiempo le pregunta sobre ti—siento como la sangre me sube hasta las orejas, ha despertado la curiosidad, pero esa la calmará Santana después de que hable con ella.

—El Viernes habíamos planeado salir, pero con todo lo que sucedió me olvide por completo; aun así, él llamo para cancelarlo.

—¿Y?

—Y no he hablado con él desde el viernes. No sé cómo hacerlo.

—¿Qué está pasando por tu mente ahora mismo, Claire? —entrecierra sus ojos.

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