Capítulo 17.

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El toque de su mano envolviendo la mía es lo único que me hace saber que aún hay algo cálido en mi cuerpo.

Harry guiándome sobre la tormenta, es lo único de lo que puedo estar consiente en estos momentos.
Atravesamos el umbral de una casa de madera con diseño exótico y único, no es hasta que dejo de escuchar el sonido de la lluvia tan cerca que me doy cuenta que ya no estoy más a la intemperie, un calor ajeno al tacto de Harry me abraza y por fin mi mente parece centrarse y pensar en lo que ha ocurrido.
No hay luces encendidas,  casi no puedo distinguir nada, cae un relámpago alumbrando momentáneamente el lugar logro ver rápidamente la barra enorme de cocina, una estancia de grandes y largos sillones de color marrón. Hay un olor peculiar en este sitio, es sobre todo a madera y a pintura fresca.

—Recién está construido, solo yo he venido para acá las últimas semanas— dice Harry, en tono casi inaudible. Quiero abrazarlo, pero aún no termino de procesar todo lo que ha pasado— Será mejor que te des un baño antes de que te resfríes.

Él tira de mí una vez más y me conduce a través de unas escaleras de madera, lo que capta mi atención son los marcos que cuelgan a lo largo de todo el recorrido de las escaleras, algunos de arte y algunos otros son fotografías familiares, lo puedo asegurar, no tengo suficiente visibilidad pero sí intuición.

Cruzamos un pasillo estrecho con muchos espejos colgando hasta detenernos en una puerta. El sonido de un timbre resuena más de lo que debería en cada rincón del pasillo causando un eco. Deduzco que el sitio aún está vacío.

—Te traeré ropa mía seca, hay toallas suficientes, así que siéntete con la libertad de tomar las que quieras y si necesitas algo más puedes decirme. Ve llenando la tina, vuelvo enseguida—por fin el toque se rompe y me siento completamente extraña mientras él se aleja.

Abro la puerta del baño y quedo embelesada con el enorme ventanal que hay frente a la tina, da una vista a un pequeño lago y a lo lejos se puede observar un imponente lugar lleno de árboles, no es necesario ni siquiera alumbrar el baño, entre las luces que alumbran el camino del lago que se encuentra abajo, acompañado de los relámpagos le otorgan una iluminación exhorbitante al baño.

Me inclino a abrir la llave del agua caliente de la tina para que ésta se inicie a llenar.

De repente me invaden en la mente todos los escenarios que me han acontecido durante el día, nunca imaginé terminar en esta situación ni mucho menos con Harry. Siento un nudo en el estómago y sé que es por la pérdida de Amelia, aunque no haya llegado a conocerla demasiado me alegra al menos haberlo hecho, es de esas personas que te despiertan la sensación de estar con gente que emana dulzura, protección y sabiduría.
Si yo, me siento de esta manera siendo una persona ajena a ella, no quiero ni imaginar a Harry. Por otra parte, mis sentimientos y emociones respecto al beso están fervientes, la manera en la que me ha tratado durante el día, y por supuesto, saber lo que sucederá.

Estoy tiritando de frío y sé que es porque me envuelve el vapor del baño haciéndome saber que realmente hay algo más caliente que mi cuerpo.

No sé qué hacer.

Eso me mortifica, porque siempre estoy creando soluciones para las cosas que me acontecen, pero esta vez es todo incierto es una mezcla de melancolía con felicidad, todo esto es una experiencia tan agridulce.

—Claire—escuchó dos golpes delicados en la puerta— ¿puedo pasar? — pregunta Harry al otro lado.

—Pasa—le digo y me siento en el borde de la tina para observarlo.

—Te he traído un cambio de ropa, es mía, espero que al menos te sientas cómoda—puedo observar un destello de extrañes en su rostro—¿por qué no has encendido la luz?

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2023 ⏰

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