Capítulo 13.

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Camino ajetreada en los pasillos de la universidad haciendo mi mayor esfuerzo por no dejar caer las carpetas de registros de Old Bailey.

No tuve tiempo de dejarlas en mi auto, perdí la noción del tiempo por querer hacer un poco de mi trabajo en la biblioteca para evitar que se me acumulara más tarde. Para mi buena suerte, la biblioteca está alejada del auditorio y ahora llevo veinte minutos de retraso para entrar a clase de Alaric. Todo esto gracias a que no tuve cabeza para hacerlo ayer, porque estaba demasiado ocupada pensando en... Tonterías.

Pienso que no es el hecho de llegar tarde a la clase lo que me tiene en estado de ímpetu, sino que no me he detenido a pensar que haré cuando esté frente a Nathaniel.

El camino parece alargarse, hay demasiado movimiento en la universidad, el cual no es nada común. Provoca que pierda tiempo esquivando y tratando de no chocar con nadie.

Cuando estoy a pasos de llegar al auditorio, tomo un respiro. Seré el blanco de todo par de ojos que miren hacia la puerta.

Decido abrir la puerta antes de pensar en alguna estupidez más que me haga sentirme indefensa.

—Bueno, ya pueden retirarse, gracias por entrar a la clase—escucho la risa prolongada de la clase, y Alaric me da una mirada rápida.

¿Solo está bromeando conmigo o es en serio?

—¿Puedo pasar? —murmuro con algo de vergüenza.

—Adelante—dice sin mirarme.

Tomo asiento en los primeros asientos de la primera fila para no perder más el tiempo y me esfuerzo por no hacer demasiado ruido y no dejar caer una carpeta.

—Profesor, ¿a qué hora será la conferencia? —escucho a alguien preguntarle.

—A las doce en punto, en el auditorio principal—Alaric responde mientras guarda algunos documentos en su portafolio.

Estoy demasiado ocupada en pasar desapercibida que no noto que Olivia está a un lado mío, le sonrío y ella me devuelve la sonrisa.

—Igual acabo de llegar—susurra inocente—pero es en serio que la clase ya va a terminar.

—¿Por qué? —siento que me invade un bochorno producto de mi agitación para llegar a clase.

—El profesor es el encargado del comité de bienvenida de la primera semana de los días culturales. La presentación oficial y la inauguración empieza en treinta minutos, nos pidió que asistiéramos.

—Oh—ahora entiendo porque hay demasiada gente por todos lados—lo había olvidado.

Los días culturales de Cambridge es un "evento" que dura aproximadamente la mitad de un semestre. En este llegan de intercambio algunos universitarios, no solo de otros países, sino también de otras universidades de Londres como lo es Oxford. Lo increíble de esta semana es que sucede cada dos años, y es la segunda vez que me toca presenciarla. Hay más de doscientos lugares disponibles y se disponen a dividirlos por carreras.

También tiene un lado divertido y excitante todo esto, porque la universidad se llena de actividades, paseos y torneos. La comida de la cafetería va dirigida a un público más gourmet, la biblioteca abre su última sección del tercer piso, abren el edificio W para la estancia del alumnado nuevo, y permiten que algunas fraternidades hagan competencias deportivas con Oxford en el campo central de Cambridge. Además se aceptan las colectas para las fogatas, que terminan siendo desplazadas a algunas fraternidades.

—Pueden retirarse, los veo en veinte minutos—Alaric camina hacia la salida y yo suelto un soplido—señorita, Cadwell—se detiene frente a mi asiento—¿podría hablar con usted un momento, en mi oficina? —muerdo mi labio inferior y asiento.

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