-¡Hola, Kokoro!-me saludó Tsuke mientras sacudía la mano y sonreía.
Le devolví el saludo con los mismos gestos y los dos nos reímos.
Estaba muy cansada, ya que esa noche no había dormido especialmente bien. Él pareció haberse dado cuenta, ya que me miraba cada dos por tres y me preguntaba si estaba bien.
-Oye, ya se acerca la Navidad, ¿qué me vas a regalar?-dijo poniéndose enfrente mía.
-¿Eh? ¿Es que te tengo que regalar algo?-pregunté mientras ponía cara de susto.
-No sé, sería un bonito detalle por lo buen amigo que soy-dijo, provocando que soltara una carcajada.
-¡¡Si sólo nos conocemos desde hace una semana, Tsuke!!-dije con cara pícara.
Miró hacia arriba, parecía que estaba pensando.
-Aún así sigo pensando que sería un bonito detalle.
Continué caminando hacia la clase dejándolo atrás.
-Yo tengo algo para ti -me agarró de la mano.
-¿Para mí? -pregunté confusa.
-Así es. Es una bobada, pero tal vez te guste.
-¿¡Qué es!?
-¿Es que no sabes lo que es una sorpresa? -acercó su cara a la mía, tanto que se puso un poco bizco.
-Pues claro que sí, sólo tengo algo de curiosidad -dije desviando la mirada.
-La curiosidad mató al gato-se alejó hacia su clase y yo lo miré hasta que lo perdí de vista. Estaba loco, era tan diferente...
Borré esa visión de él de mi cabeza y continué caminando por los pasillos hasta llegar al aula de música.
Me senté en mi sitio y atendí toda la clase hasta que tocó la campana para el cambio.
Recogí rápido y miré a la puerta, en donde se encontraba Tsuke mirándome fijamente.
-¡Kokoro! Hoy a las cinco te espero en la plaza de la ciudad junto al árbol de Navidad que han puesto.
Me acerqué a él.
-¿Qué vamos a hacer?
-Es una sorpresa -dijo y se fue a su clase.
***
Tal y como habíamos quedado, lo esperé junto al árbol de Navidad a las cinco. Miré el móvil para ver si tenía algún mensaje y al levantar la mirada vi a Tsuke acercándose sonriendo.
-¿De qué te ríes? -le pregunté con curiosidad.
-Nada, sólo es que me haces gracia. Aquí tan pequeñita y tan linda esperándome. Qué decir, me he llevado una alegría.
-¡¿¡CÓMO QUE PEQUEÑITA!?! -dije poniéndome de puntillas.
-¡No te enfades!-dijo moviendo las manos mientras sonreía -. También he dicho que eras linda, no te olvides. Además no hay nada malo en ser bajita, ¿no?
-Supongo que tienes razón -agaché la cabeza-. Disculpa -sonreí y me pasé la mano por el pelo.
Estuvimos toda la tarde juntos, paseando por la plaza y fuimos a un puente que estaba rodeado de cerezos en flor. Era todo tan bonito...
Llegamos al frente de mi casa y me dio un abrazo para despedirse.
-Hasta mañana, Kokoro.
-Hasta mañana, Tsuke -le sonreí.
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KOKORO
RomanceSoy Kokoro Koe, una estudiante de una de las mejores escuelas de Japón. Sólo busco ser feliz, cosa que se me resiste. Mi confusión es amorosa.