CAPÍTULO 12: Despertar

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-Señorita Koe. ¿Se encuentra bien?-oí en un susurro.

Abrí los ojos suave y lentamente. Pude distinguir la silueta de una mujer y al lado un joven, pero veía demasiado borroso como para ponerles sus correspondientes nombres.

-Kokoro-chan, soy yo, Tsuke-dijo el chico-. ¿En que mierda pensabas cuando  te tiraste? ¿Estás loca? Si no hubiera pasado por allí para darme cuenta a tiempo de que te ibas a tirar...

-N... No pienses en lo que no hubiera pasado. Pien... Piensa mejor en lo que sí ha pasado-dije con mucho esfuerzo-. Bésame, Tsuke-kun.

-¿Qué? Sabes que no puedo hacer eso-por su forma de hablar parecía que estaba asustado-. Porque si no...

-Traicionarías a Doreki, lo sé.

De pronto sentí un beso ardiente como el desierto en la mejilla.

-Es lo máximo que te puedo dar-dijo-. Ahora me tengo que ir a casa de nuevo, mi madre me espera.

Oí como sonaban los pasos hacia la puerta y escuché como se despedía de la enfermera.

-¿Me salvó él?-pregunté confusa.

-Así es, Kokoro-chan. Tsuke-kun iba a ir a verla y se encontró con tal paripé que optó por rescatarla. Es un buen chico, Kokoro-chan, debería conformarse con el cariño que le reserva.

***

Ya me encontraba frente al portón de mi casa, colocando la llave en  la cerradura y girándola despacio. Entré y me encontré con mi madre justo en frente mía, como si hubiera estado esperándome.

-¡Kokoro! ¡¡Mi niña!! ¿Estás bien?-dijo cacheándome de cintura para arriba cual policía intentando descubrir a un ladrón.

La abracé fuertemente y le susurré al oído lo mucho que la quería.

-Mamá, perdóname. No se qué me ha pasado, llevo tanto tiempo sufriendo por chicos que ya estoy harta.

-Pero huir no es la mejor solución, y menos si huyes de esa manera, ¿comprendes?

Asentí.

-Ella también me lo dijo.

-¿Ella? ¿Quién es ella?-preguntó con tono preocupado.

-Oye, que día más bonito hace hoy, ¿no crees?-dije cambiando de tema.

-Kokoro-chan, ¿quién es ella?

-Bueno, me voy a descansar un poco, gracias por esperarme. Te quiero-le di un beso en la mejilla y me fui enseguida a mi cuarto.

***

Me senté junto a la ventana y contemplé el paisaje. El sol del atardecer bañaba las colinas con su maravillosa luz y las aves volaban por encima, planeando y disfrutando de la suave brisa que los impulsaba.

Sin embargo, yo volvía a ser una margarita entre un prado de tulipanes, la única que parecía estar deprimida en un mundo en el que todo era color de rosa.

De repente escuché el sonido del móvil, me llamaban. Lo cogí enseguida.

-¿Kokoro-chan?-por su voz pude identificar que era Hosho-kun.

Abrí los ojos como platos y el corazón empezó a palpitar apresurado.

-¡Hosho-kun!-grité-. ¡¡No sabes lo mucho que te echo de menos!!

-Y yo a ti, guapa. Verás, tengo entendido que un exnovio tuyo ha ido a la ciudad y puede que te vaya a hacer imposible la vida. También sé que te intentaste suicidar, y no lo vuelvas a intentar-hizo una pequeña pausa-. Voy a volver, para estar contigo.

Sonreí sin saber qué contestar.

-¡Hosho-kun! Muchísimas gracias, de verdad.

Me fui a dormir con la conciencia tranquila, Hosho iba a venir para defenderme y ayudarme, había renunciado a cosas tan primordiales para él por mí y yo iba a estar en deuda con él el resto de mi vida.

KOKORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora