Capitulo 4 (Sebastian)

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En el camino a historia iba conversando con Layla. La chica era muy agradable, y algo cotilla.

Me contó varias cosas interezantes sobre Althea entre ellas su origen: griega, eso explica el nombre. También me comentó cosas que, basicamente, eran los rumores sobre ella, ya que no era muy sociable, aunque habían cosas que no me las creía como que tenía un romance con el profesor de quimica y consumía drogas. Algo que llamó la atención era que al parecer Althea sólo tenía una amiga, Erika Grande.

Decidimos posponer la plática para otra hora ya que ella tenía Matemáticas.

Al entrar al salón me hize al lado de Xavier, el estudió conmigo en mi antiguo instituto y eramos buenos amigos. Podía sentir la mirada furiosa de Kim por no sentarme con ella, pero en todo caso se lo merecía.

-Oye viejo, veo que has intentado acercartele a Kana. -comentó con una sonrisa picarona Xavier.

A Xavier le encantaban las mujeres y era conocido como un playboy, así que era normal escucharlo hablar de ese modo. Le sonreí, estoy seguro de que esa chica me mandaría a freír espárragos.

-Es bonita.  -le respondí a su insinuación- Pero siento que ella jamás me haría caso.

-No te equivocas, esa chica me trae loco.

La confesión de Xavier me dejó con los ojos abiertos de par en par. El se había cambiado de colegio un año antes que yo, así que ya la conocía mejor. Pero jamás imaginé que Xavier Prior diría algo asi...y no me gustó que lo dijera.

-¿Te gusta Althea? -no sé por qué pero esperaba que la respuesta fuera negativa.

Xavier iba a responderme pero de pronto quedó mudo. Miré al mismo lado y ví a Althea entrar al salón con esa tranquilidad.  No entiendo como ella puede llegar tarde y caminar como si nada le importara. Le entregó una nota a la profesora y fué a sentarse al fondo del salón. Xavier mantenía su mirada en ella, y yo también. Cuando ella terminó de sentarse Xavier me codeó.

-Me encantaría poder ser su amigo. Pero creo que el profesor Johnson interfiere en mi camino. -Xavier suspiró muy notablemente.

Alzé la ceja ante las palabras de Xavier, no podía creer que él pensara que eso era verdad.

Creo que Xavier sintió mi mirada inconforme por que parecía extrañado.  Honestamente me cabreaba que un hombre hablara mal de una mujer, si son rumores uno no debe difundirlos, y si es verdad, no debemos publicarlos. Para mí la mujer es sagrada, mi abuela me ha enseñado eso.

-¿Qué? -preguntó confundido- Todos lo saben. -como si eso decidiera si es verdad.

-No creo. -voltié a ver al lugar de Althea, ella miraba a la ventana, perdida viendo a la nada- No parece una chica que haría algo así.

-Con una mamá como la de ella... -comentó llamando de lleno mi atención.

Xavier me miró como cuando miras a un niño ingenuo, y así me sentía, pensé.

-Veo que aún no te han contado la historia.

Xavier comenzó a contarme lo que había pasado en su primer año del instituto y me quedé petrificado al escucharlo, jamás me imaginaría a mi madre haciéndome algo así. De hecho, a ninguna madre.

Institivamente desvié mi mirada al asiento de Althea.

Parecía que estaba dormida. Su rostro estaba al sentido contrario de la ventana y miraba hacia la puerta.

Pero no fué su rostro dormido lo que llamó mi atención, fueron las lágrimas que caían con fuerza. También observé que temblaba, ahí fué cuando me levanté ante la atenta mirada de la profesora. Al ver hacia donde me dirigía me llamó preocupado. Llegué al asiento de Althea y comenzé a llamarla, pero no respondía. Por último sujeté su hombro y comenzé a sacudirla, costó despertarla, ya estaba muy preocupado.

Un pequeño alivio me inundó cuando ví que abrió sus ojos, pero tal y como apareció, se esfumó.

Althea parecía aterrada y confundida, sus ojos castaños estaban cristalizados. La volví a llamar, pero parecía no escucharme. Sacudí su hombró otra vez y fijó su mirada en mí.  Sentí unas terribles ganas de abrazarla, se veía tan débil e indefensa. Jamás ví a una chica parecer tan...delicada.

Y de pronto, se desmayó.

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Estaba en la enfermería con el profesor Johnson.

Después de que Althea se desmayara la profesora me pidió que la llevara a la enfermería, lo que no esperaba fué que mandó a llamar al profesor Johnson.

Sé que lo que dicen sobre ellos dos no debe ser verdad, pero al verlo ahí a él me tiene confundido.

Jamás he visto a un profesor lucir tan preocupado por una alumna, me sentía...extraño. Por algún motivo no quería que él estuviera ahí, quería ser yo el único que estuviera ahí. Detuve en seco mis pensamientos al darme cuenta del hilo que estaban pendiendo, jamás haba llegado a pensar así. Dejé mi confrontación mental para más tarde al escuchar que el profesor me llamaba.

-Jones, ¿puede guardarme un secreto? -al escucharlo decir eso pensé seriamente que hablaría de los rumores del romance.

Sin saber que contestarle, asentí esperando lo que fuera que me quisiera contar.

-Althea es mi sobrina. -comentó mirándola con ternura.

-¡¿Qué?!

No pude evitar esconder mi sorpresa e incredulidad. De todas las cosas que habría llegado a pensar jamás imaginé semejante bomba.

-Escuche jovencito, le estoy contando estoy por una única razón. -me retó en silencio con la mirada y luego sonrió- Por que parece que quieres ser su amigo.

-Quisiera serlo... -comenté mirando hacia Althea- Ella no me tiene confianza.

-No le tiene confianza a nadie. Me costó dos años que ella confiara en su profesor de química.

-Espere, -interrumpí antes de que me confundiera más- ¿ella no sabe que usted es su tío?

Johnson negó- ¿Por qué?

-Confio en que tú llegarás a descubrirlo.

Y salió dejándome con mas preguntas que respuestas.

Y llegaste Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora