Capítulo 13.

312 16 0
                                    

Sobaba mi mejilla roja de la cachetada que me había pegado Anabella.

No es para mucho decir que el doctor y las enfermeras me miraban con los ojos abiertos como platos, okay, se supone que estoy en el hospital por x motivo el cuál desconozco y que mi cabeza dolía como mil demonios, me pregunto qué diablos habré hecho para que me abofeteara así en público. Miré a Greg y parecía estar aliviado y triste, cuando su mirada se posó en mis ojos alzé una ceja dándole a entender mi desconcierto. Se aclaró la garganga y los doctores le dijeron que debía permanecer en el hospital hasta mañana, por mi herida.

Greg pidió un tiempo a solas para nosotros dos y los doctores muy amablemente se fueron retirando de la sala. Había un silencio incómodo entre nosotros, la tensión era palpable. Al cabo de unos minutos Greg se sentó al lado mió y tomó mi brazo, apretándome la muñeca y su rostro marcó su tristeza. Le dió vuelta a mi mano y posó sus ojos azules en mi muñeca. Sentí que se me cortaba la respiración y abrí los ojos de par en par, no podía hablar, ¡maldita sea!

-¿Por qué Althea? -preguntó lastimado- ¿Por qué te haces esto?

No sé si es por el momento pero su tono me recordó cuando hablé con Sebastian del mismo tema, entonces me dí cuenta de que tenía razón, hay personas que me quieren y mis acciones pueden lastimarlos.

-Por que tengo miedo...-susurré sorprendiendome de mi respuesta- Tengo miedo de vivir y que se repita el pasado.

No miraba a Greg pero sabía que me observaba. Y es que esa era la verdad. Tenía miedo de vivir, de que Anabella y yo no congeniaramos, de perderla a ella o a Greg, Braulio o Jared. Tenía miedo de recordar porque sé que yo tenía algo que ver con la muerte de papá de otro modo Anabella no fuera así conmigo.

-Cariño, no sé lo que pasó con Bastiaan, pero nada es tú culpa.

-¡Sí lo es! -grité desesperada- ¿Por qué otro motivo mi mamá desapareció? ¿Por qué, si no es mi culpa, ella es tan distante conmigo? -Sonaba desesperada y lo estaba, Greg no podía responderme- Todo cambió Greg, mi mamá, la mujer que yo reconocía como mi mamá no está, se fué junto con papá. Por eso me odia, por eso me trata mal, por eso me corto. Dolor con dolor se sana.

Determiné de hablar justamente cuando las lágrimas se derramaron sobre mis mejillas. Me giré para darle la espalda a Greg, no me apetecía ver su expresión.

-Vete, por favor. -supliqué con voz ahogada- Me duele la cabeza.

Lo escuché suspirar con cansansio y agudizé el oido hasta que lo escuché cerrar la puerta de la habitación.

Hasta ese momento me dí cuenta de que retenía el aliento. Me escocían los pulmones pero me sentí tranquila cuando ellos se fueron. El mismo doctor llegó al cabo de un rato, me preguntó que había pasado antes (supuse que eran los sueños), le dije que padecía de terror nocturno y me inyectó un somnífero. La mejor noche que he dormido, sin sueños.

Cuando desperté, alrededor de las 10:00 am, una enfermera llegó y me dió un desayuno diciéndome que ya me dieron de alta. Les dije que me iría caminando.

Camino a casa iba pensando en lo que le había dicho a Greg, honestamente mis propias palabras me habían sorprendido, es decir, jamás había dicho en voz alta lo que sentía así que confesarlo me fué extraño pero relajante. Tengo miedo, realmente tengo miedo del futuro, de mi vida, de mi propia madre.

Esta vez fué mi teléfono quién me distrajo de mis pensamientos.

Un mensaje.

[¿Estás viva?]

Y llegaste Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora