Capítulo 15

308 14 0
                                    

Después de arte teatral nos tocó el descanso. Arrastré a Damien hasta el patio trasero del instituto. Estaba histérica. Pasé diez minutos caminando de un lado a otro, es decir, apenas había asimilado el hecho de tener un "mejor amigo" y de pronto me doy cuenta de le gusto a él. Es qué, ¡¿yo le gusto a Sebastian Jones?! No lo creo posible. Solamente dejé de caminar cuando un Damien histérico comenzó a sacudirme para tranquilizarme.

-¡Cálmate y dime qué te pasa! -gritó desesperado.

En ese instante no sabía si hablarle sobre...eso. Es decir, casi ahorca a Sebastian, y no quiero que ahora de verdad llegue a matarlo. Y tampoco a Xavier.

-Althea Kana, tú puedes contarme lo que sea. -me apretó dulcemente del hombro.

Me mordí el labio inferior. Que arda Troya en 3...2...1.

-¡SebastianledijoaErikaquetalvezyolegustaba! -dije lo más rápido posible.

Damien parpadeó varias veces seguido intentando asimilar lo que dije.

-¡ESE DESGRACIADO HIJO DE HADES NO VA A SALIR CONTIGO! -gritó haciendo que gente se asomara para ver qué pasaba- ¡LO MANDARÉ DIRECTO AL INFRAMUNDO!

-¡Cálmate! -grité apenada- Por eso no te quería decir.

-¿Y a quién si no es a mí? -rió burlón- ¿Se lo ibas a decir a Anabella? -espetó riéndose.

Bajé la mirada con tristeza. Por un momento había olvidado todo lo que había pasado con mi mamá. Damien se dio cuenta de su error y me miró apenado. Demasiado tarde.

-Althea...lo siento cariño. -intentó acercarse a mí pero me alejé- De verdad, no quería...-comenzó a hablar pero lo interrumpí.

-Necesito tiempo. -y me alejé corriendo de él.

Sé que Damien no iba a seguirme, él había entendido su error y por su propio bien le era mejor no venir.

El instituto conectaba con una hermosa área verde, entré a ese lugar y subí hasta un árbol, cuando iba subiendo me raspé con una rama. Llevaba unos cuantos días sin hacer ningún corte y la sensación me pareció relajante. Cuando llegué a la copa, me senté y rebusqué en mi bolso hasta que hallé una cuchilla nueva. Una imagen de Sebastian y Greg pidiéndome que no lo hiciera apareció en mi mente, pero la descarté rápido. No iba a pensar en ellos. Hice un corte largo, poco profundo, y me remangué el suéter de Damien para no mancharlo. Dejé que la sangre se deslizara lentamente y suspiré. A veces es casi increíble el cómo algo que te hace daño te puede hacer sentir mejor. Saqué un paquetito de toallas para bebé y sequé la sangre.

-Woah. No esperaba eso. -sonó una voz detrás mío.

Fue tanto mi sobresalto que casi me caigo de la rama, de no ser por que unos fuertes brazos me sujetaron de la cintura ahorita mismo estaría toda deschincacada en el suelo. Giré para ver quién era mi salvador y deseé haberme caído, era Xavier.

-Veo que sí tienes tus momentos Kana. -insinuaba mi casi caída.

-Yo...lo que viste...realmente no...-tartamudeaba sin poder controlarlo.

-¡Eh! Tranquila Althea, no pienso nada malo acerca de eso. -comentó sorprendiéndome- Creo que todos hemos pasado o pasaremos por una etapa destructiva.

Y llegaste Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora