Capítulo 6 (Sebastian)

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Hoy es miércoles y estoy preocupado.

Althea ayer faltó a clases y no sé qué diablos le pasó. ¡Maldita sea! Hasta Xavier está preocupado, él ayer no dejó de ver el asiento de Althea, como si esperaba que ella apareciera ahí por parte de magia.

Temprano le pregunté al profesor Johnson si sabía algo, pero dijo que estaba igualde desinformado que nosotros. Hoy tenía gramática a primera hora y me senté junto a Layla. Ella me había dicho que jamás había sabido de que algo así le pasara a Althea, todos hablaban de eso, unos decían que eran excesos de drogas, Layla decía que tal vez fuera cierto, pero yo no pensaba así, no lo creía ni quería creerlo.

Cálmate Romeo! -me gritó Layla al oido asustándome- Deja de pensar tanto. De aseguro está bien.

-No me grites mujer. 

Layla es una chica tímida, pero sólo cuando la estás conociendo. Luego de comenzar a caerle bien, agarren sus sillas vaqueros. Es alocada y alegre, y aunque no parezca es una increíble bailarina, he descubierto que las apariencias engañan, y ella es la prueba viva de ese refrán.

-Pues tranquilízate.  Althea no es una niña débil.

-Me preocupa, sé que ese arrebato no es nada normal. -le conteste frunciendo el ceño.

Layla de pronto me miraba con cierta...ternura. Eso me inquietó un poco, es cierto que Althea era na chica bonita e interesante, pero no quería que nadie pensara que ella me gustaba o algo asi. Simplemente no podía ser así.

El profesor entró al salón y pasó lista, parecía asombrado de ver que Althea aún no llegaba, aunque la mayoría solo se pusieron a rumprear cosas.

Comenzó la clase y estaba aburrido, me preguntaba qué le habría pasado, por mi mente pasó lo que Xavier me había contado y me cuestioné si su madre le habría hecho algo. Algo me decía que eso no podía ser verdad. Un codazo de parte de Layla me sacó de mis pensamientos. En la puerta se encontraba Althea, lucía cansada y degastada. Sus ojos estaban opacos, como los de un muerto. El profesor la dejó entrar y ella fué a su lugar, por lo menos su característica tranquilidad seguía intacta. Seguí todos y cada uno de sus movimientos con la mirada desde que entró. Realmente lucía mal.

El profesor comenzó a redactar y a regañadientes me dispuse a copiar.

Sentí que para ser la primera hora era la más larga del día. El profespr hablaba y hablaba, y todos teníamos problemas para concentrarnos. Unos por chismear sobre Althea, y yo, por no dejar de verla.

Al final de la clase, el profesor nos pidió un informe de 20 páginas de un no-se-qué-cosa. Ahora, lo que me tenía mal toda la clase.

Lentamente me acerqué al asiento de Althea, pude ver que guardaba shs cuadernos y que su letra era bonita. Sin duda ella era demadiado tranquila. Iba a hablar cuando sentí dos pares de brazos venirseme encima. Eran Layla y Xavier, el último ni idea de donde rayos había salido.

-¡Kana! -exclamó algo feliz Xavier- Es bueno volver a verte.

Althea nos miró extrañada a los tres y levantó una ceja como diciédonos ¿qué diablos quieren?. Sonreí ante ese gesto, ganándome su ceño fruncido.

-Hola Althea. -me acerqué para estrecharle la mano. De milagro me regresó el saludo.- Es bueno ver que estas bién.

Al sentir que estrechó mi mano sentí un pequeño estremecimiento. Su piel era suave, pero...fría. Creo que fuí el único que se sintió así ya que ella lucía normal.

-¿Sebastian? -me llamó de pronto.

Sentí que me ponía nervioso. Creo que esla primera vez que me llamaba por mi nombre. Tragué duro antes de responderle.

Y llegaste Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora