Operación Memoria ©

OO7

Las primeras horas de clases habían transcurrido algo normales, pues Sebastián se sentía incómodo por las miradas sobre él, en cierta manera no se le hacía raro, pues su trabajo en Disney logró que su fama subiría más, pero eso no impedía que sintiera como todos lo miraba algo raro, ¿Como si quisieras acercarse a él?.

Y es que todo el colegio estaba al tanto del accidente que Daniel y Sebastián habían tenido have  tres años, accidente que logro que ellos perdieran sus recuerdos por completó, todo el colegio estaba triste, no solo amaban la pareja que hacían, la amistad de los chicos era muy linda y querida por todo el colegio, o bueno, por los alumnos que lograron apreciar eso. Los nuevos no saben nada de eso, ¿Pero sería bueno que alguien les contará?.

—¡Daniel!.— Una voz femenina y bastante chillona, resono en los hijos del ojimiel quién estaba guardando algunos libros en su casillero.

—¿Qué quiere, Luisa?.— Pregunto de mala gana, mirando serio a la chica.

—Ay. Solo quería decirte que te extrañe mucho en estás vacaciones.— Decía la pelinegra, mientras jugaba de manera coqueta xon un mechon de su cabello.

—Si, bien por ti.— Contestó el mayor con una fingida sonrisa. —¿Pero qué crees? Yo no.—

Con una triunfadora sonrisa, Daniel se retiró dejando a una enojada pelinegra.

Luisa Carillo, ese era el nombre de la chica que llegó el año pasado a ese colegio, va en un grado menor que Daniel y desde que vio al mayor quedó perdidamente enamorada de él, pero Daniel siempre le dice un rotundo NO.

Una rubia de ojos azules vio eso, reconoció a Luisa, pues era una compañera de clases y la odio desde el comienzo.

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—Bueno, creí que la guía por el colegio sería hasta mañana, eres muy lento ¿Te lo han dicho?.— Decía el ojinegro con una frustada voz.

—Tuve un pequeño inconveniente.—Contestó de manera simple.

—Cómo esa, empecemos con la guía del colegio ya, entre más rápido esto termine, más rápido me alejó de ti.— Murmuró entre dientes.

—Mira, se qué estás enojado por el accidente de esta mañana pero vamos, somos compañeros de clases, no te estoy pidiendo que seas mi mejor amigo, solo qué por los menos no seamos enemigos.— Daniel estiró su mano. —¿Qué dices?.—

Sebastián miro la mano estirada de Daniel, su mente le decía que no aceptará, pero su corazón le decía lo contrario.

Él quería creer que Daniel no era el chico de sus recuerdos, que solo era una mala jugada del destino

Sus padres siempre le decían que siguiera al corazón, y eso hizo.

—Trato hecho, no somos los mejores amigos, pero tampoco somos los peores enemigos.— chocó su mano con la del mayor, cerrando esa promesa.

Mientras tanto, desde lejos una rubia los miraba con una ladina sonrisa.

—Tendrás que apurarte Valeria, aprovecha que son una especie de amienemigos.— Murmuró la rubia con una mirada seria. —Al menos no son enemigos, pero tampoco son los mejores amigos y esa tal Luisa, necesitó ayuda extra.—

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•¿Pero neta creyeron que está histeria no los haría llorar? No por el momento, pero vayan preparando pañuelos desde ya :')