"Nuestra misión es hacer que todo vuelva a la normalidad, de nuestra parte corre que Daniel y Sebastián recuperen su memoria, nosotros cambiaremos la historia".
Att: Valeria y Aristemo
[Spin-Off de "Operación Aristemo"]
Aristóteles y Temo se encontraban en la sala de mansión, abrazados en cucharita mientras veían una película de comedia, mientras las mellizas hacían tarea en el comedor.
—No entiendo, ¿De qué me va a servir saber como sacar una raíz cuadrada? ¿Acaso yo voy a sacar la raíz cuadrada comprando queso?.— Se quejaba Laura mientras revisaba su tarea de matemáticas.
—No te quejes y ponte hacer la tarea, vas perdiendo matemáticas.— Respondía Isabela a su melliza. —¿Cómo crees que reaccionaría papá Temo si aparece en tus calificaciónes que reprobaste mate?.—
—Sabes que, llamaré a Daniel, estaré en mi cuarto.— La pequeña rizada abandonó el comedor para ir a su cuarto en el segundo piso.
Oh cierto, en el momento que Daniel y Sebastián se comprometieron en matrimonio, decidieron ya irse a vivir juntos, claro que no tan lejos de sus familias.
Isabela seguía haciendo su tarea de sociales, mientras solo negaba al no entender como es que su hermana melliza era tan mala en matemáticas.
Aristóteles y Temo seguían viendo la película, pero ahora con una pequeña charla de intermedio.
—Imposible de creer la hermosa familia que hemos formado, las risas que nos han traido nuestros hijos.— Decía el castaño mientras jugueteaba con los rizados cabellos de su tahi.
—Si, nuestra hermosa familia.— Suspiró con una sonrisa en sus labios. —Y mira, ya están grande, bueno Erick todavía esta chiquito.—
—Ni tanto, miralo ya con 7 años y es un travieso, es la versión 2.0 de Daniel a esa edad.— Río por su propio comentario. —Ay, y Daniel ya está grande, ya no ea un niño.—
—Oajala no crecieran más.— Lloriqueo el rizado, logrando hve reir al castaño.
—Papis, miren lo que hice.— Erick llegó a la sala mostrando un adorable dibujo.
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—Ay mi niño, está muu hermoso.— Temo tomo en sus manos .
—Si campeón, está hermoso.— Elogio el rizado a su hijo menor.
—Gracias, la niña es una niña de mi salón, es muy linda.— Comentó el pequeño con una tuerna sonrisa.
—Uy, ¿Acaso mi hermanito está enamorado?.— Isabela llegaba a la sala con cuadernos en mano. —Mira que me voy a poner celosa.—
—Ay, ¡Isa!.— El pequeño se sonrojo un poco.
—Me tienes que.decir que niña es, no cualquier niña estará con mi hermanito ¿Entendiste?.— Bromeó la rizada mientras se sentaba en un sillón individual.
En ese momento se escucho un fuerte ruido proveniente del segundo piso.
—¡Camila! ¿Qué hiciste?.— Gritó Temo.
—Ehm...se me cayó la guitarra de Daniel.— Contestó la niña. —No le vayan a decir nada, plis.—
—¿Qué se te cayo qué?...— Una voz proveniente de la entrada de la casa llamó la atención de los que estaban en la sala. —Laura Camila, ¿Qué hiciste?.—
—Ya valió...— Susurró Isabela. —Hola hermano.—
—¡Laura! Corre por tu vida.— Grito Erick.
—Santo peluso, más vale aquí corrió que aquí murió.— Laura corrió a esconderse.
—¡Ven aquí, Camila!.— Daniel empezó a subir las escalera a una velocidad.
Detrás de él iban Isabela, Erick y Sebastián, los dos primeros para ver como proteger a Laura.
Aristóteles y Temo sólo miraban y escuchaban los gritos, y algunas oequeñas risas.