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El momento cada vez estaba más cerca, los Córcega y López ya se rncontraban en la mansión de Aristemo para celebrar el cumpleaños del hijo mayor de Aristemo.

Nomás faltaba la familia de Sebastián.

Valeria y Daniel se encontraban sentados en la orilla de la piscina con sus pies metidos en el agua.

—Oye, ¿No recuerdas que sentiste cuando te enamoraste por primera vez?.— Preguntó Valeria mientras tenía la mirada en el cielo nocturno.

—No recuerdo, poco sé sobre quién era yo antes del accidente.— Contestó el ojimiel mientras miraba el reflejó de él y Valeria en el agua.

—¿Por qué no te das una oportunidad con Sebastián? Se ve que ea un gran chico y que lo tienes loco.— Bromea la chica, pero también nada era mentira.

—¿Tú realmente crees que si él y yo llegáramos a ser una pareja, lo nuestro funcione?.— El rostro de Daniel mostraba seriedad y algo de miedo.

—Pues uno nunca sabe que puede pasar hasta que lo intenta, quién dice, en un futuro los dos formando una familia. Piénsalo.—  Valeria guiño el ojo y luego miró a la nada y solto una leve sonrisa. —El anor es algo muy lindo, excepto cuando no es correspondido. Los dos se aman, dejen que el tiempo haga su trabajó.—

En eso el timbre de la mansión fue tocadas, rápidamente Valeria y Daniel salieron corriendo a la puerta. Ya sabían quienes eran.

—Que bueno que ya llegaron, pasen.— Valeria se hizo a un lado para dejar pasar a la familia de su otro amigo.

Ya tosos los invitados estaban en esa mansión, algunos adultos hablaban, otros bailaban y otro ayudaban a Aristóteles y Temo.

Mientras tanto, el pequeño grupo de amigos se encontraban en la oriila de la piscina.

—¿Se han puesto a pensar que soy ka unica niña entre 4 chicos? Obvio contando a Julián que esta en el CDMX.— Broma la rubia. —No lo digan, estoy bien pendeja.—

Los tres rieron por el comentario de la chica, sin darse cuenta que detrás de ellos estaban las mellizas y el hermano de Sebastián, con intenciones de tirarlos al agua.

—¡Al agua patos!.— Gritaron las  mellizas y el hermano de Sebastián, empujando a los tres adolescentes.

Nomás sintieron cuando fueron empujados y cayeron al agua.

—Camila, Isabela.— Daniel miraba seriamente a sus hermanas.

—¡Ven aquí, Felipe!.— Sebastián salió rápidamente de la piscina y empezó a perseguir a su hermano.

Daniel también empezó a perseguir a sus hermanas, todos sólos rían por aquel escena de Daniel y Sebastián correteando a sus hermanos.

Valeria miró la hora, llegó el momento. Corrió a donde estaba la computadora con la que colocaban la música para pasarla a los parlantes.

Busco la primera canción, llamada de emergencia.

(Si no quieren no reproduzcan la música, pero yo les recomiendo que si, sería mejor la lectura)

Al momento en que la canción empezó a sonar, los chicos que todavía corrían detrás de sus hermanos, pararon en seco.

Por un instinto, ambos conectaron sus miradas, recuerdos empezaban a llegar, y por fin podían ver el rostro de la persona de sus recuerdos.

—Bro, ¿Qué te pasa? Te veo algo decaido.

Operación Memoria ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora