Ideas sueltas. (Colección de Oneshots)

Cruel.

"Cruel."

El viento hace estremecer las hojas, la noche era tan fría como cualquier otra noche de invierno. El frío calaba en mis huesos, eso me gano por caminar por ahí solo con una camiseta sin mangas, sin chaqueta ni bufanda. "Voy enfermarme" Dije para mis adentros, mientras otro soplo de brisa fría alborota mis cabellos.

No ayudaba tampoco el tener la cara empapada. ¡Estuve llorando por tanto tiempo y de forma tan abundante que ahora mi rostro estaba mojado, con rastros de mugre donde antes estuvieron mis lágrimas!, definitivamente que día tan de mierda he tenido hoy.

Me abrazo a mi mismo buscando algo de calor, pronto llegaría a casa. Ahí podría acostarme en mi cama, cerrar los ojos y entregarme de brazos abiertos a mi miseria. Me duele el pecho, me cuesta respirar, tengo migraña.

¡No me jodas que es un ataque de pánico!, no, no, ¡Yugi Mutou aguanta hasta llegar a casa!

Mi celular empieza a vibrar, con mi pulso tembloroso lo tomo. Veo su nombre, me esta llamando. ¡Que te jodan, no pienso contestar! Apago mi celular, no deseo saber nada, no deseo escuchar nada, no deseo na-da que tenga que ver con èl.

Pero es que yo también, ¿quien me manda a meterme con el fuckboy?, ¡Era dolorosamente obvio que esto iba a terminar así!

"Pero sigue siendo cruel." Suspiro negando con mi cabeza, quiero llorar, tonto de mí por pensar que estaba seco. Tomo aire, lleno mis pulmones con aire frío y suelto de a poco. Logro relajar suficiente mi cuerpo, deslumbró la tienda de juegos de mi abuelito en la lejanía y aprieto el paso.

La sensación de alivio que sentí al entrar en mi hogar fue abrumadora. Ya estaba en casa, en mi refugio, nadie va a juzgarme aquí adentro. Deje mis zapatos en la entrada, camine un par de pasos y me deje caer de rodillas.

Lloró.

Lloró fuerte y sin pena, suelto alaridos, gemidos de dolor y suspiros mientras siento que me ahogo en mi propia tristeza. ¡Todo esto es tan cruel!, pero a la vez tan cómico, por que como ya dije: toda esta situación no es sorpresa, era tan obvio que iba acabar así, pero ahí fuí de pendejo pensando que Atem, el fuckboy de mi clase, se estaba enamorando de mi.

¡Anzu debí escucharte!

Lo siento tanto Jono, deje que se metiera bajo mi piel.

Honda, perdón, no fui con cuidado.

Otogi, entregue el corazón y me lo devolvieron dañado.

Tenían razón, lo siento, de verdad cuanto lamento no haber escuchado.

Me arrastró lento y pesado hasta mi cuarto. Me echo a la cama para seguir llorando, esta vez presionando una almohada contra mi cara y ahogo allí el llanto. No quiero salir de mi cuarto, no quiero pisar el exterior hasta nuevo aviso.

Es más, ¿puedo echarme a morir en algún hueco?

Si, se que sueno muy dramatico. ¡Perdón, pero encontré al puto de mi novio (ahora ex) de piernas abiertas siendo follado duro y salvaje por Seto Kaiba!, "es solo un amigo" el dijo, si, claro, muy amigos.

¡Y yo, el idiota que narra esto, que no tiene ni una pizca de amor propio, huyo sin ni siquiera confrontarlo!

Como cobarde que soy, solo mande un mensaje de texto: "Se acabo." para luego bloquear su número de whatsapp, pero como soy medio pendejo olvide bloquear sus llamadas.

¡Me siento tan derrotado!, tan deprimido, tan pesado, tan molesto…

Pero, si soy honesto, muy honesto, no tengo derecho a estar y sentirme así.

Suspiro, logro serenarme otra vez y me limpio con mis sabanas las lágrimas. Me siento y me pongo a reflexionar, de verdad, es estúpido de mi parte sentirme así de traicionado.

Yo conocía a Atem.

Yo conocía su reputación, escuche de la boca de gente ajena a él las historias, escuche de la boca de gente cercana a él, como Otogi por ejemplo, las historias de sus conquistas, el como engañaba sin remordimiento, el como jugaba con los corazones y los coleccionaba como si fuesen premios.

Lo escuche, lo supe, pero aún así acepte tener una cita con èl.

Acepte ser su novio aquella tarde que me lo propuso.

Yo lo sabía, todos sabían, que nuestra historia iba a tener este final. ¡Pero sigue siendo cruel!, cruel por que él sabía que era mi primera pareja, el sabía que yo era un tonto inocente. Aunque, tal vez eso empeoro todo, el que yo fuera tan ingenuo solo hizo que fuese mas divertido romperme el corazón.

Realmente, yo solo me hice espejismos de un noviazgo que parecía perfecto. Yo me imagine esas sonrisas cálidas, me imagine esas miradas devotas y esas palabras tan cargadas de sentimientos pero que en realidad estaban huecas como el dueño de estas.

Toda nuestra relación era un castillo de naipes. ¡Sabes que caerá pronto, pero ahí estas, intentando que se mantenga en pie!

"Aún así…" Niego con mi cabeza, limpiando mis lágrimas y río sin fuerzas, me río de mi mismo, de él, de mi situación y de lo absurdo de todo. "Aun así, esto es cruel."

Un día esto me dejara de doler. No será mañana, no será pasado mañana ni siquiera será la próxima semana.

Pero un día despertaré y ya no sentiré nada, un día podré decir que estoy bien sin mentir.

En lo que ese día llega, me entrego por ahora a mi tristeza y a mi dolor. ¡Sanar no es un proceso agradable!