Ideas sueltas. (Colección de Oneshots)

Consejo.

"Consejo"

Yusei se encontraba resolviendo ecuaciones, revisaba cada tanto su libro de física verificando que estaba usando las formulas correctas. Su celular estaba a un costado, reproduciendo su playlist de spotify, de repente su celular vibra recibiendo una notificación de mensaje.

"Hum." Toma su celular. "¿Atem?" Presiona la notificación y se abre el chat de Whatsapp de su amigo de la universidad.

"Yusei, ¿estas libre?"

"Ahora estoy estudiando, tengo examen de física. ¿Que necesitas?"

"Es que conocí a alguien y necesito consejos."

"Ja." El azabache ríe un poco sacudiendo su cabeza, Atem siempre venía a el para contarle sobre los chicos que conocía, el egipcio confiaba mucho en el juicio de Yusei. 

"Claro, ¿donde nos vemos?"

"¡En el café de la esquina!, gracias cariño. 😙" 

"De nada, te veo en 15. 😘"

Yusei se levanta de su escritorio, toma su chaqueta de cuero y se la pone. Toma el casco de motociclista que siempre reposaba en la mesa del comedor junto con sus llaves. Le toma unos diez minutos mas o menos llegar al pequeño café que se encontraba unas calles abajo de donde vivía.

Unos cuantos minutos después, Atem llego trotando al lugar. Se sentaron en las mesas del exterior después de pedir un café para cada uno. 

"Entonces." Empieza el azabache, con una sonrisa picaresca. "¿Conociste a alguien en el bar?"

"Si y hemos estado charlando por mensajes estos días."El egipcio estaba levemente sonrojado, tenía una pequeña sonrisa tímida en sus labios. "Es el hombre más encantador, culto, caballeroso e interesante que he conocido. Tenemos mucho en común, es tan amable y tan dulce…" 

"Siento que viene un pero." Yusei alza una ceja curioso.

"Pero…" Atem suspira, pero sin perder su sonrisa. "Es un poco mayor."

"¿Que tan mayor?"

"Treinta y dos."

"¡Atem!" El azabache casi se ahoga con su café. "¡Te lleva once años, ON-CE!"

"Lo sé, lo sé, pero escúchame." Dice conteniendo un poco la risa ante la mirada atónita de su amigo. "Es realmente muy guapo, no es un rabo verde, no es ni remotamente desagradable…"

"¡Treinta y dos años!" Le vuelve a repetir. "Pasaste de un toxico a un sugar daddy."

"¡No es mi sugar daddy!" Le da un zape en un hombro. "Es un hombre que estoy conociendo, el cual me atrae mucho y es un poquito mayor que yo."

"Once años mijo." Cruza sus brazos alrededor de su pecho. "¿Y, ya lo invitaste a una cita?"

"Eso es por lo que necesito consejo." Aprieta un poco su café, los ojos escarlatas de Atem eran muy expresivos así que era fácil leerlo, estaba nervioso pero a la vez emocionado. "De verdad, el me atrae mucho. ¡Mucho! Pero parece tan bueno para ser cierto y yo estoy temeroso, no sé si fue por todo lo que vivi con Seto o estoy pensando demasiado." Mira a su amigo, suplicante y ansioso de aclarar sus dudas. "¿Debería darle la oportunidad o solo dejarlo como amigo?"

"Pues." El azabache suspira largo y tendido, sonríe comprensivo y toma la mano de su amigo. "Digo que si de verdad es un buen tipo, que si realmente te gusta tanto, dale la oportunidad Atem." 

"¿Lo crees?" Yusei asiente, apretando un poco sus manos para afirmarle su apoyo.

"Además." Dice con tono coqueto. "Los hombres mayores son excelentes en la cama."

"…" El pobre egipcio se pone de mil colores, luego pone una sonrisa picara. " ¿Y tu como sabes eso, Yusei querido?"

"Hace un año tambien anduve con un sugar daddy." Le responde malicioso. "Así pague los dos semestres de ese año, a cambio del mejor sexo que he tenido en mucho tiempo."

"¡Yusei!" Chilla apenado, tenía las orejas rojas. "¡Te digo que no es mi sugar daddy, el hombre es un profesor!"

"Mejor aún, tiene experiencia enseñando." Se gana otro zape por parte de Atem, el azabache estalla en risas mientras su amigo trataba de no morirse de vergüenza.

. . .

Era una típica noche de sábado, Yusei estaba en su cama acostado boca abajo, tenía su celular en su mano izquierda y bajaba por las publicaciones de IG distraido.

"Deberías dormir." Le reclama una voz suave, El azabache sonríe a gusto sintiendo como un par de brazos largos y delgados abrazan su torso. Siente un suave aliento pegar a un costado de su nuca. 

"Es sábado, tengo derecho a acostarme tarde." Susurra viendo de reojo a su pareja. Voltea un poco para poder besar la punta de la nariz de su amante. "Por ser un poco mayor no te da derecho a decirme que hacer, Judai."

"¿Un poco?, te llevo seis años mocoso." Susurra aquel castaño de ojos dicromaticos, se estira y besa los labios del menor. Afirma el abrazo, pegando su pelvis a los gluteos del azabache. "Sino quieres dormir, entonces hagamos algo más divertido." Dice en un tono aterciopelado y atrayente.

"No me hables quedito al oido o juro que no respondo a mis actos Judai." Le responde con tono pícaro. 

"No me amenaces Fudo." Susurra bajo, dando besos por su nuca, hombros y espalda. "Suelta ese teléfono y dame atención."

"Ja…" Observo su celular un momento, alcanza a ver un post reciente de su amigo egipcio. Era una selfie de Atem, se la tomo desde arriba en un angulo donde solo se podia ver la mitad de su rostro (sus labios y nariz) tenia la cabeza echada a un lado para mostrar su largo cuello. Tenía una enorme mordida en la base de su cuello y Atem la mostraba con bastante orgullo, en el pie de la foto Yusei alcanza a leer.

"El dijo 'si sigues gimiendo y gritando, voy a dejarte una marca que no se borrara en meses' Y yo, como la zorra que soy, grite tan fuerte como pude. #NoRegrets #Iminlove #Gimmemoredaddy" 

"Veo que se la esta pasando de maravilla." Piensa con una ceja arqueada, ríe por lo bajo y deja el teléfono bajo la almohada. "Ahora si…" Suspira anhelante. "Sigue con lo que hacias cariño…"

"Con gusto bae." Susurra ese castaño en su oreja, mordiendo su lóbulo mientras desliza sus manos por las caderas de Yusei, tocando el elástico de sus boxers empezando a bajarlos poco a poco.