Conforme fueron pasando los días, Hinata y Naruto fueron manteniendo una relación de cordialidad, al punto de que era ella quien llevaba y traía a Naruto del hospital. Nunca profundizaron más allá de lo estrictamente relacionado con la enfermedad, lo que hacía pensar al rubio que todo estaba perdido. Pero no la culpaba por mantener las distancias. No podía hacerlo. Lo que le dolía era no poder hablar con normalidad con ella o sus hijos.
¿Cómo estarían los niños?
No saber de ellos o que ellos no quisieran saber nada de él le preocupaba mucho, pero al igual que con Hinata, no podía acusarlos de nada. En todo caso, estaba demasiado asustado para preocuparse por el daño que hacía. Ciertamente, el rubio tenía muchas ganas de preguntarle a Hinata, pero tampoco sabría la reacción que mostraría. Después de todo, no tenía ya ninguna relación con ellos. Pero llegó al punto de no poder aguantar más y le preguntó a Hinata.
— ¿Cómo están...? Ya sabes, ¿los niños?
A Hinata le sorprendió que le preguntara por ellos, ya que pensaba que estaba demasiado metido en sus propios problemas como para preocuparse por otros, pero se equivocaba, seguía pensando en sus hijos. Y ella tampoco podía, ni quería, negarle información sobre ellos.
— Están bien, estudiando... — dijo Hinata. — Boruto es todo un hombrecito y me ha ayudado mucho en casa, y Himawari, a pesar de lo pequeña que es, ha demostrado una madurez increíble. Son mi alegría...
Naruto suspiró al oír hablar a Hinata con tanto amor de sus hijos. Deseó no haber sido tan estúpido y haber sido claro desde un principio, porque estaría metido en esa felicidad de lleno, y no viéndola desde fuera.
— Si quieres, puedo hablar con ellos y que los veas...
Naruto la miró con un profundo pesar. Su opinión sobre sí mismo y sobre la idoneidad de quedar con sus hijos la tenía más que clara.
— No los merezco...
Hinata cerró el puño, estaba cansada de que Naruto se autocompadeciera y siguiera creyendo que no merecía nada bueno. Se dio cuenta de que Naruto tenía miedo de no ser aceptado, de que sus hijos ya no quisieran saber de él. Pero no sería cosa fácil el convencer a los niños. Sí, había errado, pero es de humanos el equivocarse, ¿y no tenían derecho todos a un perdón? Aunque lo que hubiera hecho fuese lo más horrible del mundo. Y sabiendo que no había tenido mala intención, igual Himawari y Boruto tampoco verían con malos ojos el estar un rato con Naruto.
— Naruto, estoy convencida de que todo irá bien. — dijo Hinata, intentando calmar al rubio.
La voz de Hinata sonaba tan clara y apacible que relajó al instante a Naruto, haciendo que creyera en ella al instante. Realmente, ella era capaz de hacerle creer en todo lo que decía, en cualquier cosa. Tenía fe ciega en ella, y él había destrozado por completo aquello. Decirle nada sería totalmente contraproducente.
Se dedicó a asentir y a darle la razón en todo momento, cosa que empezaba a exasperar a Hinata. Adoraba la valentía, el coraje, la actitud y la fuerza que siempre ponía Naruto en todo lo que hacía. Pensaba que ese desdén era debido al proceso tan complicado que estaba viviendo, pero conforme fue avanzando el tiempo se dio cuenta que el problema era que sentía unos remordimientos absolutamente insoportables. Le dolía verlo tan abatido, pero tampoco podía asegurarle que todo se arreglaría.
Hinata llevó a Naruto al domicilio familiar, la que alguna vez fue su nidito de amor, para que pudiera ver a sus hijos. Era cierto que al rubio le dolía que lo vieran así, pero no podía aguantar más las ganas de hablar con ellos. Naruto estaba muy impaciente y nervioso, sabía que Himawari igual no tenía tantos problemas con recibir a su padre, pero Boruto... Era otro tema. Las cosas entre ellos se habían puesto muy tensas debido al divorcio, pero esperaba reconducir la situación como pudiera ahora que Hinata le había dado la confianza necesaria.
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No hay vuelta atrás
FanfictionCuando Naruto le pide el divorcio a Hinata, ella no entiende el por qué de la petición. De un día para otro, aquella pareja que parecía tan feliz se convirtió en dos perfectos desconocidos, a pesar de que a ambos les duele separarse. ¿Qué ha hecho q...