Los días iban y venían. Todo es aburrido, son órdenes y rutinas. Nada de pasatiempo o tiempos libres. Dicen por ahí que algún día uno se cansa o les pasa como a mí, que se levantan con el pie izquierdo, lo que quiere decir de malhumor.
̶ Shaun ven a sacar la basura. ̶ Esa es Margaret desde su habitación. Estoy en el baño de al lado.
̶ Todavía estoy limpiando los baños.
̶ Cuando termines.̶ ¿Por qué no lo haces tú? ̶ Silencio. Eso fue lo que recibí de la estúpida de Margaret, puro silencio. Me tiene harto. No la odio, solo soy capaz de odiar a Minerva, muchas veces me he preguntado: ¿Qué se sentiría ya no escuchar la voz mandona de Margaret?
Sin hacer mucho ruido, voy a mi habitación a buscar lo que tengo guardado debajo de mi almohada. El pequeño regalo que me dejó aquel chico, que intento golpearme cuando voy al supermercado. Voy rápidamente a la habitación de Margaret. Le apunto con la pistola en la cabeza. Le digo que, si estar acostada haciendo nada es más importante que tirar la basura, no le importaría estar muerta. ¿Y qué creen que hice después? Fácil. Suelto el gatillo y hasta luego tía Margaret.
Es una experiencia algo nueva, pero no resulta ser tan satisfactoria. Hace tiempo no veía la sangre correr en los cuerpos. Recuerdo que mi última vez había sido en el sótano con un ratón. Está vez fue mejor porque hubo más sangre y pude oler el miedo de la tía Margaret. Esto me hace sentir tan feliz, liberado de uno de los tantos pesos que tengo encima.
Ahora en lo que debo pensar es en el señor Sebastián. De seguro se enojará conmigo si ve que mate a su esposa. Hasta sería capaz de tomar el lugar de la tía como mandón, ¿Se imaginan? Eso sería el colmo ya.
Estoy sentado en uno de los sofás esperando a que el señor Sebastián llegue. Son largas las horas, pero por fin escucho la puerta abrirse y entra por esta, a quien esperamos. Le ofrezco asiento, ya que, según yo, tengo algo importante que decirle. Saco mi pistola y le disparo en la cabeza, al igual que la tía. Son pareja, debían de morir de igual manera, por cortesía de mi parte.
Recoger los cuerpos de las muñecas, el gato, los ratones es más fácil que hacerlo con el señor Sebastián y la tía Margaret. Llamo al número de emergencia. Espero que lleguen y como se deben de imaginar me llevan arrestado, mientras recogen los cuerpos. La casa no merece permanecer durante mucho tiempo llena de sangre (sucia). Eso es un desperdicio para el trabajo que me ponía a hacer la tía Margaret.
Me llevan arrestado, por el simple hecho de que no me negué haber asesino de mis tíos. Al inicio no me creen, pero no tienen de otra. No tengo deseos de negar eso, de ser así me hubiera escapado y nadie se hubiese dado cuenta.
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Vindicta Minerva
Mystery / ThrillerTengo todo calculado. Cada una de las piezas caerá. Tú mi querida Minerva, seras la ultima en vencer. Te daré esa hermosa oportunidad. Al caer la ultima pieza, el juego habrá terminado. No tendré razón o motivo para volver a jugar. Seré libre. Ya ha...