🍒13🍒

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Ya siendo la mañana siguiente, uno de los pequeños rayos de sol que lograban pasar la persiana de la ventana del cuarto, comenzó a despertar a Soojin.

La mayor se removió un poco sobre su cama por la molesta sensación de resplandor sobre sus ojos.

Y mientras se acomodaba e intentaba esconder entre las sábanas tan cómodas, se acurrucó junto a aquel cálido cuerpo a su lado sin pensarlo dos veces.

A lo que la morocha abrió los ojos de golpe y se topó con el rostro durmiente de la pelinegra.

Se sorprendió por un segundo, pero al instante siguiente recordó todo lo sucedido y más que sorprendida se encontraba agradecida de tener a la menor durmiendo a su lado.

Soojin en ningún momento se olvidó de aquel pensamiento;

La pelinegra que tanto amaba pudo de haber muerto en aquel accidente.

Estiró su brazo y arrimó más la sábana sobre el delgado cuerpo de la más chica, para luego acomodar los mechones de cabello oscuro que irrumpían en aquel rostro calmado.

No pudo evitar sonreír al hacerlo.

Al cabo de un tiempo, la mayor se había vestido y había salido de la habitación en silencio para no despertarla.

¿Está bien?─preguntó una voz apenas la morocha apareció por la sala.

Giró su vista hacia donde provenía, y para su sorpresa estaban todas las miembros despiertas.

Si, esta durmiendo por suerte─respondió con una sonrisa hacia la castaña mayor.

Eso es un alivio al menos─comentó Minnie.

¿Está muy lastimada?─preguntó Yuqi mientras jugaba con sus manos.

Eso, escuché que no podrá participar en las prácticas y eso─agregó Miyeon.

No, no está tan lastimada─respondió Soyeon en cambio─Pero tiene una de las piernas bastante golpeada y varias contusiones en uno de sus brazos y hombro.

Por lo que bailar en ese estado solo le vendría peor, así que los doctores dijeron que debía reposar hasta curarse lo más posible─agregó la morocha.

El resto de las tres miembros asintieron ante la explicación de ambas muchachas.

Bueno, el mánager vendrá en unos 20 minutos así que estén listas─habló la líder.

Las chicas fueron en busca de un par de últimas cosas que debían arreglar o llevarse, mientras que Soojin se dirigió a la cocina.

Abrió el refrigerador y tomó la leche para luego ir en busca de un vaso.

Y a pesar de quedar tan solo 20 minutos, se dispuso a hacer un par de rápidos y sencillos hotcakes.

Soyeon, quien se encontraba en el sillón mirando su celular levantó la vista por intriga sobre lo que estaba haciendo la morocha.

Se paró y acercó mientras observaba, y divisó a la mayor justo terminando de cocinarlos y colocarlos en un plato.

Los envolvió en film y colocó sobre la mesada, dejando un vaso con leche a su lado.

¿Es para Shushu?─preguntó la líder.

Soojin soltó un leve tarareo en respuesta positiva, mientras terminaba de ordenar las cosas en su lugar con una sonrisa.

¿Quieres hablar sobre eso?─preguntó de golpe la menor.

La morocha se detuvo al instante en donde estaba parada.

Giró para encontrarse con los ojos de la líder.

Eran tranquilos, no estaban preocupados ni miraban mal.

Algo que le extrañó a la mayor.

¿A que te refieres exactamente con "eso"?─se atrevió a preguntar.

Sobre tus emociones con todo esto, ¿tal vez?

Soyeon sabía, y Soojin no podía estar más segura de aquello.

Pero antes de que pudiera responder o pensar demasiado, ponerse en la defensiva o ignorar el tema; la líder actuó primero.

Soyeon dio la vuelta a la mesada para terminar acercándose a la morocha, quien la miraba totalmente extrañada y con cero idea de lo que fuera a pasar.

Estiró su brazo y tomó el de la morocha, atrayendola de golpe hacia ella.

Y depositó un sonoro beso en la mejilla de la más alta.

Soojin, eres tan tonta a veces.

La más petisa envolvió a la mayor en un cálido abrazo.

¿Cuando comprenderás que estoy de tu lado?─volvió a hablar la líder.

Soojin no sabía como reaccionar, estaba totalmente sorprendida.

La más petisa se separó del abrazo, quedando una al frente de la otra.

Soojin, hay algo que quieras contarme?─preguntó Soyeon.

Tuve miedo.

Soyeon conectó los ojos con la más alta al instante que escuchó esas palabras.

Y como temía, esos ojos marrones comenzaban a cristalizarse.

Tenía miedo de que fuera la última vez que la viera. Y que entonces no hubiera podido hacer nada por ella. Que hubiera sido demasiado tarde para decirle lo enamorada que estoy.

Las lágrimas comenzaron a desbordar y a desbordar por los ojos de la morocha.

La más petisa se abrazó a esta, tal vez no pudiendo consolarla pero si darle un hombro en el cual dejar ir sus problemas.

Todo está bien ya, Soo.

Luego de un pequeño tiempo, Soojin se encontraba ya algo mejor y su llanto habia finalizado.

La líder se mantuvo atenta de su mejor amiga desde entonces, y partieron todas las miembros para ir a la empresa.

Dejando a la menor en el departamento, la cual dormía pacíficamente confiada de que la presencia a su lado con la cual se fue a dormir; seguiría allí.


Come To Me || SOOSHU🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora