Luego de encontrar su celular, la pequeña pelinegra volvió de a pasitos al living de la casa para continuar su desayuno.
Tomó el vaso de leche para comenzar a bajarselo por completo mientras buscaba el chat de Yuqi.
~Chat de YUQS~
Yuuuuuuuqiii
¡¿Están todas en la empresa?!
Hola, si, buen día, tanto tiempo
......
Sí, estamos todas en Cube
Ou..
¿Soojin también?
Sí, por?
Nono, nada...
¿Cuando van a volver?
Tarde, así que
no nos esperes
¿Porqué?
Que yo recuerde nuestra agenda no estaba tan llena para hoy.
Lo sé, pero tenemos
que ir a comprar un par
de cosas por algo
que Soyeon nos comentó.
Esta bien....
:(
No seas llorona,
pídete una pizza o algo
más tarde y cena mirando
alguno de tus k-dramas
Acto seguido, la menor apagó su celular y lo arrojó sobre el sofá al mismo tiempo que soltó un bufido.
Tomó el vaso vacío y lo colocó dentro del lavaplatos sin ánimo alguno, para luego terminar tirándose ella misma sobre el sillón como si de un muerto se tratara.
Los ánimos de la pelinegra estaban por el suelo.
Odiaba estar sola a decir verdad.
Por más que siempre pareciera que no cargaba preocupación alguna ya que terminaba durmiendo plácidamente en cualquier horario y lugar, se entretenía con juegos o comenzaba a verse algún k-drama nuevo que sacaran.
Parecía que nunca necesitaba a nadie, pero en realidad amaba compartir sus pasatiempos o estar acompañada.
Fue entonces que escuchó el sonido de las llaves sobre la puerta.
La pelinegra levantó su rostro de golpe.
¿Un ladrón? ¿Pero con llaves?
Se escuchó el ruido de la puerta cerrarse para dar lugar a un silencio.
─¿Shu?
Todo lo que la maknae necesitó para calmar cualquier preocupación, pensamiento, miedo o ansiedad se deshizo en cuanto sus oídos oyeron aquella suave y específica voz que tanto amaba.
─¡Jin-aaaah!─gimoteó la pelinegra levantándose para ir corriendo en dirección a la entrada.
Por el mismo lugar apareció su morocha favorita, quien al verla abrió rápidamente sus brazos sin pensarlo demasiado y recibió en un abrazo a la pequeña.
