|31| Desesperada decisión

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Los días habían pasado lentos luego de mi ultima recaída en el bosque

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Los días habían pasado lentos luego de mi ultima recaída en el bosque.

Estada sumida en la tristeza de nuevo. Mi ánimo estaba por los suelos y solo lloraba, al igual que el clima que me acompañaba con lluvia.

Quería deshacerme del dolor, los días se volvían tortuosos con cada mes que pasaba y el dolor no se iba. Nada cambiaba en mi. Seguía la presión angustiante en mi pecho que no cesaba aunque llorara por días seguidos.

Mis padres habían decidido rendirse ante la situación. Nuevamente habían escogido la elección en donde me daban un "espacio", pero simplemente se alejaban porque ya sus opciones se habían acabado y creían que la soledad sería mi salida.

Estaban muy equivocados.

Kirian se había ido de vuelta a Londres un par de días luego del suceso en el bosque. No tuve idea de como había llegado a la casa, pero suponía que él me había traído luego de perder el conocimiento tras llorar hasta quedarme sin fuerzas.

Estaba mal, y nadie lo entendía. Todos intentaban ser empaticos pero simplemente terminaban alejándose.

Y nuevamente volvía a quedar sola.

Mi vida se había transformado en un ciclo de soledad y tristeza que me consumía lentamente, no tenía idea de la ola de sentimientos que me inundarían en el proceso, pero sólo podía destacar una cosa: dolor físico.

No tenía conocimiento alguno de que los sentimientos pudieran ser tan extremos al punto de provocar dolor físico. Un dolor que te adormecía y te quitaba las fuerzas poco a poco, como una vela que se va apagando lentamente tras una ráfaga de viento.

—Hola, mini Cam— unos feroces ojos color miel se asoman por la puerta. —¿Vas a querer que te traiga la cena a la cama de nuevo? Veo que la lectura es lo más similar a una droga— Tyler abre los ojos con leve sorpresa viendo las cinco sagas que descansaban terminadas en mi escritorio.

Admitía que amaba leer.

—Si...

Suspira presionando los labios en una mueca, tampoco sabía cómo afrontar la situación, aún menos llegar a mi. Entendía su nerviosismo.

—Bueno al menos, no te drogas— suelta una risita nerviosa alternando su vista entre el pasillo y yo.

—Ya ves que gran progreso. Quizá las drogas sean mi próxima salida de escape.

—Si quieres hablar... ya sabes, de lo que estás pasando... puedo ayudar. No le diré nada a ninguno de tus padres. Sé lo que es sentirse solo y no tener ningún pilar en que apoyarse. Así que, estoy para ti.— sonríe amablemente antes de desaparecer de mi vista

¡Hey, Chica invisible! [ #1 ] (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora