|13| Cafetería

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Todo ángel necesita un demonio que le invite un café

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Todo ángel necesita un demonio que le invite un café...

El frío congela cada célula de mi cuerpo mientras me desplazo por los pasillos hacia la cafetería, había recibido muchos consejos en los últimos días, y los pocos minutos que aún tenía libre de la mañana estaban destinados a reflexionar.

Deseaba tomar una decisión inmediata, estabilizarme lo más posible en todo aquello que me mantenía inquieta día a día, a pesar de que terminara dañada.

Café...

¿Podía existir algo más delicioso que un café caliente en invierno?

Me embriago con el fuerte aroma que desprende cada accesorio dentro del local de cristal, me pierdo con el tintineo de la campana de entrada y me fundo en el primer sillón que diviso libre. Era hora de pasar el frío entre pensamientos y decisiones ilegibles a la visión humana.

—Hola, ¿Qué vas a desear?— salgo del pequeño transe en el que estaba instalada y aprieto los puños para asegurarme de mantener cada dedo congelado en su posición. La chica frente a mi me observa impaciente, a la espera de que me digne a pedir la orden, por alguna extraña razón sentía que la había visto merodear por la institución.

—Un Caramel Macchiato, un Mocha Blanco y dos Cinnamon Rolls, por favor— Reconocería esa voz en cualquier lugar. Me volteo cual exorcista de película para terminar deleitándome con esos ojos verdes - miel que aún no podían salir de mi mente.

Ian le sonríe a la mesera antes de que esta se marche y él tome su puesto frente a mi, no había necesidad de reafirmar que las bragas de la chica aún estaban en el suelo.

—¿Acosándome, Brown?— me acomodo en el sillón sin romper nuestro contacto visual. Adiós mañana reflexiva.

—Puede ser...— sonríe envolviendo sus manos alrededor de las mías,  y de inmediato siento un golpe de calor a través de estas, como si un simple tacto proveniente de él fuese la dosis de vitalidad que necesitaba. —Tenemos que hablar.

—Soy toda oídos— por alguna razón había amanecido más pacifica de lo normal, no descartaba la idea de una posible droga inyectada en mi cuerpo gracias a las locuras de Kirian.

—Sé que piensas que estoy con Alison... — aclara su garganta acomodándose la chaqueta que portaba encima, y de repente éramos los dos quienes estaban ligeramente incómodos con el otro como para terminar aclarándose la garganta constantemente.

—¿Cómo es que sabes que iba a pedir?— indago buscando un tema de conversación más flexible que quite la incomodidad del ambiente.

—Te conozco desde que tenías una semana de gestación

—Pero no nos veíamos hace 3 años...

—Dicen que las cosas importantes nunca se olvidan— su tono de voz se había vuelto más frío y serio de lo normal. Lo escaneo con la mirada lentamente, dedicando cada minuto a repasar con detalle las facciones de su hermoso rostro.

¡Hey, Chica invisible! [ #1 ] (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora