|12| Invisibilidad

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Al final del día tu misma eres todo lo que tienes

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Al final del día tu misma eres todo lo que tienes...

El primer consejo serio de Kirian se había quedado grabado en mi mente.

¿Porqué?

Porque probablemente era la primera frase que me ayudaba a atar los cabos sueltos de mi vida. Buscaba refugio en Ian constantemente, gracias a la sensación de soledad permanente que me daban las personas más importantes para mi, mis pilares, mi familia.
Ese aislamiento que me provocaba la ignorancia y el rechazo indirecto de cada uno, ese ruego constante de mi parte por un poco de mísera atención nunca me había hecho abrir los ojos.

La invisibilidad.

Siempre surgía de manera imprevista, era una cápsula que me mantenía protegida y aislada de la toxicidad de la sociedad, pero me privaba de las alegrias que en el fondo podía obtener de ella.

Era un arma de doble filo, y aunque me arrepintiera de tenerla, agradecía en el fondo que fuera la única que lentamente me permitiera conocer la realidad de las personas.

—Caperucita, ¿Estás bien?— separo las manos de mi rostro que lo sostenían sobre mis rodillas y me acomodo sobre la cama.

—Si... supongo— le doy una sonrisa desganada palmeando mis piernas antes de levantarme. —Bueno te dejaré solo, creo que iré por un café— apunto la puerta recibiendo su asentimiento de cabeza. Sentía la leve sospecha de que estaba preocupado y eso conllevaba una lluvia de preguntas sobre mi estado de ánimo y el porqué de este. Necesitaba ahorrarme las explicaciones sobre mi vida privada.

—Espera...— Recién me estaba dando la vuelta en dirección a la puerta cuando su mano ya se estaba envolviendo en mi brazo para detenerme, —¿Qué tienes?— ¿Esperaba a que le dijera mis problemas así como así?

—Nada, solo son tontas interpretaciones erróneas de nuevo— hago una mueca con la mirada fija en el piso antes de mirarlo, dándole una de mis mejores sonrisas falsas.

Tenía que aguantar un poco más hasta encontrar la solución a mi vacío interminable, que se estaba convirtiendo en un infierno interno.

—Es malo guardarse los problemas,— Kirian sonríe sin quitarme la mirada de enzima mientras se recostaba en su cama —¿Quieres contarme?— mueve su cabeza ligeramente en dirección a la cama, dando la clara señal de que me sentara a su lado.

—¿El egocentrico Kirian Grey quiere que le cuente mis problemas?— bromeo volteándome en su dirección. Quizá no era tan malo recibir otros puntos de vista.

—Sexy también— me guiña el ojo palmeando el sitio a su lado, —Ya ven...

—Pues que quieres que te cuente...— suspiro lanzándome de espaldas sobre su cama.

—No lo sé, quizá el porque tienes esa cara triste y estás apagada por ejemplo— se recuesta a mi lado mientras se recarga en uno de sus brazos sin dejar de mirarme.

¡Hey, Chica invisible! [ #1 ] (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora