| Epílogo |

1.3K 97 20
                                    

Toso desesperadamente mientas una potente luz me ciega

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Toso desesperadamente mientas una potente luz me ciega.

¿Dónde estaba?

¿Acaso este era el cielo del cual todos hablaban?

¿Al fin encontraría paz?

—Vaya, al fin despertaste. Ya creía que tendríamos que inducirte a un coma.

¿A un coma?

—¿Quién es usted y que mierda estoy haciendo aquí?— la luz se corre y unos potentes ojos verdes se roban mi atención.

—Te aconsejaría que controlaras tu vocabulario. Dudo que al doctor le guste una paciente tan poco educada— la burla se asoma en su rostro cuando suelto un bufido y luego gruño acomodándome en la camilla.

Estaba molesta y no sabía por cuál de todas las razones. Si porque me había salvado, o porque el guapo enfermero a mi lado acababa de decirme que prácticamente no tenía educación.

Habría reaccionado igual si hubieran estropeado sus planes.

—Y tú eres... — ojeo de pies a cabeza al chico a mi lado mientras sostengo mi cabeza. De seguro estaba llena de cables.

—Marcus Warsberg— extiende su mano frente a mi y yo suelto un pequeño gruñido. —Lo siento... no tenía la menor idea que te había poseído un perro en el camino al hospital.

—Eres un idi...

—Casi se me olvidaba— me interrumpe —dejaron esto para ti— me extiende un sobre con una pequeña sonrisa. —Veo que las cartas al parecer son el único medio de comunicación contigo...— revisa un par de papeles sobre la mesa —Adara Evans— termina la frase mientras me vuelve a tender el sobre.

Lo abro apenas lo tengo en manos y extiendo la hoja por completo frente a mis ojos.

Querida Chica Invisible:

No tengo palabras para empezar esta carta, si la estás leyendo en este momento es porque ha cumplido su rumbo, y por fin está en tus manos.

No podía irme sin despedirme.

En especial cuando aquello conllevaba alejarme de ti para siempre, dejar todo lo que habíamos construido y convertir en humo aquellos sentimientos que habían surgido entre nosotros con el tiempo.

Nunca pude expresarte todo lo que sentía por ti. O al menos intentar buscar las palabras correctas para explicar la forma en que me hacías sentir y el impacto que tenias en mi vida.

Tu. Adara Evans. Te adentraste en mi vida y cambiaste el sentido de ella. Me demostraste que existían colores en aquellos muros grises que me contenían, en aquel pozo en el que estaba encerrado. Traspasaste toda frontera con el brillo de tu sonrisa y el sonido de tu risa me despertó del abismo en el que me creía hundido.

¡Hey, Chica invisible! [ #1 ] (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora