Capitulo 7

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Astrid Huntter.

No pienso asistir hoy al colegio. No está en mis planes verle la cara a Ryan o a Christofer, bueno por ahora. Quedé en verme en la tarde con Keyla y Ryan como de costumbre ya que no puedo pasar toda la vida molesta con Ryan voy y a escuchar lo que tenga para decirme.

Mi mañana estuvo tan aburrida. No hice más que ver televisión y comer snacks hasta que llegara la hora de verme con mis amigos.

Comer tantas golosinas va a pasarme factura algún día.

Subí a mi habitación a darme un baño y alistarme para poder salir, estaba buscando ropa en mi clóset y el sonido de mi teléfono llamó mi atención, no era el sonido de un mensaje si no de una llamada y eso me inquieto un poco. Tomé mi teléfono y vi la pantalla.

*LLAMADA ENTRANTE*

Número Desconocido

¿Quién podría ser? No tenía ni idea. Se me pusieron los pelos de punta no era muy común que yo recibiera llamadas y mucho menos de números que no tenía registrados. Rechacé la llamada y puse el teléfono en mi mesa de noche y volví a mi actividad anterior, buscar mi ropa. El repique del teléfono volvió y yo decidí responder después de todo.

¿Hola? ¿Quién habla?

—Hola, linda.

¿Que diablos quieres? —Casi grité un poco molesta.

Uy veo que no estás de muy buen humor, linda. —Su tonito burlón me hizo molestar aún más.

Solo dime qué quieres. —Exclamé indiferente.

Pasare por tu casa en unos minutos, quiero preguntarte algo. —Dicho eso colgó y no me dejó ni tiempo para protestar o preguntar algo.

Ok.

¿Pero que diablos?

Me vestí y bajé a la sala, me senté en el sofá con las manos en mis rodillas un poco impaciente, no me gusta esperar y mucho menos me gustan las sorpresas o que me dejen con dudas eso me ponía algo nerviosa e inquieta. Pasaron no se cuántos minutos hasta que al fin sonó el timbre. Me levanté y caminé en dirección a la puerta de entrada, puse la mano en el pomo y lo giré, abrí la puerta para enfrentar a la persona que estaba detrás y lo vi, lo tenía frente a mi. Estando así mucho más cerca me hizo recordar lo atractivo que era el muy tarado.

¿Que haces aquí, sexy idiota?

—¿Me vas a dejar pasar o te vas a quedar ahí parada como una tonta mirándome toda la tarde? —Su voz me saco de mis pensamientos.

—¿Acabas de llamarme tonta? —Hablé incrédula.

—Tal vez, linda. —Puso su mano en mi hombro y su mirada buscó la mía. —Estás atravesada. —Con eso me apartó un poco hacia un lado y se adentró en la casa.

Yo cerré la puerta detrás de mi y lo observé, estaba de espaldas dirigiéndose a la sala. Yo me apresuré para enfrentarlo y preguntarle por qué estaba aquí. Estaba casi por alcanzarlo cuando se giro y quedo frente a mi mirando directamente a mis ojos.

—Oye linda, vine a invitarte a salir. —Dijo tan calmado, pero sus ojos brillaban esperando mi respuesta.

—¿Desde cuándo no te parece divertido llamarme por mi apellido? —Dije ignorando lo de salir con él.

—¿Quién dijo que no me divierte, Huntter? —Dijo con su voz juguetona.

—Bien, ¿Por qué crees que yo debería salir contigo después de cómo me trataste en el parque? —Ya me encontraba un poco molesta.

—¿Y porque no? —Su tono burlón era algo que me hacía hervir la sangre.

Siempre tan arrogante, sexy idiota.

—No iré a ningún lado contigo, Christofer —Dije con firmeza.

—Linda, solo te digo que lo tomes como una disculpa por lo que pasó esa noche ¿Si? —Su voz sonó calmada y como si estuviera arrepentido de lo que pasó.

—Pero ¿Por qué debería aceptar? —pregunté nuevamente.

—Porque es una forma de disculparme, Huntter. —Dijo como si fuera muy obvio y poniendo los ojos en blanco.

Yo no quería salir con el después de la otra noche pero el sonaba muy sincero y la verdad quería saber por qué me había tratado así.

—Bien, te daré una oportunidad pero... —me detuve un momento para buscar las palabras correctas. —Si lo arruinas, créeme que nunca más volveré a hablarte y solo estoy aceptando porque tienes explicaciones que darme. —Aclaré.

—Como digas, linda.

—No vuelas a decirme "linda".

—Está bien, Huntter.

Nos dirigimos a la puerta para salir, el iba detrás de mi. Me congelé al ver una moto afuera, yo nunca había subido a una moto en toda mi vida y la verdad me daba un poco de miedo. ¿A dónde me llevaría que no podíamos ir caminando? Me daba curiosidad pero decidí no preguntarle. Nos acercamos a la moto y el tomó un casco y me lo puso con mucho cuidado, el se subió y esperó por mi pero yo me quedé paralizada, ni sabía que hacer de verdad me daba mucho miedo subirme a esa cosa y como si el leyera mi mente habló.

—No tengas miedo, es normal que estés asustada pero estás conmigo y no te va a pasar nada.

No se porque esas palabras me dieron seguridad y me sentí tranquila. Solo me subí y pasé mis manos alrededor de su cintura para sujetarme.

—No te sueltes, Huntter.

Con eso encendió su moto y comenzamos nuestro camino a quien sabe dónde, ninguno de los dos habló en todo el camino y no fue para nada incómodo. No se cuánto tiempo tardamos en llegar pero creo que no fue mucho. Me di cuenta de que llegamos a un pequeño puente que estaba sobre un arroyo que separaba la ciudad y el bosque de las afueras de la ciudad.

Nos bajamos y el comenzó a caminar en dirección al pequeño puente, sin pensarlo lo seguí rápidamente y me detuve cuando el paro justo en medio, me dió una mirada rápida y una risita se formó en sus labios. Yo me quedé a su lado con una distancia prudente entre nosotros y lo miré.

—¿Que pasa? ¿Que es tan gracioso? —me sorprendió la frialdad en mis propias palabras, no se porque hablé de esa forma.

—Nada, Huntter. — Su tono fue calmado.

Yo notaba el brillo en sus ojos, estaba ocultando algo.

—No te creo. —Hablé. —Dime que te parece tan gracioso, ¿Por qué sonríes como idiota?

—¿No puedes quedarte callada por un momento y disfrutar la vista? —Dijo meneando la cabeza, su sonrisa nunca desapareció.

Ya me estaba molestando un poco su actitud rara.

—Dime que te pasa. —Dije un poco demandante.

El dió un largo y dramático suspiro que se me hizo un poco chistoso pero espere por su respuesta.

—Solo quería pasar la tarde con una chica linda. —habló.

Tragué grueso, no parpadee.

Al no recibir respuesta su rostro se iluminó, su hermosa sonrisa creció aún más y continúo hablando.

—Y se me cumplió.

La Biografía De Mi Boca ✓ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora