Capitulo 10

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Christofer L.

Ok, no sé en qué momento se me ocurrió la magnífica idea de acompañar a Astrid hasta su casa.

Hoy no se que me pasaba, primero no quería ser cruel con ella y terminé ignorándola y ahora la acompañe a su casa.

Y tampoco sé en qué momento se me ocurrió abrir mi bocota y decirle que necesitaba hablarle de algo. Ya no sabía que hacer para desviar el tema. Ella ya se había cruzado de brazos en forma de fastidio y eso me divirtió un poco la verdad pero ya la había molestado bastante aunque un poco más nunca es suficiente y lo siguiente salió de mi boca casi sin pensarlo:

-¿No había nada mejor en tu clóset?. -No pude evitar sonreír ante mi propio comentario. -Yo creo que tengo mejor gusto para vestir, Huntter.

Y con eso fue suficiente para evadir el tema real y que volteara los ojos y se girara para seguir caminando.

¡Uuuuuf! Me salvé.

Yo solo caminé detrás de ella por unos minutos, hasta que la curiosidad me ganó y se que hacerle preguntas la molestaría más así que ¿Por qué no hacerlo?

-Oye linda, ¿A dónde vamos?

-A dónde voy. -corrigió.

-Te recuerdo que estoy aquí contigo, eso quiere decir que "vamos". -expliqué. -Sólo quiero saber dónde.

-A tu casa.

-¿A mí casa?.- repetí en forma de pregunta y con el entrecejo fruncido.

-Si, pasaremos por el zoológico, animal.

Bien jugado Huntter pero ésto no se va quedar así aunque para ser sinceros me causó mucha gracia el comentario.

Y eso pasa cuando ella intenta ser grosera conmigo, no me ofende, me da risa. Que cosa más extraña.

-Ok. -no pude evitar reír cómo un completo idiota.

Me límite a solo caminar y esperar a que ella dijera que habíamos llegado, no me daba miedo hasta donde pudiera llevarme. Hasta era divertido solo ir sin saber a dónde.

[...]

No caminamos tanto como creí y me di cuenta muy rápido a dónde quería ir Astrid. Al parque. ¿A qué? No tengo ni la más mínima idea.

Cuando estuvimos ahí ella se detuvo y me pareció verla buscar a algo o alguien con la mirada así que la curiosidad me ganó y le pregunté.

-Oye linda, ¿que hacemos aquí?.

-Estoy esperando a alguien ¿es que no ves?.

Ok ya sabía eso, pero ahora el punto es ¿Quién?

¿Es un chico? ¿Vino a una cita?
¿La acabo de acompañar a una cita con otro chico?

Aplausos para ti, Christofer.
Acabas de acompañar a la chica que te gusta a una cita con otro chico. Muy bien.

Espera un momento, ¿Acabo de decir que me gusta? Es la primera vez que lo digo y no se siente tan mal a decir verdad. No se que mierdas me pasó al conocer a Astrid y tengo miedo de seguir vulnerándome para ella pero algo muy en el fondo me dice que valdrá la pena incluso ser lastimado por ella.

Sería un jodido placer, linda.

Yo, Christofer Lauder, siendo vulnerado por una chica que se cruzó en mi camino de un momento a otro sin previo aviso y sin hacer un mínimo esfuerzo en llamar mi atención. Éstas cosas no suceden todos los días. Tal vez sea el hecho de que ella no se esforzó en lo absoluto ya que estoy acostumbrado a tener la atención de la chicas con sólo estar de pie en algún lugar, eso se me hacía un poco molesto algunas veces y ya estaba comenzando a cansarme. Antes de que Huntter apareciera en mi vida estaba ligando con varias chicas al mismo tiempo y se que no está bien pero vamos, tenía que hacer algo con toda la atención que recibía por parte de ellas, ¿no?. Ahora no me interesaba ligar con alguien más y mi mente se enfocaba las 24 horas en pensar formas de como pasar más tiempo con Astrid y se que las veces que he tenido oportunidades de demostrarle que me gusta pasar tiempo con ella la parte de mi que aún no está vulnerada por Huntter toma el control y termino arruinándolo todo.

En resumen por esa razón estoy aquí, para reponer todo y demostrarle que no soy tan idiota y cretino como ella piensa.

Y espero no arruinarlo todo, no ésta vez.

[...]

-Ya van 20 minutos, Huntter. -Le dije a la chica que estaba sentada a mi lado jugando muy inquieta con sus manos sobre sus piernas.

-Ya lo se, idiota. -Soltó muy cortante. -Solo esperaré unos minutos más. -Agregó.

-Esperaremos. -Le corregí. -Porque estoy aquí contigo. -agregué poniendo mis manos detrás de mi cabeza y cerrando los ojos.

No hablé más si no fue hasta que el sonido de un teléfono rompió el silencio que se había creado entre nosotros hace unos momentos.

Era el de ella. Una llamada.

Ella se levantó sin pensarlo dos veces y contestó.

-Hola, ¿dónde estás?. -Su tono fue muy calmado pero yo sabía que estaba inquieta. -¿De verdad?. -preguntó. -Yo ya estaba aquí esperando pero no te preocupes. -La decepción en su voz era notable. -Si ya me voy a mi casa, adiós. -colgó.

Se giró hacía mí y me afectó un poco ver su cara de decepción.

-Hey linda, ¿pasó algo? -no pude evitar preocuparme un poco y preguntarle.

-¿Puedes acompañarme de vuelta a mi casa?. -Fue lo único que dijo dando la vuelta para comenzar a caminar.

-Claro. -No hice más preguntas sobre el tema y acepté acompañarla de regreso ya que está haciéndose un poco tarde y si le pasaba algo en el camino iba a ser mi culpa.

Ella caminaba a paso lento y yo iba detrás solo pensando en la razón de su estado de ánimo. En lo poco que llevaba de conocer a Astrid no la había visto así.

Estuve en silencio todo el camino hasta su casa y me pareció aún más largo. No quería incomodarla con preguntas aunque me moría de ganas de saber por qué estaba así pero controlé mi curiosidad y cerré mi boca.

Cuando estuvimos frente a su puerta ella se giró para verme y despegó los labios para decir algo pero fue interrumpida por el sonido de un teléfono.

Y nuevamente era el de ella.

-Hola, mamá. -su tono seguía con esa decepción. -Si. -respondió. -Estoy en la casa, no te preocupes. -aseguró. -Está bien, adiós, te quiero. -Se despidió colgando la llamada y alejando el teléfono de su oído.

Su cara después de esa conversación no cambió para nada, es más, se puso peor. Yo quería ayudarla pero no sabía cómo.

-Era mi madre. -Dijo dándose la vuelta para abrir la puerta.

-¿Y te dijo algo malo?. -Indagué.

-No, solo que tiene guardia y llegará mañana. -Respondió. -¿Vas a pasar?. -preguntó volteandose para mirarme desde el marco de la puerta.

Ok, eso sí que no me lo esperaba. Para nada.

¿Y ahora que hago?

No quiero dejarla sola pero no sé si sea correcto.

Es más tiempo para estar con ella, tarado.

-Si, claro.

-Bueno adelante, idiota.

Esa es la Huntter que me cae bien, adoro sus insultos aunque eso sea extraño y la verdad no me importa.

Y para ser sinceros... ¿Con Huntter algo puede ser normal, común y corriente?

No lo creo.

La Biografía De Mi Boca ✓ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora