CAPÍTULO 12 Los caballeros de la Reina

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Después de desahogar toda mi frustración en la ducha decidí que ya era suficiente, Joe me había dicho cosas horribles hacía menos de dos horas y yo tenía que prepararme para la dichosa fiesta que la selección de Gran Bretaña tenía preparada. Por una parte lo agradecía porque al menos durante unas horas no estaría ahogándome en mis propias lagrimas.

Cuando por fin reuní el valor para prepararme me alisé el pelo y entrelacé un mechón de por detrás de la oreja derecha dejando ver los cuatro pendientes que la adornaban. Me maquillé lo suficiente para ocultar que me había pasado dos horas llorando en la ducha y cogí el conjunto que el servicio había dejado en mi habitación. Mi vestido era un conjunto de top y falda azul marino y lo completé con unas cuñas negras que había comprado el día anterior. Antes de salir me volví a mirar en el espejo, hoy era el único día que podría desmelenarme y juro por dios que lo iba a aprovechar.

Cuando bajé por las escaleras las gerentes acababan de bajar por lo que rápidamente todos los ojos se posaron en mí. Que nadie note que he llorado por favor. Los chicos me miraban en silencio juraría que Xavier, Caleb y Axel eran los más interesados en como me quedaba el vestido. Para ser japoneses son muy poco discretos. Antes de que alguien pudiese decir nada Xavier se acercó a mí para ayudarme a bajar los últimos escalones tendiéndome una mano. Agradecía mucho este gesto y me alegraba muchísimo que hubiese sido Xavier el que se acercara a mi esta noche necesitaba despejarme y este chico era una muy buena compañía aunque la mirada de Caleb me hacía presentir que iba a ser una noche movida. Caleb por favor esta noche lo último que necesito es interactuar contigo, por mi estúpida idea de acercarme a ti estoy en esta situación.

Cuando llegamos a la fiesta yo seguía agarrada del brazo de Xavier, me había acompañado durante todo el camino y me encantaba sentir su compañía, al menos por el momento parecía que mis problemas habían desaparecido.

-Princesa. -Genial yo queriendo olvidar y lo primero que veo es a uno de los únicos chicos con los que me acosté en mi aventura de desprestigio por España.

-Edgar, cuanto tiempo. -Como buenos europeos nos saludamos con un beso en la mejilla y volví a sujetar a Xavier intentando recuperar mis fuerzas para no derrumbarme.

-Me había llevado una gran decepción al saber que te habías ido de España, creí que no iba a poder conseguir la revancha de la ultima vez, me alegra ver que estaba equivocado.

-Tranquilo querido no te has equivocado porque revancha implicaría que me puedes ganar y ambos sabemos que conmigo en el equipo eso es imposible. -Sonreí con suficiencia hoy era el día menos indicado para meterse conmigo.

-Tan guerrera como siempre me gusta. -Se tomó una pausa y dirigió sus palabras al resto del grupo. -Bienvenidos, por favor disfrutar de la fiesta. -Llevándose a nuestra gerente Camelia del brazo desapareció. Pobre chica.

-Parece agradable. -Intentó aliviar la tensión Jordan.

-Es un cretino. -Intervine rápidamente. -Si me disculpáis voy a buscar a mis antiguos compañeros. -Por primera vez en lo que va de noche me perdí de la vista de Xavier y los demás rezando para que los españoles hubiesen conseguido tener alcohol.

Después de un pequeño paseo encontré a unos pocos chicos de Los Rojos hablando con la selección brasileña y me acerqué.

-¡Fede! ¡Cuanto tiempo! -Corrí a abrazar a uno de los delanteros de mi antigua selección que rápido me correspondió al abrazo.

-Pero mira a quien tenemos aquí, nuestra estrella ha decidido deleitarnos con su presencia. -Dijo el capitán Víctor acercándose con el resto de jugadores.

Volví a junto Mark y los demás, ya iba ligeramente bebida gracias a los tres vasos de vodka que había deslizado por mi garganta. Menos mal que como siempre el brazo de Xavier estaba allí para impedir cualquier caída con estas estúpidas sandalias. 

No se cuando ni como lo había convencido pero estaba con Xavier bailando prácticamente pegados casi nos rozábamos los labios cuando una mano me agarró y me arrastró hasta el jardín lejos de la gente evitándome escapar colocando sus brazos a cada lado y con mi espalda apoyada en un árbol.

-¿Qué crees que haces Torres? - Teníamos las frentes pegadas y nuestras narices se rozaban forzándome a verle a los ojos. Fantástico la última persona que necesitaba ver en este momento y aquí estaba recriminándome mi actitud.

-¿Que mierda quieres de mi Stonewall? -Estaba empezando a temblar y estaba segura de que lo siguiente seria llorar.

-No se que cojones te pasa de repente conmigo Arisa. -Lo soltó rápido como si se le atropellasen las palabras hasta que se dio cuenta de que en cualquier momento me iba a romper y cambió el tono. -Estoy intentando que mañana no te arrepientas de haber hecho una estupidez. -Lo dijo de una forma tan dulce que parecía increíble que fuese Caleb, lo que acabó por quebrarme del todo y las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.

-Mi... mi.. estupidez fue creer... que con esta mierda de plan iba a... conseguir algo. -No me refería a atrapar a Dark solo quería recuperar a Joe y en ese momento saber que el chico por el que estaba haciendo todo eso me odiaba me estaba matando.

-Arisa... Arisa... mírame. -Repetía Caleb mientras me levantaba el mentón para volver a juntar nuestras miradas. -No es una estupidez, me oyes, va a funcionar. Se que hay algo más que no me quieres contar y no me molesta pero créeme vale, lo solucionaremos. Te lo prometo. -Antes de dejarle decirle nada más y de soltar ríos por los ojos pase mis manos por detrás de su cabeza y le di un suave beso en los labios para después abrazarlo hundiendo mi cabeza en su cuello. No sabia como pero la confianza con la que me lo había dicho me hacía sentir mejor y estaba muy necesitada de un abrazo. ¿Arisa acabas de besar a Caleb? Aunque sea tu "novio" eso de hacerlo sin que nadie te vea es una novedad.

-Chicos estabais aq... -Mark y los demás cortaron el avance al darse cuenta de la situación en la que estábamos los dos y aunque me había dado cuenta del panorama no estaba preparada para soltar el agarre de Caleb y afrontar la realidad.

El ligero movimiento de cabeza de mi acompañante y unos pasos que se alejaban me dieron a entender que los había echado para que yo me pudiese recomponer. Me solté de sus brazos mientras Caleb se quitaba la chaqueta del traje y me la daba para que me la pusiera, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba congelada y tiritando. Después de ponerme la chaqueta Caleb volvió a cogerme por la cintura y el brazo para ayudarme a caminar hacia los demás, puesto que ya nos íbamos. No esta molesto por el gesto de antes ¿por que?

Con la cabeza bajada llegué a la residencia y aunque Caleb tenía pensado volver a su habitación decidió quedarse conmigo.

-Siento lo de antes. -Dije en un susurro mientras me hacía una coleta evitando la mirada de Caleb. Al menos se me esta pasando el vodka.

-Yo no. -Contestó fríamente haciendo que le prestara toda mi atención. Se acercó a mí poco a poco acorralandome contra la pared y después de mirarme fijamente a los ojos su vista se poso en mis labios y seguido los beso. Sabe a ron, no soy la única borracha.

-Caleb... -Conseguí pronunciar cuando se separó para respirar. Esto esta mal, te esta besando y tu lo usas para proteger a alguien que te odia.

-Lo se, se que es una farsa pero me da igual quiero hacerlo. -Caleb me interrumpió leyendo mi mente y volvió a besarme pasando sus brazos por mis caderas para lanzarme en la cama.

Allí estábamos Caleb encima mía con una de sus manos agarrando mis muñecas encima de mi cabeza mientras dejaba besos por todo mi cuello. Quería alejarme pero sentirlo acariciarme y besarme me estaba excitando demasiado, no tenía fuerza para empujarlo porque tampoco quería hacerlo se había quitado la camiseta y mi vista y sentido solo estaban en su increíble torso. No se cuando pasó pero de un momento a otro yo ya estaba completamente desnuda y Caleb besaba y lamia mis pecho provocandome mas ganas de hacerlo, por fin se apiadó de mis ganas y de una manera brusca me dio la vuelta en la cama (mi barriga contra el colchon) dejando una de sus manos bajo mis pechos y la otra sujetando mi cadera para facilitarle la entrada y lo hizo.

La estúpida princesa de la oscuridad~Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora