Mentiras Blancas.
6:55 pm.
El azabache medito varios segundos su respuesta. ¿Qué decía? No podía decir la verdad, estaba consiente de ello, perjudicaría tanto como a él, como al Omega, y era lo que menos quería; Además si decía que había logrado agarrar a Su Omega con la guardia baja, pensarían que se estaba amansando y le cobrarían muchas cosas. El estaba conciente que él le había dicho que se lo iba a follar por sus burlas, una mentirilla blanca. Miro al de cabellos de fuegos buscando ayuda, pero este solo lo miro y le guiñó un ojo.
– ¿Y bien? – Hablo el de cabellos oscuros, harto de tanto silencio. – Vamos, perecía muy feliz cuando se los quite, hasta lloró. – Le quería hacer pagar la humillación de hace unas pocas horas, y que más divertido que humillandolo, quería que sintiera lo mismo que el, la vergüenza, por qué si, se sentía avergonzado de que un chico de diecisiete años lo hubiera acorralado de una manera vil.
El chico se volteó de lleno, miro por unos segundos al Omega de piel pálida y luego a su Jefa de Casa. – Pues, le jugué una pequeñita broma al profesor. – Dijo esto con una sonrisa socarrona.
– ¿Y en qué consistía dichosa broma? – Pregunto la castaña a su lado, con el ceño fruncido.
– Bomba de mocos. – Se encogió de hombros, restándole importancia. – La iba a poner en las habitaciones del profesor, lastima que regresó antes de tiempo. – Dijo esto último con finjida molestia. Algunos soltaron risitas por el intento de semejante estupidez, después de varios años habían aprendido a no meterse con el Maestro de Pociones, y muy pocos, en su mayoría gente estúpida, intentaban desafiarlo, pero solo ganaban un par de comentarios mordazes y el ego herido.
El de ojos oscuros frunció el ceño por clara mentira del Gryffindor.
– Lo veré en mi despacho para su detención... – Hablo la Jefa de los leones en tono recriminatorio.
– Oh no, Minerva, el Sr. ya tiene su castigo. – Siseo él Omega mientras se limpiaba las inexistentes arrugas. La mujer arqueo una ceja interrogante. – Espero que no sea muy difícil. – Dijo ella en tono amenazante mientras se acercaba unos pasos, queriéndole intimidar. – ¿El limpiar baños es dificil...? Bueno yo nunca lo he hecho, pero no creo. – Risas, por parte de las cuatro casas, se escucharon, el profesor se encogió de hombros inocentemente, se giró para recoger al caluroso Malfoy, pero este no estaba en la Mesa de Profesores, sin cambiar su exprecion miro a la Mesa Slytherin, Draco no estaba. – Si me disculpas, tengo asuntos los cuales no pueden esperar, buenas noches. – Con el ceño fruncido paso por la mujer y salió del GC.
La conmoción era palpable ya que nadie susurraba, como antes, si no que ya eran gritos y amenzas subidas de tono, de la mayoría de leones al trío de oro, que solo ignoraban a todos.
– ¡Bueno, todo el mundo a sus habitaciones! –Mando la sub-directora. En ese instante varios chicos de su propia casa se le acercaron, reclamando los puntos perdidos y si podía persuadir a Snape para que se los devolviera. – Lamentablemente no puedo hacer nada, los puntos están restados con buenos motivos.
– ¡Pero no es justo! – Chillo una chica de séptimo. – ¡No es justo que todos paguemos por los errores de ellos!
– ¡Claro que no lo es! ¡Nada que haga el grasiento de Snape, que no sea para su propia casa es justo! – Con molestia mal disimulada, hablo otro chico.
– ¡Cuida tus palabras Carl! – Gritó una chica de tercer año. – ¡Por qué si no...! – Antes de que puediera terminar su amenaza el chico la encaro.
– ¡Por qué si no que! ¡Qué me vas hacer! – Uso su voz de Alfa dominante, varios de los otros chicos bajaron la cabeza, pero no la chica de tercer año.
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Maldito & Posesivo
Fanfiction- ¡Suéltame! - Le grito fastidiado al de lentes. Este solo soltó una pequeña risa y lo apretujo mas contra la fría piedra, mientras decía. - No. El mayor chistó molesto, empujándolo, pero fue en vano, el mocoso tenia mas fuerza que el mismo. - Mal...