Capítulo 5: Un plan

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Gustabo

Habían pasado ya tres meses desde que Horacio y yo salimos de la cárcel y ya habíamos hecho algunas misiones para el superintendente. Habíamos quedado con un tal Pol y había intentado llamar a Manolito por primera vez en mucho tiempo pero, irónicamente, no me lo había cogido. Íbamos de camino a comisaría en un Audi blanco precioso que nos había comprado el superintendente, aunque Horacio estaba pesado con que quería que fuese de color rosa y yo no estaba muy de acuerdo.

Entramos discutiendo y, siguiendo la rutina, Volkov nos acompañó hasta el despacho de Conway. Entramos a la oficina, aún debatiendo el tema, y vi al superintendente dado la vuelta, buscando algo en su estantería.

-Papá, ¿a que el color rosa para un coche queda genial?- dijo mi amigo.

- Pero qué dices Horacio, tienes el gusto en el culo, sólo hay que ver cómo vistes y la cresta que llevas- respondí, para picarle un poco.

- ¿Queréis dejar de discutir y decirme por qué habéis venido de una vez?- dijo calmadamente.

Conway

Estos tres meses habían sido muy buenos. Había conseguido que dos de los hombres que más la liaban en la ciudad fueran mis informantes y además, había pasado más tiempo con Gustabo, lo que me hacía muy feliz. Notaba que cada vez nos llevábamos mejor y había más confianza, incluso había llegado a darles un abrazo a ese par de capullos. No sé cómo ni por qué, pero se habían ganado un trozo de mi corazón, aunque claro, eso no lo diré en voz alta jamás.

En cuanto escuché que Gustabo y Horacio venían a comisaría de nuevo resoplé. Me empezaban a cansar con tanto juego de niños, por mucho que les aprecie, yo tengo un límite de paciencia, y es muy bajo. Ordené a Volkov que los llevara a mi despacho y entraron discutiendo sobre el color del coche que les había pagado. Cansado, decidí zanjar el tema, aunque me hubiera gustado decirle a Gustabo que el rosa es el mejor color para un Audi.

-Verá señor Conway, tenemos información de la buena- dijo Gustabo, haciéndose el interesante como siempre.

-Exacto, no se va a arrepentir- le siguió el de la cresta.

- Ahá, ¿cuál es si se puede saber? No tengo todo el día para vuestras gilipolleces.

- ¿Recuerda a Pablito, el mexicano que hizo el atraco con nosotros? Pues vende armas a precios muy bajos. Seguro que se trama algo.

- ¿Eso es todo?- dije contrariado. Estos dos no sabían buscar información aceptable; todo lo que traían era pura basura.

-No, hay algo peor- dijo el del abrigo rojo. Escuché atento su declaración.

-Hemos ido a su casa y tiene 15 cadáveres enterrados en el jardín y sabemos que pertenece a una mafia muy peligrosa. Si investigamos, seguro que podemos llegar hasta la mafia y descubrirla.

-Eso es otra cosa, ¡muy bien! Volkov, llama a todos los agentes que estén de servicio para que vengan a mi despacho. Tenemos que montar un operativo.

Vi la felicidad en los ojos de Gustabo y no pude evitar pensar en el peligro que corría.

-Vosotros dos, mariconettis, podéis iros.

-¿¡Qué!?- gritaron al unísono.

-Conway, yo quiero participar. ¡Quiero acción!- dijo el de rojo soltando un par de puñetazos al aire mientras Horacio miraba divertido.

-He dicho que no, ahora podéis salir y dejarnos a los mayores solos.-

Gustabo

No iba a permitir que me tratara como un niño, así que me impuse. 

10-97 a conquistarte*Gustabo x Conway* | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora