10-97 a conquistarte*Gustabo x Conway* | CANCELADA

Capítulo 3: La persecución

Conway

Ya estaba preparado para salir en cuanto los hombres tocaran el pito, como decía Gustabo. No podía evitar pensar en el chico, si estaba pendiente de este atraco no podía estar siguiendo sus pasos, y sabía que este y su amigo Horacio siempre estaban metiéndose en problemas. Los conocía poco, pero el joven de abrigo y sombrero rojo me había llamado la atención desde el momento en que pisó la comisaría para poner una denuncia por amenazas. Me había parecido un muchacho insolente y maleducado, pero había algo en él que no entendía y esa situación me ponía incómodo.
Cuando recibí el aviso de atraco decidí ir, ya que no había muchos agentes competentes de servicio y tengo que admitir que los atracos hacen que se me ponga tiesa. Recogiendo lo necesario de mi despacho, encontré un informe de una denuncia. Leí el nombre del denunciante con una sonrisa. "Este Gustabín" pensé "qué motivos más estúpidos para venir a comisaría". Pero aún así, siempre estaba plantando su culo en mi despacho para tocarme los huevos y eso, por raro que parezca, no me molestaba. Salí de comisaría preparado para el atraco. Intentaría tardar lo menos posible para poder centrarme en la denuncia de Gustabo, pero los atracadores de pacotilla eran más novatos de lo que pensaba. Se lo tendría que haber dejado a Volkov, seguro que ahora estaba tan tranquilo en su oficina mientras yo tenía que encargarme de esta mafia de atracadores de mierda.

En cuanto el conductor tocó el claxon, contamos dos segundos y salimos disparados en la misma dirección que el audi que llevaban. Conducía tranquilo pero a gran velocidad. Tenía experiencia en persecuciones y ya me aburrían, por lo que no hablaba con mis compañeros y me limitaba a pensar en mis cosas mientras seguía al coche de cerca, en algunos momentos los suficiente como para poder escuchar lo que decían los asaltantes.

-¡Corbatitas, hemos tirado a tus compañeros eh!- gritaba uno de ellos.

Les perseguimos por un túnel en el que había un tapón, típico de novatos, y a los atracadores de pacotilla no se les ocurrió otra cosa que disparar a mis ruedas. Obviamente, como habían roto el acuerdo, pinché las de su coche y en menos de 30 minutos ya estaban todos los asaltantes identificados, atendidos por los EMS y en camino a comisaría. Yo estaba callado, no podía entender cómo los dos jóvenes se habían atrevido a traicionar mi confianza, organizando este atraco, y sobre todo, cómo Gustabo había sido capaz de intentar disparar a mis ruedas, acción que podría haberme matado. Mi cabeza daba vueltas y conducía a gran velocidad. Desde el retrovisor podía ver la mirada de culpabilidad de Gustabo y Horacio. Cuanto antes terminara con el interrogatorio, antes podría reflexionar sobre esta situación y estar solo.

Gustabo

El superintendente estaba callado. Horacio y yo estábamos sentados en la parte de atrás de un coche patrulla mientras él conducía. No podía creer que nos hubiera pillado, nuestro plan había salido mal y además no sabía la situación de Segis y Pablito, quiénes iban en un patrulla con Torrente. Seguro que mejor que nosotros estaban, porque nosotros nos sentíamos como mierdas. Odiaba sentirme así, siempre había sido un hombre que no expresaba sus sentimientos y que evitaba a toda costa hablar de ellos, pero últimamente estaba cambiando. Menos mal que era de noche, porque si no, Horacio podría haber visto como una lágrima de rabia y tristeza caía por mi mejilla, y que no podía limpiar porque tenía las manos esposadas. No soportaba ver a Conway así, sabía lo que me iba a caer, pero no me importaba. Miré el retrovisor y vi las gafas de sol de Conway. Sentía curiosidad por el color de sus ojos, quería saber más de ese hombre que parecía tan serio y que a la vez guardaba tanto para él. Lo único en lo que podía pensar en ese momento era en que no quería que Conway sufriera por mi culpa y los sentimientos de remordimiento invadieron mi cabeza. ¡Por qué había decidido hacer este atraco! 

Este capítulo es un poco más corto, pero esperamos que os guste igual. ¡Gracias por leernos!